Otra vez el millonario engaño de Newmont - Yanacocha
Jos
é Ramos Bosmediano, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP (Perú)
La empresa minera Newmont – Yanacocha ha vuelto a publicar, ayer domingo 19, un encarte de 16 páginas en los principales periódicos de la derecha, es decir, menos en el periódico progresista La Primera. Su contenido: todos los argumentos que circulan en los medios neoliberales de la prensa escrita, radial y TV: que el Proyecto Conga significa “El agua primero, la mina después, lo que aún no se habla del Proyecto Conga”. El extenso texto de propaganda está firmado por el ex funcionario del Estado Carlos Santa Cruz, convertido hoy en Vicepresidente Regional Newmont Latinoamérica.
No sabemos a quién más pretende engañar la vapuleada y depredadora empresa minera cuando la Marcha Nacional por el Agua, realizada del 01 al 10 del presente, ha demostrado que sus falaces argumentos solo pueden ser creídos por ella misma, por el gobierno de Presidente Humala, por los altos funcionarios de su staf de empleados privilegiados, por un grupo de “proveedores” y subcontratistas, por el Alcalde apátrida de la provincia de Cajamarca y unos miles de trabajadores a quienes solo les interesa, para paliar su pobreza, el trabajo temporal que toda empresa ofrece a cambio de salarios miserables y sin derechos sociales. Y, claro, también creída por periodistas fujimoristas como Jaime de Althaus, quien, con la nariz mentirosa más larga que sus ambiciones de burgués satisfecho, ha llegado a afirmar que a Lima, durante la Marcha por el Agua, solo llegaron entre 200 y 400 personas: se trata del mismo “líder de opinión” que durante el fujimorismo aplaudía las privatizaciones con sus robos incluidos.
Una discusión ociosa
Ya se ha dicho hasta la saciedad que ese binomio oro-agua no es una ecuación: es una fórmula inconsistente que el Presidente Humala pronunció para justificar su nuevo discurso de esa “Hoja de Ruta” que Vargas Llosa entendió rápidamente y que los neoliberales más cerriles, como Althaus, seguían considerado un programa “antisistema”.
Como la gran mayoría de cajamarquinos, organizados en sus frentes de defensa, particularmente en el FDAC, no aprobaron el nuevo discurso del Presidente y siguen luchando para defender el Conga y los elementos ecológicos que encierra más allá de su ámbito territorial, se ha lanzado la estrategia del “peritaje internacional”, cuya credibilidad vale lo que los intereses de las transnacionales se ponen en juego para salir airosas de la nueva treta.
Para apuntalar el futuro y favorable resultado de ese peritaje, la minera ha lanzado una nueva campaña de propaganda, en la cual se sitúa el texto del encarte de mi referencia, con una “Invitación para ver más allá”. ¿Más allá de qué?
Impotentes para convencer con sus anteriores argucias, sus spots televisivos y radiales, publirreportajes y entrevistas arregladas, han armado un encarte a todo color y con un lenguaje propio de vendedores de sebo de culebra para curar todas las enfermedades, más allá de la medicina científica.
Insisten en su falaz Estudio de Impacto Ambiental (AIE), defendido también por el actual gobierno y aprobado por el anterior del APRA, y tratan de convertirlo en el documento que el peritaje solo zurciría para declarar viable al Proyecto Conga. Por eso, muy sueltos de huesos empiezan diciendo, en la página 3 del texto:
“Cuando recibimos la aprobación del estudio de impacto ambiental (EIA) para el Proyecto Conga, estábamos convencidos de haber cumplido con creces la primera fase de un proyecto distinto” (negritas de la minera).
Y sabiendo que están mintiendo nuevamente, continúan:
“En las casi dos décadas de Yanacocha hemos aprendido muchas cosas, y gran parte de ellas las pusimos en práctica en este proyecto que, sabíamos, debe traer múltiples beneficios para todo el país”
Imposible encontrar semejante incongruencia entre la depredación actuada en los casi 20 años de su presencia en Cajamarca, y el ofrecimiento de sus bondades futuras.
El meollo de su argumentación se sintetiza en el slogan “con mina arriba más agua abajo”, lo que al final trata de ser demostrado con su “quinta clave” que parte de la afirmación de que cuando llueve no falta agua en Cajamarca y que, más bien, esa agua se pierde río abajo. Entonces, los “sabios” mineros represarán esas aguas eliminando las lagunas para proveer de más agua a los cajamarquinos. Tal es su gran oferta ambiental.
Esta argumentación ya ha sido esgrimida ene veces. Su inconsistencia ha sido también expresada las mismas ene veces hasta por el ex Ministro del Ambiente, que no solo por especialistas y por los propios dirigentes ronderos y de los frentes de defensa. Por tanto, que la minera siga buscando convencer con sus retorcidos argumentos carece de pertinencia. Si al final logra su propósitos depredadores, no será porque ha convencido a los cajamarquinos y a los peruanos que defendemos nuestros recursos naturales, sino porque tenemos un gobierno que se niega a defender las cabeceras de cuenca y todos los espacios territoriales que contienen las fuentes y los elementos de nuestra biodiversidad. La cuestión puramente técnica se ha vuelto un problema político y un asunto de estrategia del Estado para preservar sus recursos fundamentales para la vida futura de los peruanos. O también para lo contrario.
Otra vez sobre el agua que “sobra”
Cuando el gobierno aprista que cumplió su segundo mandato gubernamental en julio del 2011 dio el decreto para el trasvase de los ríos Marañón y Huallaga a la costa norte del Perú, recurrió al ignorante argumento de las aguas sobrantes de dichos ríos, como si esas aguas no servirían para discurrir, bañar y alimentar la vasta cuenca amazónica y las necesidades naturales de su biodiversidad y de la vida y actividades productivas de sus habitantes que miles de años lo han poblado.
Los “sabios” de la minera se han apropiado del argumento de las aguas que se “desperdician” y que pueden represarse con la garantía de ser “devueltas” en mayor volumen, en un circuito interno pero artificial. Esta magia, digna del realismo mágico desarrollado en Macondo, tendría el secreto de aumentar el volumen acuífero, seguramente exprimiendo las piedras y la tierra del subsuelo del Conga.
Lo que sobra a los nuevos buscadores del oro es la ambición de enriquecerse más. Para ser creídos por los cajamarquinos y por los peruanos, ilustran sus textos con fotografías virtualmente embellecidas, demostrando que el Paraíso en la tierra estaría casi asegurado si el Proyecto Conga va. Pero el Proyecto Conga NO VA, no debe ir, no irá.
El señor Ollanta Humala sabe perfectamente lo que dijo durante la campaña electoral. Parece que hoy no solamente ha olvidado ese discurso, sino que nunca ha creído en lo que dijo, con la felonía propia de casi todos los gobernantes peruanos.
La discusión se llama hoy luchar, luchar, luchar…
Tarapoto, febrero 20 del 2011