martes, enero 23, 2024

Ley de Usurpaciones: un atentado a la paz en la Araucanía

 "Si mil veces nos van a desalojar, mil veces volveremos a entrar hasta que nuestros derechos se hagan efectivos.”



La actual situación del pueblo mapuche en Chile nos deja a los indígenas que defendemos la madre tierra, al menos, dos grandes lecciones.

Primero, los movimientos sociales que son canalizados hacia el sistema electoral para “tomar el poder” son un grave peligro porque de convertirse en gobierno resultan aún más agresivos. Es lo que ha pasado con el gobierno de Boric y la izquierda chilena que venían del levantamiento popular y hoy trabajan para las grandes empresas.

Segundo, las leyes y constituciones que se elaboran en el centro del estado corrupto no respetan la vida, ni a la madre de tierra ni a los pueblos que la defienden. La ley de usurpaciones se promulga bajo la presión de la Mutigremial de la Araucanía, formada por los empresarios de la zona, quienes son los verdaderos usurpadores de los territorios mapuche.

A decir del historiador Fernando Pairican, esta ley más que un freno a las recuperaciones de tierra, va a profundizar el conflicto y sobre todo la violencia.

Para tener la voz de las comunidades conversamos con Max Reuca, werken de la comunidad Juan Ignacio Reuca, Comuna de Puren. Aquí sus palabras.

“Pensamos nosotros en algún momento que a través de este gobierno progresista la situación de la Araucanía iba a ser diferente, pero nos encontramos con la sorpresa que ningún gobierno ha militarizado tanto la Araucanía como hoy en día.

Ya llevamos prácticamente 3 años de esa manera, desde que el gobierno de Gabriel Boric asumió el mandato. Y no sólo se ha militarizado más, también han creado nuevas bases militares en nuestro territorio y han anunciado la creación de nuevas bases militares en cada punto de la región.

No tanto como en Palestina, pero la situación es similar porque ahora las tanquetas se pasean dentro y fuera de las comunidades, amedrentando.

Para nosotros eso es una amenaza y dejan en claro que este gobierno, al igual que los anteriores, no quiere negociar para resolver el conflicto que hay en nuestro territorio.

 

Ante esta situación el 24 de noviembre se aprobó la nueva ley de usurpación de tierras.

Esta ley manifiesta claramente que todas las luchas que nosotros llevamos adelante, como son las recuperaciones de tierra, y que hemos hecho pacíficamente dentro de la Araucanía, Bio Bio y la región de los lagos y los ríos, están en peligro, estamos en peligro.

Estamos en peligro porque para el estado, según esta ley, el mapuche que hoy en día entró a recuperar un predio o el solo hecho de permanecer en su propia tierra es un peligro para la sociedad.

Nosotros, cuando esta ley se estaba promulgando, intentamos hacer conferencias de prensa, marchas para que esta ley pudiera vetarse. Se vetó pero luego se aprobó y nosotros nos sentimos en este momento vulnerados porque esta ley tiene mandato de desalojar a las comunidades.

La paz que está instaurando es con la fuerza militar. Y en ninguna parte del mundo para hablar de paz se puede hablar con los fusiles apuntando a los niños, desalojando a los mapuches de su propia tierra.

Por lo tanto, ahora los agricultores, los colonos y los foráneos que están dentro de nuestro territorio tienen la ventaja de tomar las armas y enfrentarse para ir a desalojar a las comunidades que están en recuperaciones de tierra.

A raíz de esta ley, sólo en diciembre 2023, ya van más de 11 comunidades desalojadas, comunidades que estaban en sus recuperaciones de tierra donde habían formado un núcleo familiar, ya habían hecho patria (han tenido siembra), donde han tenido sus rukas (casas) y la fuerza militar policial los ha desalojado haciéndoles perder todos sus recursos y todo su avance.

Hemos estado presentes en estos desalojos adonde han llegado con maquinarias, con carros blindados. Han disparado y herido a las personas, les han botado todas sus casas, su siembra.

Esta semana posiblemente van a haber otros desalojos en diferentes partes y los desalojos son tan violentos que no miden las consecuencias de las niñas, ancianos. Se están violando los derechos humanos del pueblo mapuche y del pueblo chileno porque la ley también promueve el desalojo de las tomas que tienen los hermanos chilenos en las ciudades.

Los desalojos siempre han sido con violencia por parte de la fuerza militar, pero ahora tienen el respaldo de la ley de usurpación para hacerlo.

 

Y los tribunales de justicia han impuesto medidas cautelares para que los mapuche desalojados no puedan acercarse al predio ni estar cerca, y esto es una medida cautelar inaplicable porque el mapuche vive en el entorno de la tierra. Nosotros no podemos alejarnos de nuestra tierra.

Esta ley para los mapuches es un mensaje claro del estado que no quiere dialogar, no quiere conversar con los mapuche porque para el estado es más fácil militarizar la zona para tener mandato jurídico  o mandato de gobernanza. Porque sin una militarización el estado chileno no tiene gobernabilidad y por lo tanto no es legítimo como gobierno dentro de la Araucanía.

Esta ley de usurpación atenta a la paz, atenta al diálogo que busca el pueblo mapuche. Atenta al proceso de autodeterminación y de autonomía que llevan los pueblos el día de hoy.

Esta ley de usurpación fue creada por los partidos republicano, unión demócrata independiente (UDI) y evolución política (Evopoli), que les pertenecen a los foráneos y colonos. Entonces además de crear más tensión y controversia con esta ley, también es una estrategia para conservar el patrimonio cultural que tienen dentro de nuestro territorio.

Por lo tanto, la ley de usurpación es un atentado a la paz, es un atentado al pueblo mapuche que está pacíficamente en sus recuperaciones de tierra.

Con esta ley el conflicto va a aumentar, las tensiones van a aumentar y a la vez las comunidades mapuche han dejado claro y hemos dejado manifiesto que seguiremos recuperando nuestros predios, seguiremos recuperando nuestras tierras, que nosotros no somos los usurpadores de tierra, que los verdaderos usurpadores son los que tiene hoy nuestras tierras, que son las grandes forestales, los latifundistas, los colonos que están afuera.

¿Qué paz se puede dar con esta situación? Ninguna paz.

 

Una comunidad se compone prácticamente de unas 70 familias. O sea, dentro de un predio puede haber 100 o 150 personas de todas edades que están dentro del mismo predio colindando con el predio que han recuperado.

Porque una comunidad tiene su título de merced y dentro de ese título le pertenece su tierra por derecho legítimo. Y al lado de su predio están los latifundistas. Por lo tanto, cuando una comunidad hace una recuperación de tierra, lo hace siguiendo los títulos de merced y cuando son desalojadas, vuelven a su tierra. Muchos están permaneciendo dentro de los predios y no se están dejando amedrentar por esta ley, no están dispuestos a entregar ni un metro de tierra, y aún con más fuerza se están organizando, nosotros también nos estamos organizando porque queremos hacer una recuperación de tierra, la más grande que pueda haber para decirle al estado que no nos van a amedrentar.

Dentro de los predios privados están ellos, los usurpadores de tierra y son las fuerzas públicas que están resguardando esos patrimonios. Se mantienen en la ruta vigilando y amedrentando con drones, sobrevolando el espacio aéreo, pasando con tanquetas con ametralladoras, todos blindados.

Es una cosa inexplicable que a los verdaderos usurpadores que tienen nuestras tierras les dan toda la legitimidad y los mapuches que tienen el derecho legítimo son un peligro para la sociedad.

Nosotros no le hemos dado mandato a ninguna clase política y a ningún gobierno de turno para decidir nuestro futuro. Nuestro futuro depende de nosotros, por lo tanto, yo activamente participo del proceso de Autodeterminación y el 14 de diciembre hicimos la cuarta sesión de la asamblea constituyente para adoptar las normas y los estatutos que nosotros estamos creando para formar un gobierno al más breve plazo en el sur de nuestro territorio y de esta manera tratar de enfrentar al gobierno y decirle que no estamos dispuestos a entregar nuestra soberanía territorial.

Y le daremos una sorpresa al gobierno porque con esto nosotros nos vamos a unir más todavía como comunidades para hacer la recuperación territorial, basándonos en nuestros principios y pensando tanto en el futuro como en el presente.

Les dejamos claro al gobierno que nosotros, los hermanos mapuche, adoptaremos nuestra propia constitución porque no estamos ligados a una constitución colonial como la que se rechazó. Una constitución colonialista hecha por los mismos que hicieron la ley de usurpación de tierras, y que la gran parte de los hermanos chilenos tampoco están de acuerdo y no se aprobó.

Así que nosotros y las comunidades haremos frente a la ley y a los desalojos que se están llevando a cabo. Si mil veces nos van a desalojar, mil veces volveremos a entrar hasta que nuestros derechos se hagan efectivos.”


Ante la profundización del ataque contra la lucha del pueblo mapuche por autonomía en sus territorios la situación de los presos políticos se ha agravado. Su vocería cuenta en el siguiente enlace la huelga de hambre que llevan adelante por más de 60 días.

https://www.facebook.com/radiokurruf/videos/208025139054999/ 

Terror y Militarización en Ecuador. Estrategias para imponer el saqueo

 https://www.youtube.com/watch?v=4r_pwt4PkrI&t=4s

Entrevista con Juan Carlos Guerra del Colectivo Desde el Margen

Tal vez desde el 2002, 2003 Ecuador empieza a ser un país donde se lava mucho dinero por el hecho de que ya no había que cambiar la moneda para lavarla.

Lo que se vendía por parte de la droga, que era en dólares, era más fácil irlo involucrando en el sistema financiero ecuatoriano exportador, importador, agroexportador que son en realidad los beneficiarios de esta guerra porque es donde está la plata.

A partir de eso, y en base a diferentes circunstancias y motivos, estas bandas delincuenciales se van haciendo más grandes. Aunque siguen siendo bandas delincuenciales periféricas en comparación a lo que eran los cárteles de los años 80, 90, o lo que son hasta ahora en México.

No son cárteles, son bandas criminales, muchas apegadas al transporte de la droga. No son productores, no cocinan droga. Lo que hacen es transportarla. Por eso son bandas más o menos periféricas. Digámoslo así. Pero entre los sectores populares desposeídos, completamente marginados, van teniendo su base social. Jóvenes desde los 13, 14 años que no tienen otra perspectiva de futuro y que encuentran en las bandas la forma de incluirse en algo y lograr tener recursos para poder comer y vivir.

Obviamente las guerras territoriales, los cambios de gobierno, los cambios de estructura de poder, hacen que las bandas estén manejadas por esas estructuras de poder y por las élites. Tal vez no manejadas directamente pero por lo menos son aliadas, y también con la policía y las fuerzas armadas, incluyendo ejército, marina. La fuerza aérea un poco menos, pero igual.

Entonces eso ha ido configurando a partir del 2020, del 2021 una ola de violencia que ha ido creciendo y creciendo en el país.

Nosotros creemos que esa ola de violencia también se da en perspectiva de lo que pasó en octubre del 2019. El estallido, el levantamiento indígena y popular que se dio en el 2019 fue algo que las élites, las oligarquías y los grandes grupos de poder no tenían previsto. Tampoco los sectores populares. Fue algo bastante espontáneo pero que pudo en cierto momento, por la fuerza del movimiento indígena, tomar un rumbo.

Y obviamente, cuando las fuerzas populares empezaron a organizarse, las élites se asustaron. Y una forma de control es la violencia y el narcotráfico. No podría decir que las élites manejan a las mafias, pero sí están aliadas. Entonces esta ola de violencia también tiene que ver con una respuesta de las élites a la organización popular y eso ha permitido que lleguemos hasta este límite; que nos hagan tener tanto miedo que nos inmovilicen con el miedo.

Así, todas las respuestas antipopulares que se están dando: la subida del IVA, la firma del TLC con China, el acuerdo militar con Estados Unidos, del que poco se habla, y otras cosas, se puedan hacer tranquilamente porque no hay una respuesta. No porque no se quiera sino porque no se sabe cómo hacerlo, en primer lugar, y segundo porque el miedo en este momento aún nos tiene paralizados.

Seguramente a medida de lo que va pasando, algunas soluciones y perspectivas se verán. Pero por el momento la situación está así. Eso no significa que los sectores populares y sectores del movimiento indígena estén detenidos. No. Es más. En los sectores donde está el movimiento indígena es donde menos violencia hay debido a todo el control territorial, la lógica de organización comunitaria y ese tipo de cosas.

Lo peligroso ahora es que con la militarización los militares se vayan a meter en estos sectores del movimiento indígena y detengan cualquier tipo de organización y movilización. No las mafias, porque el movimiento indígena ha sabido con organización y control territorial y comunitario pararles a las mafias. Pero al estado es más difícil.

Esta lógica de militarización ya está, por lo menos en los barrios periféricos de Guayaquil, Quito y Esmeralda que son las provincias más afectadas.

Esmeralda es una provincia afro y es la más afectada por las mafias, por el mismo hecho de tener puertos en el Pacífico, estar en el norte, tener conexión con Colombia por la frontera. Siempre ha sido la más golpeada, y también ha sido la más golpeada porque es un territorio que tiene minerales y que tiene tierra, y que siempre las élites han querido apropiarse de esa tierra. Y lo que hacen es que las personas vayan desplazándose de sus tierras, vendan esa tierra a precio de gallina enferma y al final terminan haciendo las grandes empresas el monocultivo palmícora principalmente.

Es lo que pasa en Esmeralda. Además de las lógicas del turismo, porque es una zona donde hay mucha playa y las grandes empresas turísticas quieren apropiarse ahí y obviamente quieren desplazar a los pequeños empresarios turísticos, los dueños de hoteles pequeños para construir ahí grandes emporios turísticos con ayuda de los militares , de la policía y del estado. Ingresan ahí y se plantan.

Lo mismo pasa en Guayaquil, en Quito. En este momento lo que nosotros estamos temiendo es que en las zonas de organización del movimiento indígena vaya a haber una presencia militar mucho más fuerte para impedir tanto la organización como la movilización, ya sea ahora o en el futuro.

Seguramente en este momento todos los compañeros de parte del movimiento se deben estar organizando, viendo qué hacer y seguramente habrá una respuesta a corto plazo. Pero en este momento todavía no hemos salido del shock. De este golpe que nunca nos habían dado pero que ya lo veíamos venir.

En los sectores urbanos también marginales, donde la lógica del terror se va sintiendo, mucha gente está de acuerdo con lo que está viniendo: la militarización, la fascistización de la sociedad, el hecho de que se pueda nomás así humillar o matar o disparar al otro sin cargo ni inventario; donde casi siempre los jóvenes hombres son la carga de cañón y las mujeres son las que tienen que sufrir todo el embate de las guerras.

Toda esta generación del shock, de la doctrina del shock es para meter las medidas impopulares como lo del IVA, el TLC con China o el acuerdo militar con Estados Unidos, pero además también se querrá meter gran minería en los sectores indígenas, quitar el subsidio al combustible.

Todas estas medidas que están atrás de este golpe, este shock que nos están metiendo tiene mucho que ver con cuáles son los beneficiarios de esta guerra. No son las mafias, no son estos grupos delincuenciales.

¿Quienes son los beneficiarios?

Al final los beneficiarios son los grandes capitales, las grandes mineras, las grandes empresas de extractivismo turístico. Incluso los grandes centros comerciales para la extracción urbana.

La presencia del estado siempre ha sido una presencia militar

Aquí en el Ecuador la presencia militar siempre ha existido. De alguna forma en todas las comunidades ha existido. Ha sido la presencia natural del estado, la presencia militar en todas partes.

La diferencia ahora es que viene con una presencia de control mucho más fuerte.

Siempre que ha habido algún problema de extracción minera en el Ecuador han sido el ejército o la policía los que se han metido, porque debido al control territorial que tiene el movimiento indígena aquí en el Ecuador las bandas delincuenciales han sido muy poquitas, entonces es más fácil desplazar a la gente con presencia militar que con presencia de bandas delincuenciales.

Estrategia electoral de Novoa

Obviamente toda esta oleada de violencia le ha servido al estado, y al presidente y al gobierno para generar todo lo que está viniendo y empezar a meternos cosas.

Por otra parte, las elecciones son el 2025. Seguramente también está haciendo todo esto porque necesita ganar una reelección para poder durar 4 años más. Y va en camino de eso. Esto también es parte de su estrategia electoral para poder ganar esas elecciones.

La gente estorba al capital en todo el mundo

La lógica de la militarización que no sólo es un problema ecuatoriano, es una lógica geopolítica. Nosotros creemos que es todo Latinoamérica y el mundo en general el que está yendo al camino de sociedades militarizadas para generar control, porque hay mucha gente y pocos recursos y obviamente las lógicas del capital extractivo lo que quieren es acaparamiento de recursos y la gente le estorba y obviamente nos están matando y eso es lo que está pasando en el Ecuador.