Sociólogo: Avelino
Zamora Lingán
Entre
las diez estrategias de manipulación a los pueblos, planteados por Noam
Chomsky, se encuentra una que generalmente es muy utilizada en la publicidad;
pero, hoy, en tiempos de neoliberalismo económico y de DEPREDACIÓN DE LA
NATURALEZA, también está siendo utilizada en el campo político, es decir por
gobernantes que buscan someter a los pueblos, asimismo, por operadores de
grandes empresas privadas y trasnacionales que intentan imponer megaproyectos,
sin disponer de licencia social: Esta estrategia consiste, según Chomsky, en
“tratar a las personas adultas como a criaturas de poca edad". Consiste en
utilizar discursos, argumentos, personajes, gestos y entonación particularmente
infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si los interlocutores
fuesen criaturas de poca edad o deficientes mentales. Cuanto más se intente
buscar engañar a la opinión pública más se tiende a utilizar un tono
infantilizan-te”. Pero ¿Cuál es la razón para este trato aniñado? La razón es
muy sencilla, dice Chomsky: “Si uno se dirige a una persona como si tuviese la
edad de 12 años o menos, entonces en razón de la sugestionabilidad, ella
tenderá, con cierta probabilidad, a una reacción o respuesta también desprovista
de racionalidad y sentido crítico, como la de una persona de 12 años de edad”.
La sugestionabilidad consiste en dominar la voluntad de alguien llevándolo a
obrar en determinado sentido. Por ejemplo, algunas transnacionales mineras
buscan que la población cajamarquina obre o se comporte en función a sus
intereses económicos, y para lograr ello, que mejor que sugestionar a la
población tratándolo como a niños, con argumentos o mensajes aparentemente
cargados de racionalidad, pero que en el fondo no son más que falacias o
mentiras.
El ejemplo más evidente del trato infantilizante a la población lo constituye el trato que las transnacionales mineras dan a las poblaciones de su ámbito de influencia, no sólo aquí en la región Cajamarca, sino en todas las regiones donde desarrollan sus actividades. Tal como indica el intelectual norteamericano Chomski, trato que se expresa en una serie de actitudes como gestos, argumentos, discursos, expresiones, exposiciones, etc., etc. Pero, sin duda alguna el argumento de Minera Yanacocha, vertido con relación a los trabajos que viene realizando en las lagunas de Conga, corona, embandera, es el prototipo o el emblema de lo que puede ser un trato infantilizante a la población cajamarquina, aunque algunos llamarían a eso “insulto grosero a la inteligencia”. Argumentar, por ejemplo, en el afán de justificar sus trabajos contemplados en su mega proyecto Conga, que apuntan a construir diques para trasvasar las lagunas, que tales trabajos “son de prevención de desastres ante el fenómeno del niño” es precisamente imaginar que todos quienes oímos o escuchamos tal argumento somos niños menores de edad o lo que es peor unos débiles mentales. Sin embargo, una cosa es que ellos juren y re-juren que los adultos cajachos somos niños o débiles mentales pero otra cosa muy distinta es que en realidad lo seamos.
El ejemplo más evidente del trato infantilizante a la población lo constituye el trato que las transnacionales mineras dan a las poblaciones de su ámbito de influencia, no sólo aquí en la región Cajamarca, sino en todas las regiones donde desarrollan sus actividades. Tal como indica el intelectual norteamericano Chomski, trato que se expresa en una serie de actitudes como gestos, argumentos, discursos, expresiones, exposiciones, etc., etc. Pero, sin duda alguna el argumento de Minera Yanacocha, vertido con relación a los trabajos que viene realizando en las lagunas de Conga, corona, embandera, es el prototipo o el emblema de lo que puede ser un trato infantilizante a la población cajamarquina, aunque algunos llamarían a eso “insulto grosero a la inteligencia”. Argumentar, por ejemplo, en el afán de justificar sus trabajos contemplados en su mega proyecto Conga, que apuntan a construir diques para trasvasar las lagunas, que tales trabajos “son de prevención de desastres ante el fenómeno del niño” es precisamente imaginar que todos quienes oímos o escuchamos tal argumento somos niños menores de edad o lo que es peor unos débiles mentales. Sin embargo, una cosa es que ellos juren y re-juren que los adultos cajachos somos niños o débiles mentales pero otra cosa muy distinta es que en realidad lo seamos.
El
argumento de “trabajos de prevención, por el fenómeno del niño” no se lo cree
ni siquiera los niños cajamarquinos, menos los niños campesinos de Conga y, por
último, es probable que ni el señor Velarde crea en su propio argumento. Pues,
cualquier campesino, con sólo su sentido común, sabe que en los espacios
alto-andinos o jalcas, cuya altitud sobrepasa los 3,800 msnm, espacio donde se
encuentra precisamente el mega proyecto Conga, es casi imposible que se produzcan
deslizamientos de tierra, huaycos o taludes, aunque llueva cuarenta días y
cuarenta noches, porque esta se encuentra cubierta de Ichu, yerba de raíz
profunda y maciza, además de otros tipos de vegetación, que sirven de fijadores
naturales del suelo. Además, estos espacios generalmente son mesetas o
semiplanos, muy poco empinados, y escasamente poblados. No obstante hay que
indicar que los suelos alto-andinos se aflojarían o debilitarían únicamente
cuando hay un fuerte movimiento o remoción del suelo, causado obviamente por la
acción humana, tal como la empresa minera está haciendo con sus trabajos “de
prevención”. Reiteramos, si es que existe un temor por deslizamientos de suelos
o de tierra en las alturas de Conga es porque alguien está removiendo o aflojando
a los suelos con maquinaria pesada, entonces en esas condiciones sí podría
haber tales deslizamientos; y, no sólo eso, sino habría un proceso de
destrucción sistemática del entorno hídrico: destrucción de colchones
acuíferos, interrupción de los flujos de agua hacia las fuentes, disminución
del caudal de las lagunas, incluido contaminación por los residuos de aceites y
petróleo esparcidos por los suelos y las escorrentías de agua. El representante
de Yanacocha, quien trata a los cajamarquinos como a menores de edad sostiene
que “hay que recordar el fenómeno del niño de 1997, en donde hubieron más de
5000 viviendas afectadas en la región Cajamarca”. Este argumento que busca
justificar los trabajos ilegales e ilegítimos de destrucción de los colchones acuíferos,
es totalmente manipulador, engañoso y genérico; porque, ciertamente, en 1997
hubieron afectados por el fenómeno del niño, en la región Cajamarca, pero no
por deslizamientos, huaycos, crecidas de ríos, bajada de cerros, etc., en la
zona de conga o en las zonas alto-andinas; tales desastres son comunes en las
partes bajas, vale decir allí donde la tierra es mucho más movediza, empinada,
erosionada y con escasa vegetación natural, además donde existe mayor
concentración poblacional.
Agregando un poco más sobre el trato infantilizan-te que dan los grupos de poder a los pueblos y concretamente algunas transnacionales mineras, éste se expresa, por ejemplo en argumentos y gestos harto conocidos y reconocidos, como: decir que “las truchas mueren porque no saben nadar”, “las lagunas de Conga no sirven porque se trata de aguas estancadas”, “las tierras de las zonas alto-andinas no sirven porque son infértiles, eriazas”, “el agua de lluvia se desperdicia porque el 70 % va al mar”, etc., etc., etc. son ejemplos concretos de argumentos que constituyen un insulto al sentido común de los pueblos y que efectivamente, tal como dice Chomsky, demuestran que los grupos de poder económico tratan a los pueblos como a niños menores de 12 años. Otro de los mecanismos mediante los cuales se da tal trato a los pueblos son los gestos traducidos en el otorgamiento de dádivas y regalos, tal como el padre le otorga al niño un caramelo, chocolate o cualquier regalo juguete para que no llore o para que se porte bien. Los programas sociales, de los cuales Ollanta Humala dice “sentirse orgulloso”, y con este mensaje, junto con el de “reciban los saludos de Nadinne”, anda recorriendo el país vociferándolo a los cuatro vientos; sin percatarse o darse cuenta de que tales programas son en realidad programas asistencialistas, paternalistas, que constituyen el indicador más genuino de que éste aprendiz de gobernante y todos los anteriores tratan a las poblaciones como si fueran niños de teta.
Agregando un poco más sobre el trato infantilizan-te que dan los grupos de poder a los pueblos y concretamente algunas transnacionales mineras, éste se expresa, por ejemplo en argumentos y gestos harto conocidos y reconocidos, como: decir que “las truchas mueren porque no saben nadar”, “las lagunas de Conga no sirven porque se trata de aguas estancadas”, “las tierras de las zonas alto-andinas no sirven porque son infértiles, eriazas”, “el agua de lluvia se desperdicia porque el 70 % va al mar”, etc., etc., etc. son ejemplos concretos de argumentos que constituyen un insulto al sentido común de los pueblos y que efectivamente, tal como dice Chomsky, demuestran que los grupos de poder económico tratan a los pueblos como a niños menores de 12 años. Otro de los mecanismos mediante los cuales se da tal trato a los pueblos son los gestos traducidos en el otorgamiento de dádivas y regalos, tal como el padre le otorga al niño un caramelo, chocolate o cualquier regalo juguete para que no llore o para que se porte bien. Los programas sociales, de los cuales Ollanta Humala dice “sentirse orgulloso”, y con este mensaje, junto con el de “reciban los saludos de Nadinne”, anda recorriendo el país vociferándolo a los cuatro vientos; sin percatarse o darse cuenta de que tales programas son en realidad programas asistencialistas, paternalistas, que constituyen el indicador más genuino de que éste aprendiz de gobernante y todos los anteriores tratan a las poblaciones como si fueran niños de teta.
Finalmente,
lo del “fenómeno del niño” puede ser real o puede que no. Pero lo que sí es
cierto es el uso o el aprovechamiento político que se está haciendo de él.
Hasta de cortina de humo podría estar sirviendo, para esconder una diversidad
de problemas políticos, judiciales y escándalos de corrupción en la que se
encuentra la pareja presidencial y su séquito. Por lo pronto, aquí en
Cajamarca, Yanacocha no pierde el tiempo y está utilizando el pretexto del
fenómeno del niño para justificar sus trabajos del mega proyecto Conga. Por
otro lado, el fenómeno del niño podría ser muy buen pretexto para que muchos
gobiernos locales y regionales soliciten millonarias sumas de dinero, sin
mayores requisitos, para los “trabajos de prevención del fenómeno del niño”;
pero que en realidad gran parte de ese dinero podría hacerse humo en el camino,
ir a parar a alguna cuenta bancaria personal; ir a engrosar las billeteras de
algunos alcaldes o presidentes regionales, funcionarios públicos, etc. Sino,
preguntémosle a la población de Ica, quien fue afectada por el terremoto;
millones de soles o dólares fueron a engrosar las billeteras de los
funcionarios apristas de esa famosa comisión de reconstrucción del Sur. Bien
reza el dicho popular “a río revuelto ganancia de pescadores”, ¡Y qué ganancias
que obtienen algunos peces gordos!! Igual destino habrían corrido los 820
millones destinados a la construcción de la planta de tratamiento de Huachipa,
la misma que, según los expertos, debería haber permanecer, por lo menos 30
años, sin ningún rasguño; pero que lamentablemente a los cuatro años de
inaugurada tal obra ya hace agua por todos lados y por lo tanto ya casi es
inservible. En fin, en un país donde la población es tratada como niños no se
puede esperar otra cosa; y lo peor, es que a veces, en realidad los peruanos si
nos comportamos como si todos fuésemos niños, porque nuestra capacidad de
pensar cada vez es más limitada. Nos gusta sólo la farándula, la chismosería
mediática, el entretenimiento y el dinero. ¿Acaso, no es así como se comportan
los niños?
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