Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Con bombos y
platillos se realizó la denominada “Caminata por la paz y la seguridad
ciudadana”, organizada por la municipalidad de Cajamarca, en coordinación con
otras entidades del Estado, incluido un sector de las llamadas Rondas Urbanas
descentralizadas, en la cual participaron muy bien formadas, en fila de a dos,
luciendo polos blancos y pancartas, aproximadamente 1000 personas, de las
cuales, en su gran mayoría, niños de algunos jardines infantiles, de escuelas y
jóvenes de algunos colegios, institutos y universidades privadas, entre éstas de
la UPAGU. Bien, en el presente comentario realizamos algunas observaciones a
tan aludida y promocionada actividad.
No cabe duda que a
todos quienes hemos observado dicha caminata nos a traído al recuerdo aquellas
famosas contramarchas realizadas entre el 2011 y 2012, organizadas por el
también famoso “Colectivo Cajamarca”, cuyos integrantes más visibles eran Luis
Guerrero, Jorge Vergara, Emilio Horna, y el actual Alcalde Manuel Becerra. Como
se recordará, tales marchas tenían un lema algo así como “Por Paz, trabajo y
Desarrollo, en contra de la Violencia”, que se contraponían a las marchas
populares realizadas en contra del mega proyecto Conga. En aquella oportunidad,
los participantes en aquellas marchas también lucían polos blancos, eran un
tanto más numerosos, sólo que allí cubrían sus rostros con las mismas pancartas
que llevaban, probablemente, por la vergüenza que pesaba sobre ellos, al darle
la contra a todo un pueblo que estaba luchando por defender sus recursos
hídricos. Pero, también, la caminata del domingo 22 de marzo, a hecho recordar
la gran marcha que organizó don Jesús Coronel Salirrosas, estando como
Presidente Regional, con su slogan muy recordado “Corrupción Cero”, donde casi
todos los trabajadores de la región salieron a marchar con sus polos blancos,
al igual que en la reciente caminata, donde también han participado muchos
trabajadores de algunas instituciones estatales y privadas.
Si algo de común
tienen las marchas y caminatas, organizadas por las instituciones sean
estatales o privadas, es que en todas ellas quienes participan muestran poco o
nada de entusiasmo, tampoco se oyen arengas alusivas a los objetivos por los
cuales salen a marchar; se nota que muchos muestran cierta vergüenza. Pero, en
cambio, sí existe mucho ruido, causado por las bandas de músicos contratadas
para la ocasión. Esto estaría indicando o sugiriendo que tales marchas o
caminatas son acciones meramente cívicas “de sensibilización” y que los
participantes serían obligados a participar en dichas marchas y caminatas. De
otro lado, ¿Ha notado usted que quienes participan en dichas marchas, en su
mayoría son personas de clase media acomodada, que casi nunca se les ve en las
marchas y protestas sociales populares? Claro, esto no quiere decir, que en las
marchas y caminatas organizadas por instituciones públicas y privadas, no
participen personas de la clase media hacia abajo, como por ejemplo campesinos,
obreros, etc. sólo que en este caso sí que existirían descaradas y abiertas
manipulaciones complementados con regalos y propinas, al puro estilo de las
campañas electorales.
Ahora, vayamos un
poco más al fondo de estas marchas, especialmente de la denominada “caminata
por la paz y la Seguridad Ciudadana”. En un contexto social, como el que está
inmerso el departamento de Cajamarca, especialmente cinco provincias:
Cajamarca, Celendín, Hualgayoc, San Marcos y Cajabamba, marcado por las
protestas sociales en contra del mega proyecto Conga, las cuales, en los
próximos meses, tienden a reactivarse y a generalizarse aún más, es decir,
tales protestas serían en contra de algunos otros proyectos mineros que están
siendo ejecutados y otros por ejecutarse a lo largo y ancho de la región
cajamarquina. Entonces, en un contexto como este NADA ES CASUAL. Todo lo que
hagan o dejen de hacer quienes ven con buenos ojos a la actividad minera y que
creen que la minería es la única actividad que da trabajo y genera desarrollo,
tiene un trasfondo u objetivo oculto, que en último de los casos, ese objetivo
o trasfondo no sería tan oculto, porque el pueblo ya lo sabe: y es que AQUÍ
TANTO EL ESTADO, COMO LOS DUEÑOS DE LAS TRANSNACIONALES, QUIEREN IMPONER, A LA
FUERZA, LAS ACTIVIDADES MINERAS, aunque sea a sangre y fuego si es necesario. Cuando
decimos “el Estado” nos referimos a un Estado entreguista, con los diferentes
gobiernos de turno y sus diferentes instituciones gubernamentales locales
(Municipalidades), regionales y nacionales, que se ponen al servicio de las
transnacionales y que se han acostumbrado a recibir dinero fácil de las
transnacionales ya sea a través de tributos o a través de la corrupción. Desde
esta perspectiva, la famosa “caminata por la paz y la seguridad ciudadana”
sería utilizada como un “termómetro” para medir la respuesta del pueblo, ya sea
favorable o desfavorable a tal evento; pero también puede estar siendo
utilizada como parte de las estrategias de “sensibilización” o “ablandamiento”
de tal manera que así se vaya construyendo o generando actitudes favorables a
los proyectos mineros. Es más, que duda cabe, que entre el “paquete” de
mecanismos de “ablandamiento” o “sensibilización social” se encontrarían: La
visita del embajador norteamericano, la llegada de algunos ministros, el arribo
de médicos norteamericanos, el ofrecimiento de becas y de “miles de dólares” a
la región”, las últimas declaraciones de Roque Benavides respecto a que “se
unirían Conga, El Galeno y Michiquillay” para viabilizar a estos proyectos y
así, dicho en otros términos “matar tres pájaros de un solo tiro”.
¿Qué significa la
palabra PAZ? La clase dominante ha convertido a la palabra PAZ en un cliché, o
caballito de batalla que históricamente lo repite hasta el cansancio en su afán
de conservar el orden social o statu quo, o lo que es lo mismo, cuando no desea
verdaderos cambios o transformaciones sociales tan demandados por la clase
dominada. Lo contrario sería si es que a la palabra PAZ lo complementaran con
estas dos: JUSTICIA SOCIAL. Justicia social son precisamente las palabras clave
para encontrar la paz. Lo que no entienden o no quieren entender los sectores oficiales es que SIN JUSTICIA
SOCIAL JAMÁS HABRÁ PAZ; la paz es una utopía, es una frase hueca, sin
contenido. ¿Acaso los delincuentes nacen? Los delincuentes son engendros de una
sociedad injusta en todos los sentidos: Por ejemplo, en lo económico, desde
hace más de 20 años se viene aplicando un modelo económico absolutamente
excluyente: el modelo neoliberal de un capitalismo salvaje: pues, este modelo,
todos los años lanza a la calle a millones de seres humanos a que vivan como
pueden, como se dice, “a la voluntad del creador”; en lo educativo, la
educación se viene privatizando y mercantilizando a pasos agigantados, mientras
que cada vez se mediocratiza más, y también lanza a las calles a millones de
jóvenes a una sociedad donde las fuentes de trabajo cada vez son sólo para
algunos “privilegiados” y en otros casos, para un puesto de trabajo hay que
formar filas de varios kilómetros. Desde esta perspectiva, razón tendrían
algunos analistas sociales cuando sostienen que, en realidad, las verdaderas
víctimas de una sociedad injusta son los llamados “delincuentes” No, los
delincuentes de cuello y corbata, sino aquellos delincuentes que roban un
celular, una gallina, una cartera y que precisamente son éstos quienes
tugurizan las cárceles porque no tiene como defenderse.
Finalmente, PAZ es un
término que, según el DRAE, tiene varias acepciones, pero todas ellas desde el
enfoque idealista metafísico, por ejemplo, siendo algunas de ellas: quietud,
sosiego, tranquilidad. También correctamente aplicado a quienes dejan éste
mundo, cuando se dice: “que en paz descanse” o que “de la paz disfrute”, etc.
Pero en la sociedad, como en la naturaleza y el mismo Ser (humano) que tienen
VIDA, hablar de paz, es anti-histórico, anti-dialéctico, porque la vida misma
está en continuo devenir, está en lucha, es dinámica, NO EXISTE ESA QUIETUD,
ESE SOCIEGO o esa tranquilidad, porque si existieran tales situaciones entonces
NO SERÍA VIDA, sería muerte. En la sociedad, se vive en permanente lucha,
determinada precisamente por una de las leyes dialécticas: la ley de la
contradicción. Contradicción que a su vez está caracterizada por la división en
dos grandes clases sociales antagónicas: una que domina, somete, subordina,
explota a otra, compuesta por la gran mayoría de la población. La primera vive
de la segunda y la segunda no puede existir sin la otra. Es así como, desde el
enfoque dialéctico, se configura “la
unidad y lucha de contrarios”. Por ello es que la PAZ a secas, nunca ha existido ni existirá, salvo en los
cementerios, claro está. Peor aún cuando no existe justicia social. De allí que
quienes promuevan marchas, caminatas, etc, etc, por la PAZ, deben complementar
esta bonita palabra con las palabras JUSTICIA SOCIAL. No pueden “andar” la una
sin las otras dos. Una moneda, dos caras: en un lado PAZ y en el reverso
JUSTICIA SOCIAL.
Escrito: 23 de marzo del 2015
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