Preocupación e incertidumbre es lo que se vive después del desastre en el Norte de Chile. No sólo por la situación de los desaparecidos, muertos y damnificados. A esto, se suma el desastre económico y la desesperanza de haber perdido absolutamente todo. Pero hay una situación aún más grave. Los relaves mineros.
Según informa la web relaves.org, un relave es es el área ocupada por los desechos de roca molida, minerales, agua, metales pesados y químicos como cianuro, arsénico, plomo, cadmio, zinc, mercurio, entre otros, que se obtienen como producto de los procesos de concentración de minerales. Estos relaves se depositan en forma de pulpa, en donde el material sólido va decantando en el fondo de una laguna artificial.
Es el PAM más significativo según su tamaño y riesgo, representa entre el 60 y 80 % de los PAM de una faena minera.
¿Qué tipos de relave existen?
- Relave activo u operativo: Relave que se encuentra en operación y es parte de una faena minera abierta y activa.
- Relave inactivo: Relave sin operación en proceso de cierre o reapertura.
- Relave abandonado: Relave en desuso y en abandono, del cual nadie se hace cargo. Muchos de ellos son un real peligro para la población y medioambiente.
Estos depósitos mineros se vieron, claramente, afectados por la inundaciones sucedidas en el norte de nuestro país, sobre todo los que están ubicados en el curso del río “El Salado”, el cual se desbordó y arrasó con los pueblos Diego de Almagro, El Salado y Chañaral, ubicados en la Región de Atacama. El cauce del río arrastró estos desechos tóxicos y los barriales que quedaron depositados en los pueblos y en la ciudad de Copiapó, están contaminados.
El gobierno ha decretado alerta sanitaria en la zona y están despachando vacunas para el tétano y la enfermedad de la hepatitis. Sin embargo, respecto de la toxicidad de la tierra y los escombros, no se han pronunciado mayormente.
Al ser consultado el día de ayer sobre este tema, el Ministro Secretario General, Álvaro Elizalde, señaló que el gobierno le ha encomendado a los organismos pertinentes de salud y medio ambiente, que realicen los estudios y análisis necesarios para determinar si hay niveles de contaminación que constituyan un riesgo para la población. Lo anterior, además sobre los cientos de bolsas que han aparecido en la localidad de Paipote, y que posiblemente corresponden a desechos de laboratorios mineros y las denuncias que se han recibido por una eventual contaminación. Además señaló que, como gobierno, van a ser completamente responsables al señalar públicamente, sólo la información debidamente corroborada y confirmada.
Esto no deja de ser alarmante ya que, si hay niveles de contaminación que puedan ser de alto riesgo, el gobierno nuevamente va a funcionar de manera reactiva y no preventiva, exponiendo a las personas de forma innecesaria, hasta que los resultados sean concluyentes.
Frente a este escenario, los senadores Alejandro Navarro y Alejandro Guillier oficiaron al director del Instituto de Salud Pública Dr. Roberto Fábrega a fin de solicitar la realización de un estudio toxicológico con objeto de verificar los efectos ante los eventuales rebalses sufridos en los distintos relaves mineros ubicados en las zonas afectadas por el aluvión.
Navarro indicó “existe una creciente preocupación de los habitantes de las regiones afectadas por el desastre del norte, producto de la ausencia de datos oficiales que verifiquen o refuten la presencia de metales pesados tanto en el agua como en la tierra de las zonas pobladas”.
El legislador agregó que “en Copiapó, hay fuertes sospechas de la contaminación del agua con desechos mineros ya que el relave Sali Hochschild estaría contaminando los causes de las aguas que bajaron por las calles.
El riesgo que implican estos relaves para la sociedad nortina es sabido desde hace mucho tiempo y hay que recalcar que, pese a las denuncias que se han hecho, jamás el estado tomó cartas en el asunto y, cuando se tuvo la oportunidad, nuestros legisladores, nuevamente hicieron lo suyo. En el año 2010, la periodistaCarola Fuentes realizó un reportajeen donde se denunció las irregulares en los procesos de cierre de las faenas mineras y se alertó del peligro que implicaba el abandono de estos desechos mineros para el medio ambiente y para las personas que viven en las cercanías de dichos relaves. Producto de este trabajo, se pidió la creación de una comisión investigadora para que se hiciera cargo del tema; sin embargo, los parlamentarios, en ese entonces, oficialistas (No olvidar que en ese momento, el gobierno de turno correspondía a la administración deSebastián Piñera) objetaron la creación de dicha comisión investigadora, argumentando que esta situación buscaba poner en duda al ministro de Minería,Laurence Golborne, luego de la popularidad alcanzada tras el rescate de los 33 mineros en el yacimiento San José.
Lo más alarmante de esta situación es que el alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini, confirmó que los vecinos están sintiendo picazones en su cuerpo y en los pies producto posiblemente de los metales pesados de los tranques de relaves abandonados junto a la capital regional de Atacama.
Este tipo de denuncias se multiplican y aparecen en diversos medios como un detalle más dentro del desastre; sin embargo, la gravedad de esta situación aún no se puede dimensionar. Un claro ejemplo es el siguiente, aparecido en un artículo de El Mercurio
…”Esto es peor que una guerra”, dice Atricio Caroca. Al llegar, cruzando el lodazal, se ven autos enterrados, casas, un socavón profundo y decenas de personas buscando ayuda. Caroca dice: “Las autoridades están completamente superadas”. Están expuestos a aguas servidas, animales muertos y restos de relaves mineros, dicen los vecinos.
…Mercedes Carmona dice que los relaves en la parte superior eran un peligro y lo advirtieron. “Todo se vino abajo, las olas eran enormes, de dos metros y más”, recuerda. Más de 220 vecinos subieron a un cerro para protegerse y aún siguen ahí, esperando por ayuda.
Al menos, en el caso de la región de Coquimbo, al parecer, la población se puede quedar más tranquila. El día 29 de marzo, las autoridades señalaron que, al menos, los cauces utilizados para el suministro de agua potable de las ciudades de La Serena y Coquimbo, no están contaminados con material de relave.
“El río Elqui no tiene metales pesados asociados a los relaves, por lo tanto, damos seguridad a la comunidad de que no hay indicios de contaminación”
Este anuncio fue realizado por la intendenta Hanne Utreras. Además, señaló que los resultados de las pruebas fueron confirmados por la Seremi de Salud y también por la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
En Twitter: @AngelaBarraza
Angela Barraza RissoEl Ciudadano
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