jueves, julio 02, 2015

¿CUÁNDO CALLA EL PERIODISMO?


Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

“Cuando empieza un conflicto es habitual que ambas partes se escuden detrás de la ‘seguridad’ y los ‘intereses’ nacionales. Y que a través de los medios de difusión masiva, que actúan como mecanismos clave de la negación, las dos partes mientan, tergiversen los datos y calumnien al enemigo, queriendo hacer pasar por ‘información objetiva’ lo que en realidad es propaganda interesada”. Carlos Fazio

La imagen creada en torno al periodismo, es que éste divulga, publica y da a conocer TODO; y, además, lo hace de manera “objetiva” e “imparcial”, es decir todo hecho o suceso social o particular que sea de “interés colectivo” o “importante para la opinión pública”. Al respecto, y para evitar pasar por alto estos casi “paradigmas” periodísticos, inmediatamente planteo algunas interrogantes: ¿Quién determina qué hecho social es de “interés colectivo” e “importante para la opinión pública”?,  ¿El periodista?, ¿El presentador de noticias?, ¿El reportero?, ¿El editor de noticias? ¿El equipo de prensa?, ¿El jefe o equipo de investigación? ¿El dueño, los dueños o los accionistas principales de los medios de  comunicación? ¿Es posible comunicar o dar a conocer “todos” los hechos o sucesos que ocurren en el ámbito local, nacional, internacional, etc.?; ¿más aún, cuando en el tiempo que he tardado en escribir estas primeras diez líneas de mi comentario es probable que hayan ocurrido cientos y quizá miles de sucesos, tanto en el ámbito nacional como internacional? Entonces, creo honesta y humildemente y en honor a la realidad, que humanamente NO TODO PUEDE, SER PUBLICADO POR EL PERIODISMO. En realidad, nuestra humilde opinión es que quienes deciden qué hecho o suceso es “importante para la opinión pública” y qué hecho o suceso es de “interés colectivo”, serían, casi siempre o generalmente  LOS DUEÑOS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, los grupos del poder político y económico, los gobiernos dictadores, en función a sus intereses políticos y económicos, en función a lo que, según ellos, “mas conviene al interés nacional”, en realidad, hoy, debe traducirse “interés nacional” como “Interés privado”, sobre todo ahora donde reina la economía de libre mercado.      

El otro asunto, respecto de lo que se dice del periodismo está relacionado con LA VERDAD. ¿Dicen la verdad los periodistas? ¿Qué es la Verdad?, ¿Es objetiva o subjetiva? ¿La verdad es una sola? o ¿existen tantas verdades como cabezas pensantes hay? Por ejemplo, algunos periodistas, comunicadores sociales, políticos, autoridades, etc., utilizan mucho las expresiones, respecto a un hecho social: “Esa es mi verdad”, “esa es tu verdad” o “mi verdad contra tu verdad”, etc. con este tipo de expresiones se sugiere, entonces, que existen varias verdades y que además éstas pueden ser subjetivas. Estoy de acuerdo en que a distintos hechos o sucesos sociales le pueden corresponder diferentes verdades; pero a un solo hecho o suceso sólo le corresponde una y sólo una verdad y además, ésta es objetiva. La verdad surge sólo de la realidad objetiva; difícilmente puede surgir del mundo subjetivo o de la realidad subjetiva. Por ejemplo, cuando un reportero de algún canal televisivo o radioemisora reporta que en una determinada protesta social participaron 5,000 personas; mientras que otro, de otro medio, hace su reporte indicando que en dicha movilización sólo participaron aprox. 2500 personas; al mismo tiempo, otro reporta que en dicha protesta apenas hubo 1000 personas, y así sucesivamente. ¿A quien le creemos o a cual de las versiones creemos? Y ¿Dónde está la objetividad cuando sobre un mismo hecho se reporta con tres datos diferentes? Por suerte, usted y yo fuimos partícipes en la protesta y observamos que efectivamente participaron aproximadamente 5000 personas; pero los que no estuvieron observando el hecho, probablemente formen su opinión sobre la base de las dos mentiras propaladas por esos dos  reporteros. Por lo tanto la conclusión sería que el primer reportero está mucho más cerca a LA VERDAD DEL HECHO y por ello estaría en el marco de la objetividad; mientras que los otros dos, al dar reportes que no concuerdan con la realidad objetiva, su “verdad” es subjetiva, a la cual intentan transformarlo en objetiva, disfrazándola de “imparcial” y “objetiva”. Este último estilo de hacer periodismo es lamentablemente el predominante en el mundo, por ello es que las poblaciones o la opinión pública es objeto o víctima del engaño, de la desinformación y manipulación mediática.  

Otros estudiosos de las Ciencias Sociales son mucho más polémicos y provocadores. Consideran a los medios de comunicación masiva como “instrumentos de propaganda”, sobre todo en situaciones de guerra o de grandes conflictos sociales. También en tiempo de crisis política, coyunturas electorales, toma de decisiones económicas importantes, como ejemplo, implementar grandes planes o proyectos que involucran varios millones de dólares, etc.   No a todos, por supuesto, porque puede haber honrosas excepciones, especialmente en provincias, con medios y periodistas “poco influyentes”. En estos casos muchos medios de comunicación masiva, llamados “grandes”   cumplen un  perfecto rol de propaganda a favor o en contra “de”. No obstante, este rol no sería nuevo pues, según los entendidos en la materia, indican que desde tiempos remotos los medios de comunicación habrían cumplido la función propagandística, tal como sostiene Carlos Fazio en su importante publicación electrónica “Terrorismo Mediático: La construcción Social del Miedo en México”, cuando afirma: “Desde hace 3000 años, el arte de la desinformación ha sido un elemento clave en los conflictos bélicos (y sociales). Los relatos acerca de guerras, desde las narraciones históricas de Herodoto y los poemas épicos de Homero, han estado unidos al uso de la propaganda. Entonces no se trataba de escribir la historia objetiva sino de incitar o provocar emociones, positivas o negativas, para configurar la voluntad de la población, las más de las veces tergiversando o manipulando los hechos a favor de la cultura dominante”. En la actualidad, los instrumentos mediáticos se han “especializado” en provocar emociones negativas, más que positivas, para entretener a la población, tenerlos alejados de los verdaderos problemas sociales, y lo hacen, principalmente, a través de los programas basura que emiten los canales de televisión. Los noticieros “sangrientos”, que los inundan y las portadas de los diarios, también cumplen la función de manipulación y entretenimiento, además de castrar o neutralizar la sensibilidad humana. Entonces, desde esta perspectiva lo que en realidad escuchamos, leemos u oímos cotidianamente a través de los medios de comunicación masiva, es en el más alto porcentaje, pura propaganda mediática. Y, la propaganda, de acuerdo con una de tantas definiciones que puedan existir, es el “lenguaje destinado a la masa”. “Emplea palabras u otros símbolos a los cuales sirven como vehículos la radio, la prensa, la televisión y la cinematografía. La finalidad del propagandista es ejercer influencia en la actitud de las masas en puntos que están sometidos a la propaganda y que son objeto de opinión”. Se trata, en definitiva, de modificar la conducta de las personas a través de la persuasión. Es decir, sin parecer forzarlas. Del mismo modo una noticia, un suceso o cualquier otra expresión social adquiere  mayor validez y carácter de “oficial” o “legal”  cuando pasa a los medios, pese a que en éstos es precisamente donde se puede distorsionar, tergiversar, manipular, etc. Lo peor es que el ciudadano común, el espectador, el consumidor de los contenidos mediáticos generalmente no puede distinguir los dobles estándares y, a fuerza de escuchar la “verdad oficial”, la hace parte de su “opinión personal”, lo que a su vez influye en la construcción de una falsa opinión pública, manipulada de principio a fin. Un ejemplo de esa “verdad oficial”: Casi todos los medios de comunicación masiva, peruanos, sostienen que en el conocido “baguazo” murieron sólo 35 personas, entre policías y nativos; PUES, ESA ES LA “VERDAD OFICIAL”, EN BASE A LA CUAL SE HA FORMADO LA OPINIÓN PÚBLICA; sin embargo, la verdad objetiva, no mediática, es, según testimonios propios de la zona donde se produjo el hecho, que allí en el baguazo habrían muerto no menos de 800 nativos. Pero, tal como indica Carlos Fazio, “a veces sucede que hasta los propios periodistas caen en las redes de la propaganda o el doble pensar. Es decir, se creen su propio cuento o lo justifican escudados en el “deber patriótico”, el “interés nacional”, “la imparcialidad” y la “objetividad”.                                   
Cuando calla el periodismo, es un título planteado a propósito. A propósito de un hecho concreto y fundamental para el mundo entero, como es la existencia de una sociedad “secreta” llamada CLUB DE BILDERBERG. Bueno, era “secreta”, por lo menos hasta que aparecieron medios de comunicación alternativos como el Internet o las redes sociales. Respecto a esta sociedad o club ningún medio de comunicación masiva se ocupaba, ni siquiera en dos palabras, dos imágenes o dos líneas; por ello es que precisamente este club o sociedad tenía, hasta hace poco, la categoría de “secreto(a)”. En efecto, nadie sabía que este club existía, desde cuándo; menos, quiénes lo conforman, dónde se reúnen y cuales serían  sus principales objetivos. El periodismo se ocupa, casi a diario, por ejemplo, de que en cuba y Venezuela no hay libertad de expresión, de que los regímenes de estos países confiscan a canales de televisión, emisoras o periódicos; o de que allí la gente se “muere de hambre” etc., etc. Pero de este famoso Club de Bilderberg (crema y nata del capitalismo salvaje) que en realidad es el que decide los destinos de las naciones, casi todos los medios callan en todos los idiomas. Pero, en cambio, este llamado Club de Bilderberg les prohíbe o simplemente no les deja participar en tales cónclaves, es decir les “tapa la boca”, para que no difundan los acuerdos o conclusiones a la que llegan después de cada reunión, ahí se olvidan de invocar a voz en cuello LIBERTADDDD DE EXPRESIONNNN o, de que un grupo de poderosos plutócratas del mundo están atentando contra la “libertad de expresión”.       

Ahora, bien. Se sabe, reitero, a través de medios alternativos como el Internet, que el club Bilderberg fue fundado en 1954, en el Hotel holandés de nombre Bilderberg, al cual precisamente debe su nombre dicho Club y que, a partir de allí, se reúne cada dos años en diversas ciudades del mundo, principalmente de Europa. Su última reunión acaba de transcurrir en Australia, entre el 11 y 14 de junio del presente año, con una asistencia de 150 personajes, los más influyentes y poderosos del planeta. Los puntos de agenda de esta última reunión han sido temas de actualidad internacional, economía y tendencias de opinión. La organización dice que las reuniones se han convertido en un "foro para el debate" sobre una "amplia gama de temas". "Desde el comercio al empleo, de la política monetaria a la inversión y de los desafíos ecológicos a la tarea de promover la seguridad internacional". "En el contexto de un mundo globalizado, es difícil pensar que cualquier tema, ya sea en Europa o América del Norte, pueda ser abordado de manera unilateral". Además, según informa la organización en su página web, se trataron los temas de Grecia, Irán, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, Oriente Próximo, la estrategia europea, el tratado comercial con EEUU, conocido como TTIP, y la OTAN. También están marcados como temas de debate la ciberseguridad, las "amenazas" de las armas químicas, el panorama económico, la globalización y el terrorismo. En general, se cree que se deciden las estrategias que van a seguir organismos como la ONU, la OTAN, el FMI, el BCE o la Comisión Europea. Y, obviamente, tales organismos mundiales tendrán el encargo de hacer conocer dichas estrategias, conclusiones y decisiones a todas las naciones del planeta. De esta forma, el famoso y secreto Club de Bilderberg está constituyendo o configurando El Gobierno Mundial o también   llamado el nuevo Orden Mundial, el mismo que en realidad, tal gobierno o Nuevo Orden ya estaría en vigencia sólo que “en la sombra”; y, dígase de paso, que muchos entendidos ya han bautizado a este Gobierno Mundial, como “LA PRISION PLANETARIA”. Y, además, también, el candidato (a) a la presidencia de Estados Unidos, previamente tiene que ser “invitado” o hacerse “invitar”, por este famoso Club, para llegar a ser inquilino (a) de la Casa Blanca. En fin, para quienes desean conocer más sobre esta importante organización secreta, Daniel Estulin, periodista, estudioso hispano-ruso, precisamente, detalla más al respecto en su interesante libro “Los Secretos del Club de Bilderberg”, el mismo que se puede descargar de la Web.
Como no podía ser de otra manera, en Australia, sede del último cónclave del Club Bilderberg,  se han realizado masivas protestas sociales por un lado, por lo costoso de su organización. Se estima que dicha reunión, cuya duración fue de tres días y con 150 participantes habría costado nada menos que tres millones de euros es decir, poco más de 10 millones de soles y por otro lado, exigiendo que este Club transparente y haga público todas sus conclusiones y decisiones a las que llegan en sus reuniones “secretas”. Exigencia legítima, a la que se deben sumar varias naciones, incluidas las de América Latina, porque no puede ser posible que acuerdos y decisiones que van a afectar, impactar la vida de los pueblos, continúen siendo “secretas”. Ojalá, con el transcurrir del tiempo, se vaya develando todo el secretismo de este famoso club cuyo fin y meta es, como ya señalamos, instalar el Gobierno Mundial o el Nuevo Orden Mundial, donde el CAPITALISMO SALVAJE sea “el sistema económico eterno” que deben asumir todas las naciones, si es posible a sangre y fuego y de manera OBLIGATORIA con lo cual se diría adiós a este fundamental concepto geopolítico: LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS.////////
 Escrito: 27 de junio del 2015  

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