Sociólogo:
Avelino Zamora Lingán
“Cuando empieza un conflicto es habitual que
ambas partes se escuden detrás de la ‘seguridad’ y los ‘intereses’ nacionales.
Y que a través de los medios de difusión masiva, que actúan como mecanismos
clave de la negación, las dos partes mientan, tergiversen los datos y calumnien
al enemigo, queriendo hacer pasar por ‘información
objetiva’ lo que en realidad es propaganda interesada”. Carlos Fazio
La imagen creada en
torno al periodismo, es que éste divulga, publica y da a conocer TODO; y,
además, lo hace de manera “objetiva” e “imparcial”, es decir todo hecho o suceso social o particular
que sea de “interés colectivo” o “importante para la opinión pública”. Al
respecto, y para evitar pasar por alto estos casi “paradigmas” periodísticos, inmediatamente
planteo algunas interrogantes: ¿Quién determina qué hecho social es de “interés
colectivo” e “importante para la opinión pública”?, ¿El periodista?, ¿El presentador de noticias?,
¿El reportero?, ¿El editor de noticias? ¿El equipo de prensa?, ¿El jefe o
equipo de investigación? ¿El dueño, los dueños o los accionistas principales de
los medios de comunicación? ¿Es posible
comunicar o dar a conocer “todos” los hechos o sucesos que ocurren en el ámbito
local, nacional, internacional, etc.?; ¿más aún, cuando en el tiempo que he
tardado en escribir estas primeras diez líneas de mi comentario es probable que
hayan ocurrido cientos y quizá miles de sucesos, tanto en el ámbito nacional
como internacional? Entonces, creo honesta y humildemente y en honor a la
realidad, que humanamente NO TODO PUEDE, SER PUBLICADO POR EL PERIODISMO. En realidad,
nuestra humilde opinión es que quienes deciden qué hecho o suceso es “importante
para la opinión pública” y qué hecho o suceso es de “interés colectivo”, serían,
casi siempre o generalmente LOS DUEÑOS
DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, los grupos del poder político y económico, los
gobiernos dictadores, en función a sus intereses políticos y económicos, en
función a lo que, según ellos, “mas conviene al interés nacional”, en realidad,
hoy, debe traducirse “interés nacional” como “Interés privado”, sobre todo ahora
donde reina la economía de libre mercado.
El otro asunto,
respecto de lo que se dice del periodismo está relacionado con LA VERDAD.
¿Dicen la verdad los periodistas? ¿Qué es la Verdad?, ¿Es objetiva o subjetiva?
¿La verdad es una sola? o ¿existen tantas verdades como cabezas pensantes hay? Por
ejemplo, algunos periodistas, comunicadores sociales, políticos, autoridades,
etc., utilizan mucho las expresiones, respecto a un hecho social: “Esa es mi
verdad”, “esa es tu verdad” o “mi verdad contra tu verdad”, etc. con este tipo
de expresiones se sugiere, entonces, que existen varias verdades y que además
éstas pueden ser subjetivas. Estoy de acuerdo en que a distintos hechos o
sucesos sociales le pueden corresponder diferentes verdades; pero a un solo
hecho o suceso sólo le corresponde una y
sólo una verdad y además, ésta es objetiva. La verdad surge sólo de la
realidad objetiva; difícilmente puede surgir del mundo subjetivo o de la
realidad subjetiva. Por ejemplo, cuando un reportero de algún canal televisivo
o radioemisora reporta que en una determinada protesta social participaron
5,000 personas; mientras que otro, de otro medio, hace su reporte indicando que
en dicha movilización sólo participaron aprox. 2500 personas; al mismo tiempo,
otro reporta que en dicha protesta apenas hubo 1000 personas, y así
sucesivamente. ¿A quien le creemos o a cual de las versiones creemos? Y ¿Dónde
está la objetividad cuando sobre un mismo hecho se reporta con tres datos
diferentes? Por suerte, usted y yo fuimos partícipes en la protesta y
observamos que efectivamente participaron aproximadamente 5000 personas; pero
los que no estuvieron observando el hecho, probablemente formen su opinión
sobre la base de las dos mentiras propaladas por esos dos reporteros. Por lo tanto la conclusión sería que
el primer reportero está mucho más cerca a LA VERDAD DEL HECHO y por ello estaría
en el marco de la objetividad; mientras que los otros dos, al dar reportes que
no concuerdan con la realidad objetiva, su “verdad” es subjetiva, a la cual intentan
transformarlo en objetiva, disfrazándola de “imparcial” y “objetiva”. Este
último estilo de hacer periodismo es lamentablemente el predominante en el
mundo, por ello es que las poblaciones o la opinión pública es objeto o víctima
del engaño, de la desinformación y manipulación mediática.
Otros estudiosos de
las Ciencias Sociales son mucho más polémicos y provocadores. Consideran a los
medios de comunicación masiva como “instrumentos de propaganda”, sobre todo en
situaciones de guerra o de grandes conflictos sociales. También en tiempo de
crisis política, coyunturas electorales, toma de decisiones económicas
importantes, como ejemplo, implementar grandes planes o proyectos que
involucran varios millones de dólares, etc.
No a todos, por supuesto, porque puede haber honrosas excepciones,
especialmente en provincias, con medios y periodistas “poco influyentes”. En
estos casos muchos medios de comunicación masiva, llamados “grandes” cumplen un
perfecto rol de propaganda a favor o en contra “de”. No obstante, este
rol no sería nuevo pues, según los entendidos en la materia, indican que desde
tiempos remotos los medios de comunicación habrían cumplido la función
propagandística, tal como sostiene Carlos Fazio en su importante publicación
electrónica “Terrorismo Mediático: La construcción Social del Miedo en México”,
cuando afirma: “Desde hace 3000 años, el
arte de la desinformación ha sido un elemento clave en los conflictos bélicos
(y sociales). Los relatos acerca de guerras, desde las narraciones históricas
de Herodoto y los poemas épicos de Homero, han estado unidos al uso de la propaganda. Entonces no se
trataba de escribir la historia objetiva sino de incitar o provocar emociones, positivas
o negativas, para configurar la voluntad de la población, las más de las veces
tergiversando o manipulando los hechos a favor de la cultura dominante”. En
la actualidad, los instrumentos mediáticos se han “especializado” en provocar
emociones negativas, más que positivas, para entretener a la población,
tenerlos alejados de los verdaderos problemas sociales, y lo hacen,
principalmente, a través de los programas basura que emiten los canales de
televisión. Los noticieros “sangrientos”, que los inundan y las portadas de los
diarios, también cumplen la función de manipulación y entretenimiento, además
de castrar o neutralizar la sensibilidad humana. Entonces, desde esta
perspectiva lo que en realidad escuchamos, leemos u oímos cotidianamente a
través de los medios de comunicación masiva, es en el más alto porcentaje, pura
propaganda mediática. Y, la propaganda,
de acuerdo con una de tantas definiciones que puedan existir, es el “lenguaje destinado a la masa”. “Emplea
palabras u otros símbolos a los cuales sirven como vehículos la radio, la
prensa, la televisión y la cinematografía. La finalidad del propagandista es
ejercer influencia en la actitud de las masas en puntos que están sometidos a
la propaganda y que son objeto de opinión”. Se trata, en definitiva, de modificar la conducta de las personas a
través de la persuasión. Es decir, sin parecer forzarlas. Del mismo
modo una noticia, un suceso o cualquier otra expresión social adquiere mayor validez y carácter de “oficial” o
“legal” cuando pasa a los medios, pese a
que en éstos es precisamente donde se puede distorsionar, tergiversar, manipular,
etc. Lo peor es que el ciudadano común, el espectador, el consumidor de los
contenidos mediáticos generalmente no puede distinguir los dobles estándares y,
a fuerza de escuchar la “verdad oficial”, la hace parte de su “opinión
personal”, lo que a su vez influye en la construcción de una falsa opinión pública, manipulada de
principio a fin. Un ejemplo de esa “verdad oficial”: Casi todos los medios de
comunicación masiva, peruanos, sostienen que en el conocido “baguazo” murieron
sólo 35 personas, entre policías y nativos; PUES, ESA ES LA “VERDAD OFICIAL”,
EN BASE A LA CUAL SE HA FORMADO LA OPINIÓN PÚBLICA; sin embargo, la verdad objetiva, no mediática, es, según
testimonios propios de la zona donde se produjo el hecho, que allí en el
baguazo habrían muerto no menos de 800 nativos. Pero, tal como indica Carlos
Fazio, “a veces sucede que hasta los propios periodistas caen en las redes de
la propaganda o el doble pensar. Es decir, se creen su propio cuento o lo
justifican escudados en el “deber patriótico”, el “interés nacional”, “la
imparcialidad” y la “objetividad”.
Cuando calla el
periodismo, es un título planteado a propósito. A propósito de un hecho concreto
y fundamental para el mundo entero, como es la existencia de una sociedad
“secreta” llamada CLUB DE BILDERBERG. Bueno, era “secreta”, por lo menos hasta
que aparecieron medios de comunicación alternativos como el Internet o las
redes sociales. Respecto a esta sociedad o club ningún medio de comunicación
masiva se ocupaba, ni siquiera en dos palabras, dos imágenes o dos líneas; por
ello es que precisamente este club o sociedad tenía, hasta hace poco, la
categoría de “secreto(a)”. En efecto, nadie sabía que este club existía, desde
cuándo; menos, quiénes lo conforman, dónde se reúnen y cuales serían sus principales objetivos. El periodismo se
ocupa, casi a diario, por ejemplo, de que en cuba y Venezuela no hay libertad
de expresión, de que los regímenes de estos países confiscan a canales de
televisión, emisoras o periódicos; o de que allí la gente se “muere de hambre”
etc., etc. Pero de este famoso Club de Bilderberg (crema y nata del capitalismo
salvaje) que en realidad es el que decide los destinos de las naciones, casi
todos los medios callan en todos los idiomas. Pero, en cambio, este llamado
Club de Bilderberg les prohíbe o simplemente no les deja participar en tales cónclaves,
es decir les “tapa la boca”, para que no difundan los acuerdos o conclusiones a
la que llegan después de cada reunión, ahí se olvidan de invocar a voz en
cuello LIBERTADDDD DE EXPRESIONNNN o, de que un grupo de poderosos plutócratas
del mundo están atentando contra la “libertad de expresión”.
Ahora,
bien. Se sabe, reitero, a través de medios alternativos como el Internet, que
el club Bilderberg fue fundado en 1954, en el Hotel holandés de nombre
Bilderberg, al cual precisamente debe su nombre dicho Club y que, a partir de
allí, se reúne cada dos años en diversas ciudades del mundo, principalmente de
Europa. Su última reunión acaba de transcurrir en Australia, entre el 11 y 14
de junio del presente año, con una asistencia de 150 personajes, los más
influyentes y poderosos del planeta. Los puntos de agenda de esta última
reunión han sido temas de actualidad internacional, economía y
tendencias de opinión. La organización dice que las reuniones se han convertido
en un "foro para el debate" sobre una "amplia gama de
temas". "Desde el comercio al empleo, de la política monetaria a la
inversión y de los desafíos ecológicos a la tarea de promover la seguridad
internacional". "En el contexto de un mundo globalizado, es difícil
pensar que cualquier tema, ya sea en Europa o América del Norte, pueda ser abordado
de manera unilateral". Además, según informa la organización en su página
web, se trataron los temas de Grecia, Irán, Rusia,
Reino Unido, Estados Unidos, Oriente Próximo, la estrategia europea, el tratado
comercial con EEUU, conocido como TTIP, y
la OTAN. También están marcados como temas de debate la ciberseguridad, las
"amenazas" de las armas químicas, el panorama económico, la
globalización y el terrorismo. En general, se cree que se deciden las
estrategias que van a seguir organismos como la ONU, la OTAN, el FMI, el BCE o
la Comisión Europea. Y, obviamente, tales organismos mundiales tendrán el
encargo de hacer conocer dichas estrategias, conclusiones y decisiones a todas
las naciones del planeta. De esta forma, el famoso y secreto Club de Bilderberg
está constituyendo o configurando El Gobierno Mundial o también llamado el nuevo Orden Mundial, el mismo que
en realidad, tal gobierno o Nuevo Orden ya estaría en vigencia sólo que “en la
sombra”; y, dígase de paso, que muchos entendidos ya han bautizado a este
Gobierno Mundial, como “LA PRISION PLANETARIA”. Y, además, también, el
candidato (a) a la presidencia de Estados Unidos, previamente tiene que ser
“invitado” o hacerse “invitar”, por este famoso Club, para llegar a ser
inquilino (a) de la Casa Blanca. En fin, para quienes desean conocer más sobre
esta importante organización secreta, Daniel Estulin, periodista, estudioso
hispano-ruso, precisamente, detalla más al respecto en su interesante libro “Los Secretos del Club de Bilderberg”, el
mismo que se puede descargar de la Web.
Como no podía ser de otra manera, en Australia,
sede del último cónclave del Club Bilderberg, se han realizado masivas protestas sociales por
un lado, por lo costoso de su organización. Se estima que dicha reunión, cuya
duración fue de tres días y con 150 participantes habría costado nada menos que
tres millones de euros es decir, poco más de 10 millones de soles y por otro
lado, exigiendo que este Club transparente y haga público todas sus
conclusiones y decisiones a las que llegan en sus reuniones “secretas”.
Exigencia legítima, a la que se deben sumar varias naciones, incluidas las de
América Latina, porque no puede ser posible que acuerdos y decisiones que van a
afectar, impactar la vida de los pueblos, continúen siendo “secretas”. Ojalá,
con el transcurrir del tiempo, se vaya develando todo el secretismo de este famoso
club cuyo fin y meta es, como ya señalamos, instalar el Gobierno Mundial o el
Nuevo Orden Mundial, donde el CAPITALISMO SALVAJE sea “el sistema económico
eterno” que deben asumir todas las naciones, si es posible a sangre y fuego y
de manera OBLIGATORIA con lo cual se diría adiós a este fundamental concepto
geopolítico: LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS.////////
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