Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
No cabe ninguna duda que la
“clase política” si es que se le puede llamar clase política a un grupo de
mercantilistas de la política y fieles serviles del capitalismo salvaje y del
libre mercado, aún sigue creyendo que al pueblo peruano se le puede “manejar” o
“manipular” como siempre lo ha venido haciendo desde inicios de la etapa
republicana. Es por ello que sin ningún escrúpulo hoy nos tratarían de imponer, con la complicidad, incluso de
algunos integrantes de los entes electorales y de los instrumentos mediáticos, a
sus candidatos favoritos, naturales,
tanto a la Presidencia de la República como al Congreso, que felizmente el
pueblo ya está dándose cuenta quienes son esos candidatos. ¿No lo sabe? Pues
bien, con la exclusión del escenario electoral de Cesar Acuña y de Julio
Guzmán, quedarían cuatro, que serían los candidatos favoritos, engreídos y
consentidos de la derecha bruta y achorada,
de los grandes empresarios
criollos agrupados en la CONFIEP y de las transnacionales mineras. Estos
cuatro candidatos son, en orden de
importancia, Keiko Fujimori, PPK, Alan García, y Alfredo Barnechea.
Éstos son los
candidatos que cumplirían con el currículo y el perfil requerido por los
agentes del libre mercado, del libre saqueo y de la libre depredación de la
naturaleza, para sentarse en Palacio de Gobierno a partir del 28 de julio,
sustituyendo al más grande traidor de la historia y al mismo tiempo el mejor
servil de los grupos de poder económico y de las transnacionales. Porque, en
realidad o en la práctica son estos grupos quienes han gobernado, en la sombra,
durante estos últimos cinco años, para no retroceder a los años o décadas
anteriores. Si el pueblo hace uso mínimo de su sentido común, se dará cuenta
que las transnacionales y los grupos de poder necesitan un en Palacio a un presidente
con perfil de autoritario, corrupto, asesino y violador de derechos humanos;
pero, sobre todo, que rinda loas y alabanzas al libre mercado o al modelo económico
neoliberal, para imponer los mega proyectos mineros, gasíferos, petrolíferos,
etc.; para vender al capital extranjero todo lo que queda de nuestro país y
privatizar los principales servicios básicos como salud y educación, al costo
social que fuera, si es a punto de bomba, palo y bala, persecuciones, juicios,
encarcelamientos, no importa. Al mismo tiempo, un neoliberal en palacio para
que termine de pauperizar, empobrecer o precarizar aun más al pueblo, luego
pisotear su autoestima y dignidad a punto de regalos, dádivas y Programas
Sociales paternalistas. Ese perfil lo cumple precisamente cualquiera de esos
cuatro candidatos arriba nombrados. ¿O
alguien ha escuchado que, entre la exposición de sus “propuestas”, que estos
cuatro candidatos cuestionen o critiquen al modelo económico del libre
mercado o a la Constitución
Fuji-montesinista, padre y madre de gran parte de los males que hoy atraviesa
nuestro país? No. Al contrario, tales candidatos no ocultan su intención de “clavarle”
al pueblo otro “Shock Económico”, como el de Fujimori a inicios de los 1990;
porque según ellos, los ultra-liberales, fieles devotos del libre mercado, la
crisis económica, la recesión y el “enfriamiento” de la economía, se solucionan
únicamente a través del Shock Económico (terapia del tratamiento), al
menos así lo cree su más principalmente gurú o ideólogo:
Milton Friedman.
En este contexto, es
que, en el presente escenario electoral, han castrado la democracia, de manera
burda y descarada, precisamente por quienes pregonan y predican a “voz en
cuello”, ser sus más fieles defensores y guardianes. Aludo a la propia clase
política, los instrumentos mediáticos y las famosas encuestadoras, quienes, de
tanto “proteger”, sistemáticamente han excluido a la gran mayoría de candidatos
presidenciales, no sin antes clasificándolos como candidatos “pitufos” o
candidatos “chicos”. ¿Qué medio televisivo, de cobertura nacional, qué
encuestadora o que ente electoral habla o comenta, por ejemplo, de Vladimir Cerrón, de Perú
Libertario o de Gregorio Santos (Goyo), de Democracia Directa? ¿Es que han
olvidado que estos personajes, entre otros, que también son candidatos? ¿Qué el
Jurado Nacional de elecciones a aceptado su inscripción al igual que la de los
4 ó 5 candidatos antes aludidos, y que por lo tanto merecen la atención de los
grandes medios de comunicación masiva, de aquellos que, precisamente tanto
gustan llamarse “demócratas”; de las encuestadoras, de los opinólogos, de los
analistas políticos, etc., etc.? O, ¿es que a estos candidatos hay que
aplicarle la “ley del hielo”, la “ley del silencio” o castigarlos con el “látigo
de la indiferencia”, por hablar mal del sistema, del modelo económico o del
saqueo de los recursos naturales? En el caso de Gregorio Santos por haber
cedido a la presión del pueblo y salir
junto con él a las multitudinarias marchas contra el mega proyecto Conga?;
porque, en el fondo, es eso: A Goyo no lo tienen en la cárcel por “corrupto”,
sino por presión política, por temor político y hasta por celo político. Estoy, convencido que si Goyo se hubiese
puesto al lado de las transnacionales y la CONFIEP, estos agentes económicos
hasta lo hubiesen promocionado como su candidato, sin importar que sea un corrupto.
¡Sí, aunque Usted no lo crea!!! Sino pregúntese quienes son sus candidatos
favoritos ¿Acaso no son Keiko, muy vinculada a hechos de corrupción, al igual
que su hermano Kenyi, su padre, sus tíos, tías, etc.; quién es Alan García, un
indultador de narcos y, además, corrupto y gran violador de derechos humanos y,
quién es PPK, otro corrupto, vinculado a la página 11, y gran lobista de
transnacionales y grandes empresas. Eso demuestra que a la derecha, a los
grupos de poder económico y transnacionales les atrae candidatos con ese tipo
de perfil, con la única condición: que sean fieles defensores de sus grandes
intereses económicos.
Hasta el 2011, en que
la derecha y sus instrumento mediáticos le “daban con palo” a Ollanta Humala,
casi las 24 horas del día, por lo menos durante el último mes de elecciones, especialmente
cuando contrataron a un “sicario mediático” como Jaime Bayle, creyendo que era
un “antisistema” o un “chavista”; pero, les salió el tiro por la culata, porque
finalmente Humala fue elegido; pues, todavía no habían “descubierto” que el
hecho de atacar visceralmente al candidato “antisistema”, lo victimiza, no da
buenos resultados; en lugar de ello, genera un efecto contrario, no buscado. Es
por ello que ahora acuden a otra
estrategia: aplicar la “ley del hielo”, la indiferencia o simplemente “desaparecerlo”
del escenario electoral, haciéndose la idea de que, salvo sus candidatos
favoritos, de quienes se pasan la 24 horas del día hablando, comentando,
haciéndolos que se opongan entre sí; no existen otros. Pues, esta estrategia,
consistiría en no hablar ni bien ni mal del candidato, para que los electores,
también lo desaparezcan de los comentarios del día a día y, así, vayan fijando
en su conciencia la intención de votar por aquellos candidatos, de los cuales
los medios y las encuestadoras hablan, reiteradamente mañana tarde y noche. Y,
es que en un país donde el voto es altamente emocional, funciona muy bien lo
del candidato victimizado. Pero esto, en la medida que el ataque sea en momento
inoportuno y de manera exagerada, la población tiende a solidarizarse con el
candidato atacado, en lugar de sumarse a los atacantes. Entonces, probablemente
los estrategas de la clase política y de los políticos candidatos hoy aconsejen
no “victimizar” a los candidatos rivales; menos a los “antisistema” y, la mejor
manera es guardando silencio absoluto sobre el candidato al que se quiere
“desaparecer” del escenario electoral.
¿Hasta donde funciona
esta estrategia? Habrá que comprobarlo después del 10 de abril, cuando se sepan
los resultados electorales. Lo que sí es cierto que aquellos candidatos,
favorecidos con encuestadoras, con coberturas televisivas, radiales y en
periódicos, no deberían frotarse las manos demasiado, porque el elector peruano
acostumbra a decidir su voto en la cola, es decir, el mismo día de las
elecciones. La farsa de la encuestitis, las coberturas nacionales en los
instrumentos mediáticos son como castillos construidos en el aire o como aquellos
hechos en arena; la verdad siempre triunfa y es una sola. Aquellos candidatos,
llamados interesadamente o por conveniencia “chicos” o “pitufos” pueden dar una
grande sorpresa, es decir pueden sacar más votos que aquellos que compran
encuestadoras para ser ubicados en los primeros lugares. Y, eso si que sería un
hecho histórico, sobre todo con el caso de Gregorio Santos, quien pese a haber sido encarcelado para evitar que
tenga algún éxito electoral, saque más votos que por ejemplo Alan García o que
cualquier otro que ha tenido libertad para desarrollar una campaña electoral,
de manera normal. No importa que no le alcance para pasar una segunda vuelta,
pero si para, por lo menos, pasar la valla electoral. El mismo valor tendría,
un similar caudal de votos en el caso de Vladimir Cerrón. Gregorio ya lo
demostró: fue re-elegido Presidente Regional estando preso. ¿Por qué no podría
darse la misma figura en las elecciones presidenciales? No me refiero a que
gane las lecciones sino a que obtenga la cantidad de votos no esperados por
quienes ha abogado su reclusión, injusta, porque a más de dos años no
encuentran las razones para sentenciarlo, sino ya lo hubiesen hecho. Mientras
no sea sentenciado, está en calidad de investigado y no de culpable. Creo que
esa es la lógica más elemental del derecho. Entonces, el látigo del silencio, o
mejor dicho el látigo de la indiferencia será aplicado a la derecha y a sus
candidatos favoritos, cuando un gran sector del pueblo decida votar por los
llamados “candidatos “pitufos”. ¿Eso sería democrático o no?
Escrito: 10 de marzo del 2016
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