miércoles, febrero 06, 2013

CUANDO LA EDUCACIÓN SIRVE PARA OPRIMIR Y NO PARA LIBERAR


Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
El pasado mes de enero del presente año se llevó a cabo una evaluación a los docentes peruanos de todo el país, como condición fundamental impuesta desde el Estado, para ser contratados en el  presente año escolar. Según se argumenta “el único propósito es mejorar la calidad educativa”. Ciertamente, en realidad, desde la óptica no oficial, hace rato que la calidad educativa en nuestro país, aquí en América Latina sólo supera a la de Haití. Sin embargo los resultados de dicha evaluación son altamente preocupantes, puesto que, según la difusión mediática, en algunas regiones como Lambayeque, más del 95 % de docentes evaluados han obtenido una nota inferior a 10. ¡Ah, que bien! El Estado y sus inquilinos,  aprovechan esta precaria situación cognoscitiva de la mayoría de maestros, y hacen escarnio de ella, reforzando así su tesis político –ideológica en cuanto a que los únicos culpables de que en el Perú tenga una educación pública de pésima calidad son los profesores. El enfoque estructural-funcional y la doctrina político ideológica, utilizado por expertos, especialistas, pedagogos, políticos, periodistas, psicólogos, etc., etc., cuando de “analizar” el problema educativo se trata, sin duda, constituye el instrumento metodológico perfecto para construir o fabricar la tesis sobre “profesor, único responsable de la pésima calidad educativa”, la cual es impregnada por todos los medios en las mentes del pueblo, para que repita lo mismo: “Sí, pues, los profesores son los únicos responsables de la mala calidad educativa en el país”   
Pero, una visión más profunda, o como dirían los conservadores derechistas, una visión “radical” (porque va a la raíz del problema) sugiere plantear la siguiente interrogante  ¿Le interesa o le conviene a la clase social dominante peruana una educación de calidad? o mejor aún, ¿Le interesa una educación para el desarrollo del país? Por cómo ha sido estructurado el sistema educativo a lo largo de los más de 190 años de vida republicana, la respuesta a tan atrevida interrogante es negativa, es decir, a la clase dominante peruana nunca le interesó, ni le interesa o conviene estructurar un sistema educativo de calidad, si por calidad se entiende una educación que forme seres humanos pensantes, y menos aún le interesa una educación con espíritu crítico-cuestionador  para el desarrollo del país, una educación para construir nación. Lo que a la clase social dominante le conviene una educación para la dominación, una educación cuyo producto (el educando) sea “vendible” en el mercado laboral, bajo el principio que todos ya sabemos “del cholo barato”; una educación que forme seres humanos, condicionados únicamente para agachar la cabeza o bajar la cerviz. Hoy, en el contexto neoliberal y de globalización (imperialista) esta lógica del sistema educativo peruano se afirma aún mucho más.
Y, para tal perfil del educando y de profesional peruano no se requiere una educación “de calidad”, no se requiere enriquecer ni producir conocimiento, no se necesita seres pensantes, investigadores, científicos; lo que el sistema necesita es seres humanos configurados para el trabajo, sustentado en la explotación; seres humanos que aprendan a hacer pero que no aprendan a pensar; en fin, seres humanos que formen parte de la reproducción social, que aseguren la “eternidad” del sistema social vigente. ¿Y, cuál es ese sistema social vigente? Como todos sabemos, aquel cuya lógica es la explotación del hombre por el hombre. Aquel sistema donde alguien se hace rico como por arte de magia, de la noche a la mañana, saqueando y robando el dinero del pueblo o pisoteando los derechos de las grandes mayorías; aquel sistema social donde la corrupción es premiada en lugar de ser severamente castigada; aquel sistema donde las conciencias se venden a golpe de martillo y al mejor postor; aquel sistema social donde usted se puede morir en la puerta de un hospital si es que no tiene plata; aquel sistema donde se rinde culto al individualismo; aquel sistema social donde usted se convierte en un paria o extranjero en su propio país, etc., etc. Desde esta perspectiva ¿Para insertarse en este sistema social, en descomposición moral, se necesita una educación de calidad? NO. A la clase social dominante rentista y parasitaria de este país ¿le interesa una educación de calidad? NO ¿Le conviene y le interesa una educación limitada a la memoria, una educación con visión tecnicista, una educación limitada al saber hacer; pero no al saber pensar? SI. ¿Le conviene una educación, cuyos productos (es decir, los educandos), carezcan de conciencia crítica, cuestionadora, reflexiva, revolucionaria? NO. ¿Le interesa una educación orientada a la producción de conocimiento científico y filosófico? NO. Esto explica porqué cada vez más las universidades son convertidas en simples institutos técnicos, y porqué desde el estado, de manera sistemática, se trata de asfixiar económicamente a la universidad pública peruana; y, también, el porqué se aboga por la proliferación de institutos técnicos, de carreras cortas, aspecto que la población inconscientemente ve con buenos ojos, ante la alarmante crisis de fuentes laborales.
A la clase social dominante y parasitaria de este país, y porqué no decirlo, de cualquier otro país, nunca le interesa ni le conviene darle al pueblo una educación de calidad, puesto que hacer eso sería ir contra su propia lógica, la lógica de la dominación u opresión social. Ella, es decir, la clase social dominante opera bajo su principio “mantén incólume la ignorancia del pueblo y asegurarás la eternidad de la opresión”. Para lograr ese cometido no sólo utiliza la educación como mecanismo formal, sino que utiliza todos los medios a su alcance: radio, cine, televisión, prensa escrita y, últimamente, las famosas TICs (tecnologías de información y comunicación), entre otros, con los cuales configura los cerebros de los oprimidos, a su imagen y semejanza; los configura para que actúen en función no de sus propios intereses, sino en los intereses de sus opresores. Al menos esto es lo que sustenta también el psicoanalista y filósofo marxista alemán Erich Fromm, en la siguiente cita, cuando se refiere al pueblo alemán:                                                 
“Más del 90 % de nuestra población sabe leer y escribir. Tenemos radio, televisión, cine, un periódico diario para todo el mundo; pero en lugar de darnos la mejor literatura y la mejor música del pasado y del presente, esos medios de comunicación, complementados con anuncios, llenan las cabezas de las gentes con la hojarasca más barata que carece de realidad en todos los sentidos, y con fantasías sádicas a las que ninguna persona semiculta debiera prestar ni un momento de atención. Y mientras se envenenan así los espíritus de todos, jóvenes y viejos, ejercemos una feliz vigilancia para que no suceda ninguna “inmoralidad” en la pantalla. Cualquiera indicación de que el gobierno debiera financiar la producción de películas y programas de radio que ilustrasen y cultivasen el espíritu de nuestras gentes provocaría también gran indignación y acusaciones en nombre de la libertad y del idealismo”. (Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea, Erich Fromm, sexta edición 1964, págs. 12-13) Si existe una semejanza al respecto al papel de los medios de comunicación peruanos no es coincidencia es lógica pura de las clases dominantes en cualquier parte del planeta.      
En este contexto, cuando la clase dominante habla de educación de calidad o de calidad educativa esto es por puro formulismo, pues lo hace sólo para hacer creer a sus dominados que “se preocupa por su educación”, lo cual es un contrasentido: ¿Qué clase de opresor sería aquel que se preocupa porque el oprimido tenga una educación de calidad? Sólo un ejemplo histórico: ¿Acaso el hacendado, opresor por excelencia, se preocupaba porque el siervo o campesino tenga  educación de calidad? Al contrario, para el hacendado el campesino (su siervo), ni siquiera tenía derecho a una educación y, menos, a una educación de calidad, porque consideraba que un campesino educado era un grave peligro para sus mezquinos y miserables  intereses. Pues, para los hacendados, los campesinos eran seres humanos “sin alma”,  los cuales están diseñados únicamente para el trabajo, tal como la bestia está diseñada para la carga. Desde la perspectiva del hacendado y de la clase social dominante en general la educación sólo debe ser privilegio de los seres superiores, de los nobles, de los que sí “tienen alma”, pero no de los pueblos sometidos.
Planteado así el problema educativo peruano, concluimos en que por más evaluaciones que se realicen a los docentes del magisterio peruano, la calidad educativa se irá deteriorando cada vez más, a la par que la sociedad en general se degrada aceleradamente.  En este sentido lo único que se logra con las evaluaciones al magisterio y más aún con los resultados de la misma es, por un lado, desprestigiar al magisterio nacional y a la escuela pública y por otro lado, a través de las evaluaciones y sus resultados se realiza una efectiva propaganda barata a los centros educativos privados, porque probablemente miles de padres de familia, al observar los grandes titulares mediáticos sobre los resultados de las evaluaciones, hagan inagotables esfuerzos por trasladar  y matricular a sus hijos en los centros educativos privados, creyendo equivocadamente que en tales centros la cuestión educativa es mucho mejor, cuando yo diría que, en la actualidad, es igual o peor. En resumen, los gobiernos, neoliberales, que rinden loas y alabanzas a todo lo que sea “privado”, han encontrado una buena estrategia para proveerle de clientes (alumnos) a los centros educativos privados a costo de lanzar docentes a la calle y de castrarle de su dignidad y autoestima.
 Escrito: 1 de febrero del 2013.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

TIENE USTED MUCHA RAZON DON ANDRES CABALLERO .....