Sociólogo:
Avelino Zamora Lingán
Será muy difícil, por no decir imposible para
Ollanta Humala, evitar que el pueblo peruano le llame o le reconozca como el
“traidor” y probablemente con ese apelativo será recordado a lo largo de
nuestra historia republicana. Y, es que en lugar de la Gran Transformación
prometida durante su campaña electoral, lo que en realidad el pueblo observó y
sintió fue la gran traición. En todo caso realizó una gran transformación, pero
no en el país sino en su personalidad. Lo que le acaba de suceder políticamente
con la Censura a su primera Ministra le va significar su larga y penosa agonía,
porque ya es un hecho que se ha quedado sólo. Después de todo, como dice el
popular dicho “SE COSECHA LO QUE SE SIEMBRA”.
Es evidente que con la censura a la Ministra Ana Jara y, a través de ella, a
todo su gabinete, la clase política conservadora y los grupos de poder
económico como la CONFIEP y las transnacionales están demostrando que las
“caricias de gato”, otorgados, al menos durante los tres primeros años, hacia
el más fiel servil, es decir, hacia Ollanta Humala, en particular a Nadinne, a
punto de encuestas, ha concluido. De aquí hasta la culminación del resto del
corto periodo gubernamental que queda, las contemplaciones, comprensiones y
tolerancia con él y con su esposa, se acabaron; entonces, los titulares en las
portadas de la prensa, hablada, escrita y televisiva, sobre todo de aquella que
pertenece a los empresarios, encabezados por el grupo El Comercio se tornarán
más agresivos con la pareja presidencial y con sus más allegados; en este
sentido, saldrán a luz más hechos de corrupción, más cuestionamientos al
gobierno; puesto que el objetivo de la Alianza aprofujimorista y del resto de
la derecha bruta y achorada de este país sería cuestionar y demoler, a todo lo
que haga y deje de hacer el humalismo, buscando “borrarlo” del mapa político y
del escenario electoral. ¿Pero, por qué actuar así, tan severamente, con un
gobernante que por un lado se convirtió en el más fiel servidor de la derecha y
los grupos de poder económico y entreguista de las transnacionales;
convirtiéndose al mismo tiempo en un vil traidor de un pueblo que le otorgó su
más sincera y honesta confianza, a través de su voto?
Una primera razón radica en que Humala demostró ser absolutamente débil, desde
la perspectiva política o mejor dicho un personaje sin solidez política ni
ideológica. En este sentido fue precisamente el personaje perfecto que se
ajustaba a los deseos e intereses de la derecha y de los grupos de poder
económico. Ollanta, sabía mucho de manejo de armas, de comandar un batallón de
soldados y de dar órdenes; pero desde la perspectiva política fue un personaje
que clamaba por un titiritero, es decir por alguien que lo maneje, que lo
asesore en asuntos de gobierno y de Estado. En este contexto, todos los
peruanos recordamos que casi al final de la campaña electoral del 2011, de
pronto aparecen los Vargas Llosa, lobystas de las transnacionales, muy
reconocidos en el mundo, tan prestos ellos, se subieron a la combi del
“nacionalismo” y se convirtieron en sus más visibles “GARANTES” para que Humala
se convierta NO en un gobernante, ni mucho menos en un estadista, sino en un
simple administrador de la economía o tal como lo dijo su mismo padre, don
Isacc Humala, en el “Guachiman de Palacio”. A propósito de Garantes, es
oportuno agregar que a pocos días de la Censura a Ana Jara, la derecha, a
través de los Vargas Llosa ya le habían bajado el dedo o mejor dicho lo habían
“censurado” a Ollanta Humala, cuestionándolo, por no “haber recibido” a la
delegación de los opositores derechistas venezolanos.
Otra razón, es que la derecha peruana y los grupos de poder económico, junto
con las transnacionales, están demostrando que ellos no son conformistas,
tampoco están dispuestos a poner en riesgo ni siquiera un miligramo de sus
intereses económicos. Pese a que en el fondo la derecha ha sido en la práctica,
quien ha gobernado, quien ha decidido las políticas públicas y sociales, a
través de apristas, fujimoristas, toledistas, pepekausas, etc., etc. mientras
que Humala sólo a sido una “pantalla”, un fiel administrador un Gerente, es
decir, todo eso, menos un gobernante, la derecha le acaba de propinarle su más
duro golpe político, con lo cual asegura que el nacionalismo no tendrá nada que
hacer en el próximo escenario electoral, que prácticamente ya se ha iniciado.
Con el “golpe blando”, como le llama “patria Roja” a la Censura, la derecha
está diciendo “Usted señor Humala nunca ha sido santo de nuestra devoción” “Con
usted jamás comulgamos ni políticamente ni ideológicamente”, “usted simplemente
fue producto del azar histórico, de un contexto, de una coyuntura”, “nuestros
candidatos naturales son Alan, Keiko, PPK, Lourdes, Brad Pitza, Castañeda
Lossio”. Efectivamente, la derecha de este país también es producto de la
historia, que se hizo a imagen y semejanza de los capitales criollos y
transnacionales. Su reino data desde un poco más atrás de la llamada
“independencia”, lograda en 1821; una derecha o clase política vende patria y
ultraconservadora, que por nada en el mundo quiere abandonar ese espíritu
dominante y entreguista; y que está dispuesta a arrasar con todo aquello que
signifique cambio social con equidad y justicia social.
Desde esta perspectiva es fácil de explicar el hecho político que acaba de
ocurrir con Ana Jara; pues, los intereses económicos de las trasnacionales y de
los grupos de poder criollos están a punto de ponerse en riesgo, y con ellos el
modelo económico neoliberal del capitalismo salvaje, como resultado del
movimiento social que está generándose en norte, centro y sur, encabezados por
regiones como Cajamarca, Piura, Arequipa, Junín, San Martín, Loreto, etc. Los
megaproyectos mineros, entre éstos Conga, no están siendo ejecutados tal como
quisieran sus promotores y ejecutores, por el contrario, muchos de ellos,
probablemente ya ni siquiera se ejecuten. Es aquí entonces que, desde la lógica
de los capitalistas, quienes no tienen conciencia ni rostro humano, “es
necesario endurecer mucho más las políticas de gobierno”: Si es necesario meter
a la cárcel a todos los ambientalistas, pues hay que meterlos; si es necesario
abriles juicio hasta por una mala mirada que éstos den, pues hay que hacerlo;
y, si es necesario eliminar a alguien, para escarmentarlo y que sirva de espejo
a los demás ambientalistas, pues, también hay que hacerlo. En este contexto y
con tales criterios es que se debe desenvolver el nuevo y último Gabinete, el
cual, indudablemente, será constituido a imagen y semejanza de los objetivos de
la CONFIEP, del Grupo El Comercio y de las transnacionales mineras, gasíferas,
petrolíferas, etc. etc.
En fin, según se comenta, después de 63 años, el poder legislativo vuelve a
censurar a un primer Ministro, en la persona de Ana Jara. Sin embargo,
contrario a lo que muchos creen, tal censura NO CAMBIA NADA, que no sea sólo la
forma o la apariencia. Vale decir, un cambio que no va más allá de los acomodos
y reacomodos; y en función a los sagrados intereses económicos de la clase
dominante y en función a la coyuntura electoral. La desesperación de la derecha
de recuperar todo el poder es tal que tranquilamente puede acortar el periodo
del régimen ollantista, provocando, incluso, elecciones presidenciales
anticipadas. Pero eso no cambia en nada la estructura económica, el modelo
económico sigue su curso. Al contrario, en política, los cambios en las formas
se dan precisamente para evitar los cambios del fondo. Por ello es que para el
pueblo, la censura a Ana Jara, no significa nada, le es indiferente, puesto que
la mayoría de peruanos piensa que la censura se lo merecía por traidor. Siendo
así, entonces, el pueblo sólo debe seguir el curso de los acontecimientos
políticos, de estos días, de manera serena y tranquila; pero, firme en sus
luchas, en sus protestas en contra de los proyectos mineros, hidroeléctricos,
madereros, etc., porque el pueblo sabe que sólo la lucha lo hará libre y que
acontecimientos como el de Ana Jara, ciertamente, son significativos
políticamente; pero, también, pueden significar sólo una cortina de humo más y
un efectivo distractor más, para desviar la atención popular de los verdaderos
problemas socioeconómicos y morales que afectan nuestro país; mientras los
entreguistas y vende patria se acomodan, reacomodan, preparan el escenario
electoral y eliminan de ese escenario a todos quienes se opongan a sus grandes
y sagrados intereses económicos.
Escrito 30 de marzo del 2015
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