martes, agosto 11, 2015

Empresas y gobierno nos roban


Claudia Cisneros

En estos días los “gurús” económicos andan disputándose las explicaciones de la desaceleración.
 Que los precios de las materias primas siguen bajando y que falta inversión privada son verdades innegables. Pero lo que todos estos falsos profetas de la “economía pulcra e inclusiva” no dicen es que, mientras hubo una economía auspiciosa debido a los altos precios de las materias primas, ninguno se dignó a iniciar la diversificación productiva y el proceso de industrialización que todos esperamos. ¿Por qué? Simple, porque implica gran inversión y menos ganancia en el corto plazo. Y el gobierno con sus socios, los grandes poderes económicos, piensan solo en el corto plazo, en la ganancia rápida y mezquina, piensan solo en ellos.
 Que la economía se maneja de manera responsable para favorecer a la nación toda. Que la economía no se mezcla con la política (Segura dixit). Son todas mentiras del mismo manual  pseudoliberal. Que el libre mercado es de natural autorregulación o la supuesta no intervención del Estado es otra ofensiva falacia del discurso neoliberal. Nada más interventor que un Estado sumiso y cómplice del lobby amañado de los poderes fácticos, que interviene en la economía y en todo aspecto social para que el mercado sea en apariencia libre, pero que solo busca que se “liberalice” para unos pocos, mientras se recortan libertades y derechos de muchos. Así promueven desde el Estado la iniquidad, injusticia social y económica.
 Pero el silencio más estruendoso entre estos economistas, sus fervientes acólitos y toda la derecha pseudoliberal peruana, es el de cómo el Estado es robado por el Estado y en complicidad con el gran empresariado. Y, aún así, ahora ese empresariado desprecia a Humala.
 Aun cuando este gobierno ha sido descarado en favorecer la inversión privada a costa de nuestra economía nacional y del descuido de nuestros recursos naturales, humanos y derechos ciudadanos. Y esto no es estar en contra de la inversión privada, al contrario, ¡bienvenida!, pero no para enriquecer a los ricos mientras se empobrece a los pobres.
Humala y sus gurús lobistas del gran empresariado rebajaron el impuesto a la renta de las empresas para que tengan un margen de mayor inversión. Pero no, lo que hicieron fue guardarse la plata para ellos. Según Sunat, se recaudó 13% menos por ese concepto (http://bit.ly/1OKy9v9).
 De lo más descarado, y de lo que calla en 7 idiomas la ultraderecha, es que este gobierno benefició a la gran empresa a costa de paquetazos que le han robado al país millones en recaudación por multas, así como por no cobrar tributos que el empresariado elude usando complejos y amañados esquemas tributarios.
 Dos ejemplos vergonzosos, entre otros: la Norma XVI con la que Sunat perseguiría la elusión de millones en impuestos de las grandes empresas y que, pese a ser una recomendación de la OECD, fue suspendida luego de presión de la Confiep y la Cámara de Comercio de Lima (http://bit.ly/1J9j4ng).
 Están también los 30 millones de soles en multas que el gobierno dejó de cobrar a casi medio centenar de empresas extractivas, gracias al paquetazo antiambiental; la Ley 30230, que promovió el MEF y secundaron el MINAM de Pulgar Vidal (qué vergüenza) y la propia entidad fiscalizadora, OEFA, a través de su presidente, Hugo Gómez (http://bit.ly/1OXubiU). Lo que recauda en multas OEFA es sustento para su funcionamiento y para la fiscalización ambiental. Pero al gobierno, a Pulgar y a Gómez no les importó debilitarla, promoviendo el mensaje desde el gobierno que para los empresarios abusivos e infractores todo y para la gente y su calidad de vida nada.
 Yanacocha, Doe Run, Volcan, Buenaventura, Ares (Grupo Hochschild) y más de 40 grandes empresas se beneficiaron de no pagar multas que el Estado les perdonó pese a que en algunos casos fueron afectaciones graves o muy graves. Tras un año de vigencia de esta escandalosa ley, que en su momento denunciamos y a la que nos opusimos, ¿acaso estas empresas invirtieron en el Perú amén del vergonzoso regalo que el gobierno les hizo? No, no solo no ayudaron a subir algún punto porcentual del PBI como habrían prometido, sino que OEFA solo recaudó 21% del universo de multas sancionadas.

 Y así es como el gobierno y las empresas nos roban en la cara. Y así es como la clase empresarial peruana sigue siendo abusiva y con complejo de hacendado privilegiado. Y así es como nos encabritan contra su pseudomodelo, eficaz solo para sus bolsillos y fatal para nuestro país.

viernes, agosto 07, 2015

SOBRE PPK


Por César Hildebrandt

Si usted quiere, como querían los marxistas, agudizar las contradicciones del Perú y tensar sus conflictos hasta las cercanías del drama, sea coherente: vote por el estadounidense PPK.
Con ello garantizará que el Convenio 169 de la OIT sea burlado, que el gas de Camisea no se le venda a los peruanos sino a los mexicanos y chilenos (porque eso le conviene a los empleadores de PPK), que lo que queda del Perú sea rematado (incluyendo el agua potable y el Muelle Norte) y que, por último, nos convirtamos, frente a Washington, en una versión todavía más agachada que la del rampante Álvaro Uribe.
PPK no es peruano. Eso está muy bien. Henry Ford tampoco lo era. Ni Teddy Roosevelt. Pero ni Ford ni Roosevelt postularon a la presidencia del Perú.
PPK es un lobista sin escrúpulos, un rudo hombre de negocios que juega a ganador y ya ha obtenido bastante mezclando promiscuamente, desde sus posiciones de ministro y asesor de varios regímenes y de muchas empresas extranjeras, lo público y lo privado.
Es más: yo no sé si PPK es un estadounidense de veras. Lo que sí sé es que es un cosmopolita del billete. Si mañana hubiese guerra entre Estados Unidos y China, PPK se refugiaría en la sede del Banco Mundial. O en algún guarique centroamericano del FMI o en el consulado polaco de Nueva York. Porque PPK no es el tío Sam. ¡Es papá Johns!
Y no necesito decir cuánto demoraría en asilarse en la embajada de los Estados Unidos en Lima si el Perú entrase en conflicto con algún país vecino.
No está prohibido ser una omnívora piraña internacional. Lo que sí es muy mal gusto es que alguien que no cree sino en el dinero nos venga a hablar de políticas de Estado y de justicia social.
Los chicos de las clases A/B no es que se la hayan creído. Es que son tan anarquistas, tan nihilistas, tan computacionales y tan metaleros que no les importa que un extranjero voraz disfrazado de flautista los gobierne. Total, si muchos de sus padres se arrodillaron ante un ciudadano japonés, ¿por qué no PPK? Total, si el Perú sigue siendo una mina, una encomienda, un burdelito, un denuncio, un bosque por talar y montañas de oro que entregarle a los de afuera, ¿no es coherente votar por un exitosísimo expatriado con más de un pasaporte? ¿No es acaso PPK el hombre sin atributos morales que el cine ha hecho héroe y la tele paradigma? ¿No es bacán ser un Michael Douglas en Wall Street?
El problema es que una hipotética elección de PPK nos volverá a ese derechismo pradista que incubó el violentismo de los 60, el golpe izquierdista de los 70, la locura senderista de los 80.
No es la primera vez que el mundo conoce un periodo de bonanza. Entre 1950 y 1975 hubo, en líneas generales una altísima tasa de crecimiento. Y el Perú no fue ajeno a este ciclo. El asunto es que ese cuarto de siglo no fue aprovechado para construir las bases de un Estado moderno y de una sociedad menos equilibrada.
Hoy nos pasa lo mismo.
La prosperidad ha pasado como un bólido delante de las narices de millones de peruanos.
Durante este corrupto segundo gobierno de García, por ejemplo, ha ocurrido lo siguiente:

1. 1. La participación de la remuneraciones del Producto Bruto Interno bajó de 23.1% en el 2006 a 20.9% en el 2010.
2. 2. El ingreso per cápita –ese pendejismo- aumentó en 24.4%, pero los salarios reales bajaron 6%.
Félix Jiménez nos ha recordado que el 77% de la Población Económicamente Activa está en servicios y comercio con sueldos promediales de 650 soles y muy escasa productividad. Y nos ha subrayado que entre el 2006 y el 2010, mientras los García y los Cornejo se llenaban los bolsillos por segunda vez, salieron del país, como utilidades de las inversiones extranjeras 37,000 (trentisiete mil) millones de dólares. ¿Y cuánto entró de recursos externos en ese mismo periodo? Pues diez mil millones de dólares menos de lo que se fue.
Para terminar de persuadirnos, Jiménez se vale de esta pedagógica comparación: en el 2010 se expatriaron, como utilidades de capital foráneo, 8,900 (ocho mil novecientos) millones de dólares es decir 25 mil millones de soles, monto superior a los ingresos anuales de todos los pobres del Perú, los mismos que llegan a los 21 mil millones de soles.
García dice que crecemos. El problema es cómo. Durante el régimen que terminará este julio las exportaciones reales han aumentado 3.8% al año. Las importaciones, en cambio, han crecido a un ritmo anual de 16.6% ¿No era que somos una virtual potencia agroexportadora? No. No es así.
Hace un tiempo, invitado por la universidad católica, vino el economista estadounidense Dani Rodrick, profesor asociado de Harvard a través de la escuela John Kennedy. Rodrick se encargó de recordarnos que no hay crecimiento veraz y sostenido – es decir, desarrollo- sino hay un proceso sin pausa de incremento de la productividad, crecimiento de la demanda interna e industrialización.
Eso supone aquello que aterroriza a los Neanderthal del liberalismo que han monopolizado la agenda política peruana: concertación entre el Estado y los privados y, en algunos casos, sí, no se horroricen: planificación. Como en Corea del Sur o Singapur.
Pero no es posible concertar si el capital nacional es cada día menos significativo. En 1950 el capital extranjero en el Perú representaba, como porcentaje en la generación del PBI, el 10 por ciento. En 1968, cuando los militares nasceríais irrumpieron en la escena, ya era el 22%. Después de Fujimori, en el 2000, esa cifra llegó a 29%. Y en el 2007, con García en la plenitud de su política, alcanzamos el 34.5% de capital extranjero respecto al PBI.
Por eso – y por muchas otras cosas– es que en todas las encuestas realizadas sobre el tema de la situación económica, más del 70 por ciento de los consultados (73.9% en la más reciente) solicita que el modelo cambie. Eso es lo que calla la prensa conservadora y su falange de voces adjuntas.
Hay un malestar extendido en el Perú. Que la prensa lo silencie no significa que no exista. Ese desasosiego tiene que ver con las desigualdades, con la ceguera de la clase política, con las exclusiones, con la corrupción impune. Hay un gran banquete, pero hay millones que lo miran, con rabia, detrás de una alambrada.
Si usted no quiere uno sino varios baguas, una pradera de hierba seca y una chispa en el Vrae, un descontento que radicalice las protestas y haga ingobernable el país, no lo dude: vote por PPK. Si usted quiere otro 5 de abril, vote por quien hará imposible vivir en democracia. Y si usted es de quienes están pensando que necesita un PPK que incendie la pradera para justificar una nueva dictadura, pues lo felicito: va en el camino correcto.
Y si yo fuera Abimael Guzmán me estaría frotando las manos

miércoles, agosto 05, 2015

Máxima amenazada de muerte


El 1º de agosto recibí una llamada desde Cajamarca advirtiéndome que Máxima Acuña de Chaupe ha recibido serias amenazas de muerte. Muchas veces aquellos que quieren congraciarse con la empresa puedan pretender “hacer trabajos sucios”, pero en este caso, una persona de la comunidad del Ámaro, cuyo nombre me reservo, se acercó a la casa de Máxima y le dijo directamente lo siguiente: “No salgas de tu casa, que si sales y regresas, será que yo no valgo nada. Porque eres una pendeja que no quiere salir de ese terreno para que la mina no siga con sus trabajos”.
 El día 16 de julio, asimismo, durante la noche un grupo de 6 personas encapuchadas, armadas y a caballo se acercaron a la casa de Máxima, pero ella no se encontraba. Salió su nuera a hacerles frente y ellos solo se la quedaron mirando un largo rato de manera amenazante. Una semana después en la propia zona de Tragadero Grande “desaparece” su celular y en la misma semana fue robada la moto china que la CNDDHH le había comprado para que pueda desplazarse. ¿Todo es casualidad?
 Desde esta modesta columna exijo que la empresa Minera Yanacocha rechace cualquier amenaza de esta índole o cualquier apoyo a quien amenace a doña Máxima. Los comuneros del Ámaro, Chugurmayo u otros caseríos que están a favor de la empresa deben saber que cualquier tipo de amenaza no será recompensada, sino por el contrario, debería ser repudiada. La empresa y sus funcionarios deben dejar de hostigar a la familia Chaupe con una supuesta “defensa posesoria” que les impide cualquier acción dentro de su terreno. Y si algo le sucede a Máxima Acuña de Chaupe, la responsabilidad política será del Ministro de Justicia Gustavo Adrianzén y del Procurador Supranacional Luis Alberto Huerta por no haber implementado las medidas cautelares que la CIDH le ha otorgado en mayo del 2014.


 Como es sabido, la empresa perdió un juicio de usurpación agravada que les entabló a cuatro miembros de la familia pero ha presentado un recurso de casación ante la Corte Suprema que ha sido considerado válido. Yanacocha además ha insistido en plantear otras denuncias penales de diverso tipo (ocho denuncias más) pero además ha interpuesto una demanda civil por reivindicación y les ha cerrado los “caminos reales” o caminos ancentrales que Máxima y su familia usaban para movilizarse a la zona de Sorochuco. En este momento el terreno que la familia posee está totalmente alambrado. Obviamente es derecho de la empresa alambrar sus tierras, pero no impedirle el libre tránsito.
 Mirtha Vásquez, abogada defensora de la familia Chaupe, ha interpuesto un hábeas corpus que ha sido rechazado por la jueza de Celendín. Ante esta situación, la defensa ha apelado; pero la empresa ha solicitado una medida cautelar para impedir que Máxima haga cualquier actividad en su terreno y la jueza de Celendín se la ha otorgado. Máxima no solo está impedida de construir siquiera un corral para sus cuyes, sino incluso está impedida de sembrar papas. Hace una semana la empresa entró al terreno de Máxima para destruir los sembríos de papa, hace un mes destruyeron el corral de cuyes y se llevaron los 13 cuyes que ella tenía. La empresa dijo que los tenían “en custodia”, luego le devolvieron ¡nueve animales!

 Se trata de una orquestación cuasi sinfónica judicial para que no haya siquiera un resquicio a través del cual Máxima Chaupe y su familia puedan permanecer en su terreno. “Estoy cansada, las autoridades se burlan y encima me denuncian. Me siento avergonzada de que no trabajo, pero si salgo de aquí me desaparecen con todo”, me repite Máxima entre sollozos. Esta lucha es la de David contra Goliat pero, además, con un Estado que canta a coro los himnos de muerte con su pasmosa indiferencia.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/19957-maxima-amenazada-de-muerte