jueves, agosto 28, 2014

DE IZQUIERDA A DERECHA: EL OSCURO CAMINO HACIA EL OPORTUNISMO


Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Ciertamente, hoy se constituye en el problema fundamental el hecho que la izquierda peruana atraviese por una seria crisis de ideología, de ideario político y de estructura orgánica; y, en consecuencia, existe una ausencia muy marcada de alternativas programáticas para hacer frente al capitalismo salvaje y su fase, la globalización (antes llamado imperialismo)  y el neoliberalismo, el cual está terminando de depredar a nuestro país y al planeta en general, además de ser el causante estructural de las desigualdades sociales más deshumanizadas.
En este contexto, lo que se observa es el agigantamiento de los antivalores, políticos y sociales, tales como: oportunismo, desideologización, pluralismo político vulgar y simplista, infantilismo, conformismo, conservadurismo, temor al cambio y a la transformación social, cretinismo, fariseísmo, revisionismo, unionismo electorero, degeneración de las campañas electorales, etc., etc., etc., valores que obviamente son alentados y promovidos desde el sistema social imperante, pero que muchos autodenominados militantes y simpatizantes de “izquierda”, lo asumen como parte de su novísima y “modernísima”, “forma de pensar”. De esto resulta, entonces, denominaciones como éstas: “nueva izquierda”, izquierda moderada”, “izquierda progresista”, “izquierda liberal”, izquierda caviar”, “izquierda moderna”, izquierda extremista”, y todos los adjetivos habidos y por haber que acompañarán al término “izquierda”, que seguramente irán surgiendo conforme el tiempo vaya transcurriendo, que yo resumo en uno sólo: IZQUIERDA DOMESTICADA por la clase política de derecha y por el sistema social imperante: El capitalismo.
Sin embargo, una cosa es que los autodenominados “simpatizantes” o “militantes” de izquierda, haciendo uso del derecho a la autocrítica, diversifiquen, como es natural y lógico y, además necesario, su pensamiento de izquierda, al interior de la propia izquierda; pero, otra muy distinta es que aquel simpatizante o militante de izquierda realice un abandono total de los postulados de la izquierda y se pase a las filas de la derecha, constituyéndose con ello en el más severo enemigo ideológico y político de la izquierda y, lo peor es que lo haga utilizando los mismos argumentos que la derecha usa para atacar a la izquierda, como por ejemplo: “el mundo ha cambiado”, “hoy ya no son épocas de los 60 ó los 70”, “el muro de Berlín ya desapareció”, “la Unión Soviética ya no existe”, “las ideas de la izquierda son trasnochadas”, etc., etc., haciéndole el coro al ultra-liberal Francis Fukuyama y Milton Friedman. No obstante, más allá de este rollo de los tránsfugas de izquierda, que cansados de no hacer nada por fortalecer a la izquierda, deciden ser sirvientes de la derecha, está su abierto y descarado oportunismo y elevado espíritu de pequeño burgués. Aquí, en Cajamarca, pueden existir muchísimos tránsfugas que se han pasado de la izquierda a la derecha, pero dos son los más emblemáticos: Uno, que fue alcalde de la provincia de Cajamarca, también fue congresista y ahora postula para la alcaldía de Cajamarca; y, el segundo, un ex dirigente universitario, con algún cargo en el área de transportes en la municipalidad provincial, de Cajamarca y hoy postula en la lista de la “K” como primer regidor. El primero de ellos, tiene hoy una imagen popular rastrera, a raíz de su posición frente al conflicto Conga; y, el segundo, postula en la lista del “partido político”, más corrupto del país, que institucionalizó la corrupción y que obviamente responde a los intereses de la derecha más rancia de este país, siendo este partido político mismo, engendro y expresión de esa derecha que se consolidó hace casi 200 años. Sus argumentos, como ya indicamos arriba no pasan de ser falaces, anticientíficos y oportunistas, propios de la derecha cuando ataca al pensamiento de izquierda: “El muro de Berlín ya cayó”, “la unión soviética ya no existe”, “las ideas de la izquierda son trasnochadas”, etc. Pero entre estos argumentos falaces  también hay otros como éstos: “sigo siendo de izquierda” o “no he cambiado mi pensamiento”, sugiriendo con ello tales “ex militantes o “simpatizantes” de izquierda su profunda confusión de ideas y de conciencia, a la par que generan una total confusión en el seno del pueblo. En fin, se podrá oír y observar a gente de izquierda que se pasa a la derecha y desde allí despotrica de la izquierda, como claro ejemplo de que ya entregó su alma al diablo, y se convirtió en su fiel sirviente; pero estoy casi seguro que no veremos jamás gente de derecha que se pase a la izquierda y desde aquí despotrique de la derecha y se convierta en fiel servidora de la izquierda, porque quien o quienes sean protagonistas de este tipo de espectáculos politiqueros, no tienen ni un ápice de dignidad, menos de personalidad y peor aún son el  mal ejemplo y la desesperanza, no sólo para el quehacer político, sino para el propósito de construir sociedades más justas, más humanas y más equitativas.   
Cuando los tránsfugas de la izquierda se esfuerzan por justificar su pase a la derecha, argumentando que “la izquierda se sustenta en ideas “trasnochadas, haciéndole el coro a la derecha, ¿A qué tipo de ideas aluden?, ¿Acaso a las ideas sobre “revolución”, “socialismo”, “lucha de clases”, “proletariado”, “cambio social” o “transformación social”? Para empezar, toda persona que aspire a un cambio o modificación del orden social establecido, automáticamente ya se ubica al lado izquierdo del pensamiento; de la magnitud de ese cambio o de la profundidad del mismo dependerá si es de izquierda moderada o de izquierda radical; lo contrario, es decir, quienes optan por conservar el orden o dejarlo tal como está, automáticamente se ubican a la derecha.  De aquí se deduce, que quienes aspiran a un cambio social radical o transformación social radical optan por una revolución, término que implica “darle vuelta a todo” o lo que es lo mismo ponerlo de pie a todo lo que está de cabeza. De aquí también se deduce que quienes optan por el cambio no son los que lo tienen todo, son los descontentos, los marginados, los oprimidos, los que sienten que el sistema imperante es injusto, las proles (muchos hijos), decir, las familias con muchos hijos, pero nada de bienes ni nada de oportunidades para tener esos bienes; mientras que los que tiene de todo, a costa de los demás, esos lógicamente no quieren el cambio, menos van a querer una revolución o transformación radical porque sienten que ese orden establecido es el mejor para sus intereses. En resumen, la oposición de pensamiento entre los que aspiran al cambio social y los conservadores es lo que viene ser la lucha de clases, la misma que es permanente y es, desde la óptica de un verdadero izquierdista, el motor del proceso histórico, que inevitablemente va rumbo hacia una nueva sociedad, obviamente más justa y humana. Pregunto, entonces, ¿Dónde están las ideas trasnochadas?, ¿Quién ha superado estas tesis del socialismo científico? ¿Acaso unos cuantos pequeñoburgueses que son presionados por su espíritu oportunista que buscan únicamente pasar fácilmente de oprimido a opresor, de “decepcionado de izquierda” a “sirvientes de la derecha, de ideologizados a des-ideologizadores o simplemente de pobre a rico? Por otro lado, en cuanto a la ideología, es necesario recordar que cuando el japonés Francis Fukuyama lanza su tesis en la década del 90, sobre el “fin de las ideologías”, lo hace precisamente a partir de la caída del Muro de Berlín y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con el único propósito de sembrar la idea en la conciencia de los pueblos del mundo respecto a que, con tales acontecimientos, acaecidos, tanto en la URSS como en Alemania y en otras partes del mundo socialista, la ideología de izquierda también desaparece y queda obsoleta y anticuada, con lo cual, automáticamente otorga a la  ideología capitalista la categoría de “única y eterna” Desde aquel entonces hasta el día de hoy, la clase política de derecha, los neoliberales, los tecnócratas y los operadores políticos del capitalismo, entonan su coro favorito, que es utilizado como caballito de batalla: “las ideologías ya no existen” (claro, se refieren a las ideologías de izquierda), “la ideología y las ideas de izquierda ya no sirven, porque son trasnochadas”, etc. Coro, al cual se suman muchos izquierdistas con alma de oportunista y de lacayo, pero con una alta devoción por el individualismo.    
Finalmente, con el izquierdista que transita a la derecha sucede casi lo mismo que con el campesino pobre cuando llega a ser rico: Ambos se convierten en elementos muy peligrosos y perniciosos. Tal como ya lo planteaba José Carlos Mariátegui, refiriéndose concretamente al campesino: Este, o sea el campesino, cuando alcanza el cambio de status socioeconómico, se convierte en un filudo puñal que es clavado en la espalda de su propia clase o etnia. De igual manera decimos de aquel izquierdista que transita desde la izquierda a la derecha se convierte en el más vil traidor al pueblo. Metafóricamente hablando, es como si le clavara un puñal al pueblo; siembra la desesperanza la confusión y la desorientación. El pueblo ya no sabe en quien creer, si en la derecha o en la izquierda. Cuando cree en la derecha, por lo menos ya sabe lo que le espera, pero cuando cree en la izquierda y ésta lo defrauda, entonces crece la confusión, la desorientación y lo peor crece la aversión o rechazo a la política y al político, crece el rechazo a la ideología y crece la desesperanza en una nueva sociedad. Por esto y otras razones más, referidos a los tránsfugas de izquierda, sólo atinamos a decirle al pueblo, lo que Jesús de Nazaret, el gran revolucionario, dijo en la cruz, mientras agonizaba, aludiendo a sus verdugos, los romanos: “Pueblo, perdona, a los izquierdistas “rabanitos” (rojos por fuera y blancos por dentro), porque probablemente no saben lo que hacen ni lo que dicen”.                                                                    

 Escrito: 14 de agosto del 2014.

miércoles, agosto 20, 2014

Concesiones mineras y acceso a la información

Por: Ana Leyva Valera
Las políticas de promoción de las inversiones, la demanda internacional de minerales y la riqueza geológica del Perú han dado lugar a una expansión de la minería sin precedentes, que se expresa, entre otras cosas, en el gran número de concesiones mineras en trámite u otorgadas. 
La minería se encuentra en crecimiento también en Chile, Ecuador y Colombia, con la consiguiente expansión en el territorio y originando situaciones conflictivas con las poblaciones locales, principalmente cuando se impone frente a las actividades productivas locales o impacta sobre recursos asociados a ellas.
Información sobre concesiones
En el caso chileno, la Ley sobre Transparencia y Acceso a la Información Pública regula el principio de transparencia de la función pública, el derecho de acceso a la información de los órganos de la administración estatal, los procedimientos para el ejercicio de tal derecho y para su amparo, y las excepciones a la publicidad de la información, así como el derecho a solicitar y recibir datos de cualquier órgano del Estado. El Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN) cuenta con un sistema en línea, de reclamos y de información sobre los casos en trámite. Si denegara esta última sin razón satisfactoria, se puede recurrir al Consejo para la Transparencia e interponer un amparo o reclamo.
En el caso de Ecuador, la Constitución Política garantiza el derecho a acceder a fuentes de información, promoviendo así la participación democrática y la rendición de cuentas a la que están sujetos todos los funcionarios públicos. La Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información señala que este último es un derecho que garantiza el Estado, y que toda la información que emane o que esté en poder de las instituciones de derecho público o privado que, para el tema materia de la información tengan participación del Estado o sean concesionarios de éste, en cualquiera de sus modalidades, están sometidas al principio de publicidad; por lo tanto, toda información que posean es pública, salvo las excepciones establecidas en esta misma ley.
Las instituciones del Estado deben difundir, a través de un portal y de los medios necesarios, información completa y detallada sobre los procesos precontractuales, contractuales, de adjudicación y liquidación. También sobre las contrataciones de obras, y las adquisiciones de bienes celebrados por la institución con personas naturales o jurídicas, incluidos concesiones, permisos o autorizaciones. El titular de la entidad tiene la responsabilidad de recibir y contestar las solicitudes de acceso a la información. Cuando la esta es denegada o no se otorga de manera completa, existe el Recurso de Acceso a la Información, que se presenta ante la instancia judicial.
La información de las áreas disponibles para otorgamiento de concesiones mineras se difunde a través del Plan Nacional de Desarrollo Minero y la convocatoria a la subasta pública o al remate debe ser publicada.
En el caso de Colombia, el derecho a la información es fundamental, un principio de ejercicio de control social y garantía de un Estado democrático y de derecho. La Constitución señala que todas las personas tienen derecho a acceder a los documentos públicos y a presentar peticiones a las autoridades. Estas tienen un plazo para otorgar dar una respuesta. De no obtenerla, el o la solicitante puede interponer una tutela. Colombia cuenta también con una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
El procedimiento para la constitución del contrato de concesión minera se considera público y a él puede acceder cualquier persona, solicitando copias de piezas y diligencias. Ante la presentación de una propuesta de un contrato de concesión minera, la autoridad debe hacerla del conocimiento de terceros, de representantes de la comunidad y de grupos y estamentos sociales. El Código de Minas señala que la comunicación a grupos étnicos que ocupan el área tiene la finalidad de que comparezcan para hacer valer, frente a otros, su derecho preferente a explorar y explotar minerales en sus tierras.
El procedimiento de otorgamiento de concesiones
La expansión territorial de la minería tiene como instrumento fundamental a la concesión minera. Los cuatro países tienen, para limitarla, prohibiciones y restricciones vinculadas a la protección de ecosistemas y del patrimonio cultural. En algunos casos se incorpora a los páramos y humedales, por su importancia en la producción de agua (Colombia), a la infraestructura pública, a las ciudades, etc. Colombia y Ecuador establecen restricciones al otorgamiento de concesiones en territorios indígenas.
Las superposiciones de derechos tienen que ver con la existencia de muchas zonas que por sus características deberían ser protegidas por el Estado, pero no lo están; o no se encuentra delimitadas o no cuentan con un plan de manejo que establezca su zonificación. Así pues, en Colombia se puede otorgar concesión minera en un área con prohibición si ésta no se encuentra delimitada. Ninguno de los países establece limitaciones para zonas de producción agrícola. Aparentemente, en Chile no habría superposiciones, pero no se brinda protección, por ejemplo, a nevados y algunos otros ecosistemas productores de agua. En situaciones de superposición de usos y derechos, la legislación da prioridad a la actividad minera sobre cualquier otra.
En el Perú, cuando un área natural protegida se superpone con derechos de propiedad o concesiones, no se puede establecer zonas de protección estricta y silvestre en los planes de manejo del área, salvo que cuenten con el consentimiento del titular de los derechos. Igualmente, para la creación de Áreas de Conservación Regional y Áreas de Conservación Privada se debe contar con la conformidad del titular.
En Ecuador y Colombia, la minería es de utilidad pública, lo que permite expropiar o establecer servidumbres sobre tierras destinadas a otras actividades En Chile, no existe una norma que establezca tal condición, pero existe la servidumbre minera, que permite que la minería también se imponga a las otras actividades.
En Perú, la minería sí ha sido declarada una actividad de utilidad pública. Sin embargo, la expropiación no opera porque la Constitución exige que exista una situación de necesidad pública o razones de seguridad nacional. La servidumbre minera está regulada, pero solo se puede aplicar a una parte del terreno bajo ciertas condiciones, lo que hace que sea poco utilizada. Aun así, por regulación reglamentaria, la minería se viene imponiendo a áreas naturales protegidas y a otros usos.
Difícilmente el Estado puede recuperar un área ya concesionada. En Chile, una concesión se puede expropiar por utilidad pública o por interés nacional, no así en los otros tres países, donde no constituye derecho de propiedad. En los cuatro territorios es posible declarar la caducidad del derecho por su no uso o por incumplimiento de las obligaciones económicas. En Ecuador y Colombia, también se puede declarar la extinción del derecho por el incumplimiento de obligaciones técnicas, laborales o ambientales de gravedad.
Sobre la definición de los usos en el territorio
Aunque en los cuatro países se parte del supuesto de que el uso del territorio ya está definido por las autoridades que lo ordenan, en realidad existen solo tímidos avances que han dado lugar al establecimiento de algunas restricciones y prohibiciones. En líneas generales, se considera que si un área no tiene un uso definido legalmente, que acarree una prohibición, ésta es susceptible de ser concesionada. En Ecuador las zonas concesionables deben estar señaladas en el Plan Nacional de Desarrollo y en el Plan de Desarrollo Minero. Ecuador no tiene una planificación territorial avanzada. Esto plantea interrogantes de cómo se define el uso minero en el Plan Nacional de Desarrollo Minero; más aún si el ministerio sectorial no es el competente para otorgar usos.
Respecto al procedimiento para el otorgamiento de una concesión minera, los cuatro países tienen procedimientos diferentes. Chile establece un proceso judicial no contencioso, en el cual el poblador de la zona solicitada no tiene participación. En Ecuador, las zonas concesionables están señaladas previamente en el Plan de Desarrollo Minero. En ese proceso no interviene el propietario o posesionario del terreno superficial. En Colombia, es un procedimiento administrativo que termina en la firma de un contrato de concesión. Si en el área hubiera pueblos indígenas, éstos pueden participar del procedimiento para hacer valer su derecho de preferencia y deben intervenir cuando se establecen zonas mineras indígenas, para definir los lugares donde no se puede realizar minería porque pondría en riesgo su supervivencia. Sin embargo, cabe precisar que la Corte Constitucional ha establecido en la sentencia T 769/2009 que la consulta previa debe aplicarse en el proceso de otorgamiento de la concesión minera.
En el Perú, el otorgamiento de la concesión es un proceso administrativo, de aprobación casi automática. El INGEMMET verifica que los requisitos estén completos y que no haya impedimentos. Ni las restricciones ni el uso óptimo se discuten, por lo que la participación de quien posee el terreno superficial es irrelevante.
Este escaso margen de participación ciudadana y de consulta a pueblos indígenas se debe a que en el procedimiento de otorgamiento de una concesión no se decide el uso del territorio, sino que se asigna el derecho para explorar y explotar un área que se supone tiene su uso minero definido. La información que se ventila tiene que ver con lo necesario para otorgar el derecho en un lugar sin restricciones, a una persona sin impedimento y al mejor postor, en casos como Ecuador.
En Colombia se exige, además, prueba de la capacidad económica del interesado y la mención de los grupos étnicos presentes en el área solicitada, pues ellos deben ser convocados si tienen derechos preferentes. También exige la descripción del área del proyecto, términos de referencia, guías mineras y la descripción de los trabajos de exploración. Esto tiene que ver con que en este país no se requiere de estudio de impacto ambiental para la fase de exploración y con el hecho que la concesión minera puede dar inicio a dichas labores.
En Ecuador, las concesiones se otorgan principalmente por licitación o subasta. Siendo así, los datos del área concesionable los coloca el Estado en la misma licitación o subasta. El oferente debe alcanzar sus datos personales; una propuesta, económica, técnica y ambiental para la exploración y explotación, y una garantía. Si bien el procedimiento es público, está diseñado para que solo participen el Estado y el solicitante o postor. Las poblaciones locales no suelen estar interesadas en que se les otorgue la concesión. El procedimiento brinda canales para la intervención del titular minero que alegue tener una solicitud o un derecho otorgado con anterioridad sobre el área, y en Colombia, pueden participar los grupos indígenas que se encuentran en las situaciones anteriormente descritas.
El derecho al acceso de información en el procedimiento de otorgamiento de las concesiones mineras
En los cuatro países hay leyes de transparencia y acceso que posibilitan la llegada a la información pública. En el procedimiento de otorgamiento de concesiones, la autoridad decidirá si otorga o no al solicitante o postor, el derecho para explorar y explotar una determinada área. En Perú y Chile el margen de decisión es muy pequeño, pues solo se revisa que no haya impedimentos legales y que la concesión se encuentre adecuadamente delimitada. En Ecuador y Colombia, se evalúa también la solvencia económica del postor o solicitante y sus antecedentes en el sector, así como la calidad de su propuesta económica, técnica y ambiental para el desarrollo del proyecto.
Las poblaciones locales en conflicto por usos del territorio reclaman participar de los procesos de asignación de dichos usos. Lamentablemente, estos procedimientos no están marchando o lo hacen muy lentamente. La población puede, a lo sumo, advertir a la autoridad administrativa que no se ha respetado una prohibición, o intervenir para vigilar la transparencia de proceso. Por ello, participar se convierte en algo prácticamente irrelevante.
En consecuencia, los mecanismos de información en el procedimiento de otorgamiento de concesiones mineras están orientados al usuario del sector (empresa minera, estudio jurídico, o persona individual que conoce lo conoce). La excepción es Colombia, donde las comunidades indígenas poseen el terreno superficial y tienen derechos preferentes para la minería en su territorio. En el establecimiento de zonas mineras indígenas, la autoridad minera debe consultar a la autoridad indígena sobre los lugares que no pueden ser objeto de exploración y explotación. Esto supone la necesidad de que estas comunidades estén debidamente informadas. Pero además, la Corte Constitucional ha establecido que ellas deben ser consultadas sobre el otorgamiento de concesiones y para ello deben contar con información del impacto social y ambiental.
En líneas generales, la información que se proporciona en el procedimiento no tiene criterios de género. Solo en Colombia existe información para pueblos indígenas porque éstos se pueden convertir en usuarios. En Perú, la información para comunidades campesinas y nativas está solo pensada para informar a la ciudadanía cuando el derecho ya ha sido otorgado. En Colombia y en Ecuador, se evalúa la información ambiental, cosa que no sucede en Chile ni en Perú.
Conclusiones
Así pues, en el procedimiento de concesiones mineras, la información está orientada principalmente al usuario, por lo que los enfoques de género e intercultural no tienen ninguna relevancia, salvo en Colombia, donde los grupos indígenas tienen un derecho preferente para la práctica de la minería en sus tierras.
El procedimiento de concesiones, tal como está diseñado, no es el indicado para que las poblaciones locales puedan influir en la asignación de usos del suelo, pues estas se hacen sobre áreas cuyo uso minero está presumiblemente definido con anterioridad. Esto puede crear frustración y conflictos, pues las personas y comunidades afectadas no tienen manera de participar en el proceso, para defender sus derechos e intereses.
El proceso de ordenamiento territorial es, en nuestra opinión, el momento idóneo para definir esos usos, porque en él se produce la información necesaria para tomar decisiones de manera racional, participativa y planificada. Es en este proceso donde debería existir información con enfoque de género, intercultural y ambiental.
Sin embargo, el ordenamiento territorial se encuentra muy poco avanzado. Ante el vacío, se necesita encontrar una salida. Dado que para decidir es necesario estar informado, el único momento donde se produce información relevante es el EIA. Por lo tanto, el EIA tendría que ser complementado con la información necesaria que permita establecer la compatibilidad ambiental, económica y social del territorio con la actividad minera. Para ello, habría que dividir la concesión en dos derechos: uno para explorar y otro para explotar.

El presente informe se basa en la información y conclusiones del documento Concesiones mineras y el derecho a la información: Estudio Comparado de Ecuador, Chile y Colombia elaborado por la abogada Ana Leyva por encargo de la Asociación Servicios Educativos Rurales

Debatirán impacto de cambio climático en Cajamarca

 ·         Expertos y organizaciones participarán en foro este jueves 21 de agosto
Distintas organizaciones de la sociedad civil de la Región Cajamarca, comisiones ambientales municipales, mesa de concertación provinciales, gremios y especialistas participarán este jueves 21 de agosto en el foro taller "Cajamarca, hacia la COP20 – Cumbre de los Pueblos".
El evento tiene por objetivo sensibilizar a los representantes de la sociedad civil sobre el cambio climático y sus impactos en el desarrollo sostenible de Cajamarca. De igual modo, promover una reflexión sobre dicho fenómeno, su relación con la minería y su importancia con el desarrollo local.
Entre los expositores se encuentran el ingeniero José Serra, quien abordará el tema "Energía, cambio climático y desarrollo sustentable"; el ingeniero agrónomo Jaime Llosa con ""La problemática del Cambio Climático en el ámbito nacional y global"; y la especialista Ana Leyva (CooperAcción) a cargo de "Propuesta de Ordenamiento Territorial".

De igual manera, participarán el economista Rómulo Torres (Forum Solidaridad Perú) con "La Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático"; el Lic. Sergio Sánchez Ibañez, "Causas e impactos del cambio climático en la región de Cajamarca"; y Roy León Rabanal (GRUFIDES), disertará sobre "Construcción participativa de la strategia Regional de Cambio Climático (ERCC)".
Luego de las exposiciones, se realizará un taller de organizaciones locales para identificar la problemática del cambio climático desde la perspectiva de los participantes; las afectaciones más relevantes que origina dicho fenómeno en la vida cotidiana de los cajamarquinos; así como propuestas para mejorar esta situación.
Esta actividad se desarrollará a partir de las 09:00 a.m. en el local de las Hermanitas de la Caridad, sito en Jr. Guillermo Urrelo 888, Cajamarca. El ingreso es libre.

 Cabe señalar que este evento es organizado por la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP) y la Comisión Ambiental Regional (CAR) - Grupo Técnico de Cambio Climático y Gestión del Riesgo. Además, cuenta con el apoyo de Forum Solidaridad Perú (FSP), CooperAcción, GRUFIDES, Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), Centro IDEAS, Asociación Servicios Educativos Rurales (SER), Grupo Impulsor de Gestión de Riesgo de Desastres y Cambio Climático (GRIDEyCC).

Del 1 al 10 de diciembre, Lima será la sede de la Vigésima Conferencia de las Partes (COP20) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El objetivo de la conferencia será concluir un acuerdo mundial para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

miércoles, agosto 13, 2014

Máxima Chaupe en París

 No era una representante de la gastronomía peruana. No era una voleibolista. No era una actriz de cine. Era solo una mujer muy valiente.

Me encontraba en París a fines de mayo de este año cuando fui testigo de una recepción extraordinaria. Una peruana acaparó los medios de prensa. Fue recibida por las máximas instancias políticas del país.
La escuché nada menos que en la Maison d’Amérique Latine, el más importante auditorio académico, y por fin fue recibida y despedida en olor de multitud en el aeropuerto.
No era una representante de la gastronomía peruana. No era una voleibolista. No era una bailarina de marinera. No formaba parte del famoso Congreso del Perú. No era una actriz de cine. No era una presentadora de televisión. Era solamente una mujer muy valiente.
Había razones para que la campesina peruana Máxima Acuña de Chaupe fuera recibida de esa manera en la Ciudad Luz. Como los diarios decían, la resistencia que ella había emprendido únicamente se parecía a la lucha de David contra Goliat. Solo que en este caso David era una mujer.
Una dama de pequeña estatura y de consistencia delgada así como de escasos recursos económicos se enfrentaba en Cajamarca contra uno de los mayores poderes económicos del mundo, la empresa minera Yanacocha.
No tan solo era desigual esta pelea. Además, los dueños de las más fabulosas minas de oro del planeta eran protegidos por la Policía Nacional del Perú y por matones armados que intentaban intimidar a Máxima y a su familia para despojarlos del pequeño terreno agrícola del que son propietarios desde hace 20 años.
Para resumir, Máxima se ha negado a vender sus tierras a la compañía minera Yanacocha. Las ofertas iniciales, al parecer, eran económicamente muy apetecibles. Sin embargo, para esta familia más importante es la crianza de sus vacas y la conservación de un pequeño espacio donde vivir y ser felices. En vista de su negativa, la gran empresa pasó – según relata Máxima- a las amenazas, la intimidación y la violencia.
“Sal de tu propiedad. Si no lo haces, vas a morir”- fue la llamada privada que recibió el 30 enero de este año. Una hora después, mientras ella cuidaba sus cultivos al lado de su hija Isidora, varios oficiales de la DINOES fuertemente armados ingresaron en la propiedad de los Chaupe, y los conminaron a marcharse.
Esas informaciones no tienen un final feliz. Tony Padilla, el juez de Celendín acaba de sentenciar a los cuatro miembros de la familia Chaupe a dos años y ocho meses de prisión suspendida. Además, tendrán que pagar a como reparación a  la multimillonaria empresa minera un monto de 5 mil 500 nuevos soles.
La sentencia sido apelada, pero si se confirma, en cualquier momento, los gigantescos tractores de Yanacocha le pondrán fin a esta historia. Por supuesto y como ha sido siempre durante esos tres años, estarán acompañados por una fuerte dotación policial para defenderse contra una mujer de un metro y medio, unos 45 kilos de peso y un coraje superior al de los hombres que irán a sacarla por la fuerza.
Si trata de defenderse, lo más probable es que sea acusada de terrorista y que esta historia se prolongue como un juicio penal muy parecido a los de la Santa Inquisición.
¿Qué tiene esta mujer que suscita tanto respaldo y tanta simpatía?.- me preguntaba el último 23 mayo a salir de la Maison d’Amérique Latine, muy cerca de la École des hautes études en sciences sociales donde estudié hace varias décadas.
Mi amigo, el escritor Alfredo Pita, me respondió rápidamente: “Tiene la razón”. Y yo creo que también tiene razón Alfredo porque, al igual que Rigoberta Menchú, Máxima Acuña de Chaupe ya es candidata al Premio Nobel de la paz. Mañana, la historia puede ser muy severa con quienes hoy maltraten a nuestra paisana.

http://diariouno.pe/columna/maxima-chaupe-en-paris/

martes, agosto 12, 2014

CAJAMARCA: ATRAPADA EN EL CAOS TOTAL

Sociólogo Avelino Zamora Lingán
Hoy en día caminar por las polvorientas calles de la ciudad de Cajamarca, llamada románticamente, hasta hace poco, la “Bella Durmiente”, porque hoy de “bella” ya no le queda nada, significa exponerse a una serie de peligros, desde el momento que usted sale de su domicilio, hasta la hora de su regreso; existiendo, además, una alta posibilidad de que no regrese sano y salvo. Pero no se preocupe: total este es el resultado del sagrado ORDEN SOCIAL ESTABLECIDO.       
Como se sabe, tales peligros son: accidentes de tránsito, asaltos en la calle o a su domicilio; improperios y agresiones de algún desquiciado; accidentes por alguna caída, debido a huecos en pistas y veredas por la ausencia de buzones en los sistemas de discurrimiento de agua y desagüe de los domicilios; mordeduras de algún perro vago, etc. Pero, además, usted está expuesto a otros peligros mucho más perniciosos y más letales para su salud física y mental, tales como: La contaminación en sus diversas formas: proliferación de moscas y mosquitos, ratas y ratones, por acumulación permanente de basura, por esquinas y calles; el olor repugnante por la podredumbre de aguas residuales, vertidas a las calles, especialmente en el entorno de los mercados (a los cuales, pareciera que  muchos cajachos ya se han adaptado, incluido las autoridades); ruido de vehículos, monóxido de carbono, que emanan de ellos; ruido de algunos talleres de carpintería y aserraderos;  vertimiento de aceites quemados a las calles, por dueños de talleres de mecánica; la polvareda acumulada en las calles, especialmente en el entorno de la ciudad, que el viento arroja hacia los ojos; el bullicio en los mercados de abastos, la contaminación visual de las pintas, giganto-grafías y afiches de los candidatos, así como de anuncios publicitarios de colores chillosos, colocados en  paredes, domicilios, muros, postes de luz, etc. ; el sonido del silbato de los policías de tránsito, el olor pestilente de los urinarios ubicados en plena vía publica; los sonidos estridentes de los megáfonos, realizado por quienes anuncian compra o venta de algún bien o servicio; el pestilente olor de los excrementos dejado por los canes, que son sacados a pasear, en el marco de los días del llamado “Ciclo Vida”, organizado por la municipalidad, etc., etc. etc. En fin, como se puede ver, existen un sin número de elementos nocivos y negativos que, reiteramos, constituyen un verdadero peligro para la salud física y mental del pueblo cajamarquino. No obstante, como es sabido por todos, en este mismo sentido, va la actividad minera que desde 1992, está contaminando aire, suelo y agua de manera permanente en grado que va de menor a mayor.

A todo este caos, generado en nuestra otrora “Bella Durmiente”, se suma otro como la corrupción de bajo y alto vuelo, la ineptitud de las autoridades locales, regionales y nacionales para emprender verdaderos procesos de desarrollo social o por lo menos para cumplir la multitud de promesas hechas durante sus campañas electorales. Esto, obviamente implica el caos absoluto en todos los sectores y en todos los niveles, tanto así que pareciera que estamos en medio de la jungla o selva, por lo mismo viviendo bajo el régimen de la ley de la selva, aunque otros dirían “viviendo en tierra de nadie”; mientras tanto, autoridades locales y transnacionales mineras manejando a esta ciudad como si fuera su gran feudo o su gran chacra. Otros indican, “en Cajamarca no existen autoridades”, que ponga orden o que pongan de pie a esta ciudad. Así, pues, los cajachos estamos hartos de tanto desorden. Desorden en el transporte, donde diariamente se observa una gran fila de vehículos, que van desde triciclos, moto-taxis y taxis hasta combis y pequeños microbuses; además, de gran cantidad de vehículos de transporte privado desde bicicletas y motocicletas hasta autos, camionetas, camiones y otros vehículos de ultimo modelo, cuyos conductores, una vez que se ponen al volante se hacen dueños de las pistas, de la ciudad, no creen en nadie, manejan como si estuvieran en competencia, ayudados por la propia policía por supuesto, porque son ellos quienes se ubican en las esquinas, quienes a punto de silbatazos y de señas con la mano alzada conminan a que tales conductores se apuren; y, al parecer, éstos piensan que nosotros los peatones tenemos ojos por delante, por detrás y por los costados y además, a tales conductores pareciera que les pesa las manos para tocar el clacson oportunamente, pues lo tocan después que ya han golpeado al transeúnte, como queriendo decirnos “El golpe avisa”. Pero lo más indigno, absurdo y hasta estúpido es que los policías de transito se ubican allí donde existe semáforo, precisamente para hacer avanzar a los vehículos aun cuando dicho aparatito esté en rojo y hacerlos parar cuando esté en color verde. Es decir, el caos total ¡Y, pensar, que a la policía se le llama “custodios del orden”!!!, cuando por este caso específico serían todo lo contrario: generadores del desorden. El desorden en todas sus formas y en todos sus niveles:
Desorden en el comercio, los comerciantes, súper-grandes, grandes, medianos, pequeños y muy pequeños, ateniéndose al sacrosanto modelo económico neoliberal, impuesto por el “chinito” Fujimori, viven haciendo su agosto en agosto y en cualquier mes del año, porque nadie se atreve a controlar ni precios ni pesos, ni calidad. Por ello es que cuando se dice que  “todo el mundo actúa como en su chacra” o hace lo que se le da la gana, está muy bien dicho. No hay orden o en todo caso lo que hay es aquello que, el filósofo Anaxágoras le llama “ORDEN DEL CAOS”. ¡Ah, pero eso, si. Pobre de aquel pequeño o muy pequeño comerciante ambulante, que sea encontrado en la plaza de armas vendiendo sus gelatinas, chochos, pan o caramelos; o las madres de familia campesinas, que se buscan el pan del día vendiendo una porción de papa, oca u olluco o algunas verduras o yerbas aromáticas, inmediatamente vienen los mal llamados “custodios del orden”, vale decir, los policías municipales, y a palazo limpio o a empujones les arranchan, “incautan”  o “decomisan”  los productos de los pobres vendedores y encima son tratados con palabras ofensivas y soeces. En cambio si se trata de un súper gran o gran comerciante la tolerancia les sobra a estos llamados “custodios del ORDEN”. Ellos sí, pese a que disponen de surtidas tiendas, pueden inundar las calles y veredas con sus productos, obstaculizando el libre paso de los transeúntes, quienes, aunque sea en plena lluvia tienen que bajar a la pista, exponiéndose a un accidente o a ser bañados con los salpicones del agua de lluvia, por los “locos del volante”, que manejan como si estuvieran en algún concurso de carrera de autos de la “Formula Uno”   
Desorden en la seguridad ciudadana. No queda mucho por decir, puesto que más arriba ya hemos descrito algo de ello. Sin embargo, falta agregar, que el caos en la seguridad se observa mucho más en los mercados de abastos y en las aglomeraciones de público. Aquí es muy alta la probabilidad de que algunos, pocos o muchos regresen a su domicilio sin su cartera, sin billetera o sin sombrero, si se trata de campesinos; o también de que regrese con la cara cortada, si es que opuso resistencia al asalto. Mientras tanto, las Rondas Urbanas, aunque divididas, haciendo su trabajo, loable y mucho más eficiente que los llamados “custodios del orden”.

Desorden en las Obras públicas. Aquí es donde se expresa con mayor claridad el caos o desorden. Pues basta saber que el popular DIESMO ya es una realidad común-mente practicada aunque socialmente poco aceptada todavía o hipócritamente rechazada. Pero no menos cuestionable es el caos que se genera en torno a estas obras, que en gran parte son de construcción y de parchado, de pistas y veredas o rotura de las mismas para tender tuberías, ya sea de agua, desagüe, luz o teléfono: Desmontes por todos lados y por todas las esquinas; materiales de construcción amontonados en las vías públicas, obstaculizando no sólo el libre tránsito de vehículos sino de peatones; la polvareda o partículas finas de los materiales de construcción, levantados por el viento directamente a los ojos, causándoles graves daños; así como el gran riesgo de contraer enfermedades broncopulmonares, como consecuencia de la absorción de todos estos materiales de construcción. ¿Existen autoridades para controlar este desorden, poniendo multas? NOOOOO.      
Desorden en la justicia. En este sentido, muchos están con hambre o sed de justicia, especialmente los más pobres y los marginados, que somos la gran mayoría; mientras tanto, en este aspecto,  tenemos un total caos o desorden: jueces y fiscales persiguiendo a líderes ambientales que protestan precisamente contra ese desorden, expresado en destrucción y contaminación de la naturaleza; jueces y fiscales, paradójicamente guardando silencio cómplice ante la injusticia, que se perpetra contra los indefensos campesinos. Y, en el colmo de ese caos y desorden resulta que una humilde familia campesina acaba de ser sentenciada a dos años ocho meses de prisión (disqué  suspendida) y a pagar s/. 5000 nuevos soles a su demandante, que resulta ser una transnacional y como si esto fuera poco, la familia condenada será desalojada de su propia casa y tierra en cualquier momento, tal como seriamos cualquiera de nosotros en el futuro, si es que no hacemos nada por implantar el verdadero orden en nuestra región y en nuestro país.  Y, el caldo de cultivo o abono de este desorden en la ciudad es la corrupción, que prolifera en todos los niveles, altos y bajos,  en las instituciones públicas y privadas, ante la cual ya nadie puede hacer nada, por el contrario la corrupción ya es parte del sacrosanto “orden social”, el cual, desde la óptica de los gobernantes de turno, es el que debe ser protegido, cuidado y custodiado, aunque el pueblo patalee por este tipo de “orden”. Y, con razón, porque lo que es orden para el sistema y para sus gobernantes, para el pueblo es el caos y el desorden, precisamente este tipo de orden es el que está matando diariamente la moral del pueblo, de los jóvenes y también de los niños, de los nacidos y por nacer.

Desorden político en el escenario electoral, Lluvia de candidatos y carnaval de pintas; concursos de afiches y gigantografías, faltan paredes de domicilios, postes de luz y muros, piedras, árboles, etc., para pegarlos o adherirlos; regalos por doquier, desde calendarios de bolsillo hasta polos, cocinas, vajilla y dinero. Programas de gobierno plagiados de otras regiones y de otros países, algunos candidatos derrochando millones como si la plata les llegara sola; o realistamente hablando, dando señales de estar ligados al narcotráfico; también hay de los que ocultan sus ingresos en sus hojas de vida; y muchos sorprendiendo al Jurado Electoral, poniendo en su hoja de vida que tienen maestrías y doctorados cuando en realidad no han culminado ni su secundaria; pero, también hay quienes prometen mucho, son aquellos que si llegarían al poder no se acordarían qué es lo que prometieron, ni cuando lo prometieron; del mismo modo hay quienes se pasan la vida buscando los defectos de su adversario político para insultarlo y atacarlo y si es que no le encuentran ningún defecto, seguramente le inventarán, total estos candidatos operan bajo el principio de “miente, miente, que algo queda. En fin, en política es el despelote total, ya que los postulados del neoliberalismo económico también se han traslado a la  praxis política. No hay ideología, no hay doctrina política, pero si  hay harto circo y harta demagogia y mediocridad política.                                           

Y, frente a toda esta situación caótica y desordenada, en todos sus niveles y en todas sus formas, tal como se ha descrito líneas arriba ¿Cuál es la actitud de la población y de las autoridades? Este desorden o caos, en una ciudad como Cajamarca con una población de más de 200,000 habitantes, ¿Tiene algo que ver con un excesivo pacifismo, indiferencia, cultura o costumbre? ¿De quien depende el hecho que en el futuro esta situación se revierta? La actitud de la mayoría de la población es de indiferencia, pacifismo e impotencia, puesto que su capacidad de decisión es muy limitada. NO tiene poder, en tanto que éste ha sido otorgado, mediante el voto universal a  las autoridades, con la expectativa de que las mimas sean las que solucionen los problemas de la ciudad. Sin embargo, resulta que tales autoridades disponen de poca o nula capacidad para responder a las demandas de la población. Al contrario, las autoridades tanto nacionales, regionales y locales, responden a la lógica socioeconómica estructurada desde hace cientos de años. Y, en este sentido lo que para la población es desorden o caos, para el sistema social es el “orden”, al cual hay que protegerlo, cuidarlo, custodiarlo, con los llamados, precisamente “custodios del orden” que no sólo se refiere a la policía y fuerzas armadas, sino a otros poderes como el judicial, legislativo, ejecutivo y el mediático. En este contexto se torna muy difícil, casi imposible que este  desorden y caos sean revertidos. Lo máximo que se puede hacer, frente a todo este desorden y caos es “indignarse” de manera aislada y pacíficamente, manifestarse por las redes sociales, haciendo comentarios entre amigos o entre familiares, o plasmando nuestra indignación y descontento en un papel, como lo está haciendo este humilde ser humano. Pero, también, lo que puede hacer es informarse más, leer sobre política y politizarse; en resumen lo que tiene que hacer es desarrollar su cultura política, lo cual ayudará a madurar su conciencia social y, entonces, recién estará en condiciones de revertir a este  ORDEN DEL CAOS y construir un nuevo orden, que responda eso si a los intereses de la población. /////////////////// Escrito: 11 de agosto del 2014.  

viernes, agosto 08, 2014

Libertad e imposición

Reproducción de la columna ‘Las palabras’ publicada en la edición 2346 de la revista ‘Caretas’.
POr Gustavo Gorriti
Cuando un Estado impone a sus ciudadanos una obligación o un orden que estos no desean y rechazan, con el argumento de que aunque no les guste es mejor para ellos, lo que revela dicho Estado es un desprecio por la libertad bajo la excusa falaz del bien común.
La imposición del Gobierno de que a partir de este mes los trabajadores independientes (hasta los 40 años) aporten obligatoriamente un porcentaje importante de sus ingresos a una AFP, coacta la libertad individual de los ciudadanos sin que exista justificación racional alguna para ello.
Es verdad que el Estado les ofrece una alternativa. Pagar a la ONP. Sin embargo, esta posibilidad es, además de igualmente confiscatoria, tan mala que, comparativamente, entregar parte del propio dinero a una AFP parece mejor. Pero la comparación de lo peor con lo malo no convierte a esto último en bueno.
No es solo que ese Estado asuma como premisa la incapacidad del ciudadano de tomar decisiones correctas sobre su vida y destino sino que al decidir por él no lo beneficia sino lo perjudica. A quien sí beneficia, con todo el poder coactivo del Estado, es a la corporación privada de cuyo lucro se convierte en agente.
Lo que indigna de este caso es la actitud antidemocrática de un gobierno que no debatió, ni sometió a deliberación, ni siquiera consideró hacer voluntario un sistema con vicios ocultos, bajo la guisa de una falsa filantropía debajo de la cual está la función de recaudador de las compañías privadas que controlan el sistema financiero, los seguros de vida y de salud, entre muchas otras cosas.
Y no se trata de cualquier recaudador: La Sunat, nada menos, ha puesto todos sus instrumentos de recaudación forzosa para garantizar que el oligopolio financiero reciba mes a mes los aportes obligados de la masa de alrededor de 500 mil nuevos contribuyentes.
¿Suena exagerado? Pues no lo es.
En varias investigaciones durante los últimos dos años, IDL-Reporteros (la publicación de periodismo de investigación que dirijo) reveló una serie de hechos que no han podido ser refutados. Entre ellos:
• En “Las ventajas de tener una AFP”,(http://idl-reporteros.pe/2013/04/01/las-ventajas-de-tener-una-afp/) IDL-R halló “evidencias de que las administradoras de cada AFP favorecían en sus inversiones a los grupos económicos a los que pertenecen”.
• Pese a que los aportantes debieran tener el derecho de saber bajo qué criterio se invierte su dinero (por el que pagan una comisión que es cualquier cosa menos modesta), las AFP, protegidas por una prosternada SBS, no proporcionan ninguna información sobre a quién benefician sus inversiones bajo la endeble excusa de “encontrarse protegidas por el secreto comercial”. (http://idl-reporteros.pe/2014/02/04/inversiones-secretas).
• Es tal la desventaja del ciudadano aportante en su relación con los oligopolios financieros y sus ‘chalecos’ estatales, que, como demostró IDL-R en una de sus investigaciones más resonantes, los jubilados no recibirán entre el 20% y el 50% de sus aportes en lo que les queda de vida, bajo el sistema de retiro programado (el otro es peor). Los portavoces oficiales y oficiosos de las AFP insistieron en que eso no era cierto, pero no pudieron demostrarlo. La SBS, en cambio, tuvo que reconocer que los cálculos de IDL-R eran correctos. (http://idl-reporteros.pe/2014/04/28/fondos-sin-retorno/).
Uno de los argumentos que utilizan sobre todo los funcionarios gubernamentales (desde el MEF hasta Ana Jara) es que la contribución forzosa a las AFP es necesaria porque de otra forma muy poca gente ahorraría para su jubilación y luego, en la vejez y la decrepitud, serían una carga para el Estado.
Ese argumento es, si cabe, más falaz que los anteriores. Como explicó con claridad Richard Webb en un reciente artículo en El Comercio, “La familia peruana no solo ahorra, sino que está entre las que más ahorran en el mundo. Según la encuesta anual de niveles de vida, en el 2013 el ahorro de las familias fue 24% de sus ingresos, antes de su aporte a los fondos de pensiones, o de su considerable gasto en educación”
Según analiza Webb, otro error importante en la creación de las AFP, “fue tratar a la gente como si fueran muebles, sujetos pasivos e inmóviles, sin tener en cuenta que los obligados a cotizar podrían reducir otras formas de ahorro, mientras que los no afiliados podrían aumentar otras formas de ahorro, y eso, precisamente, es lo que ha sucedido”.
“Al final”,explica Webb, “afiliados y no afiliados ahorran casi el mismo porcentaje de sus ingresos”.
En sus varias intervenciones recientes sobre el tema, el congresista Víctor Andrés García Belaunde ha demostrado las fallas del sistema de las AFP. Y ahora, como dijo en una entrevista “logran que ‘Papá Gobierno” imponga, en forma casi confiscatoria, la obligatoriedad de aportar a las AFP, con comisiones que llegan al 69% de lo aportado”.
¿Cuál es la alternativa? No es, por supuesto, terminar con las AFP sino devolverle la libertad  al ciudadano. Este debe tener el derecho de elegir dónde y cómo ahorrar. Debe poder exigir, como aportante, transparencia y rendición de cuentas en lo que se hace con su patrimonio.
La ciudadanía plena es bastante más que el ejercicio gris del voto a candidatos subestándar. Y en este caso, donde tantos sienten sus derechos conculcados, es muy probable que esa ciudadanía se exprese como protesta, tanto en el espacio público como en el judicial.

Una de las fuerzas mayores de la democracia, después de todo, es su capacidad de impedir el abuso.

jueves, agosto 07, 2014

Democracia a cuatro mil metros de altura

 Hay algo de brujo y de víctima en cada uno de nosotros cuando nos enfrentamos a las fuerzas de la naturaleza. En las alturas de la sierra, los desiertos también pueden ser verdes y húmedos y matar de soledad o de frío. Un inmenso páramo amarillento, donde suele silbar la paja, se convierte en un imán para la lluvia desde tiempos ancestrales y en un campo fantástico para las siluetas que se atreven a cruzarlo antes de que anochezca.
En el mes de marzo se realizó en Cajamarca una asamblea en las lagunas de Conga. En ella, las organizaciones participantes acordaron dar un plazo determinado a la minera Yanacocha para que retirase su maquinaria del lugar. Allí, en las alturas, encontramos a una pequeña mujer, emblema de la resistencia cajamarquina en torno al derecho sobre la tierra.
Los cerros les roban el ánimo a los cristianos cuando no avanzan rápido; eso asegura, entre bromas y en serio, uno de los recios comuneros que avanzan sin pausa entre montes y peñascos por el camino que conduce al mismo corazón de Conga, la laguna Azul. Otro comunero, bolo de coca y cañazo encima, le responde que ésas son cojudeces, que hay que avanzar nomás. Los últimos de la caravana vemos cómo se pierden sus espaldas tras unas enormes y verdes colinas. Ya no están. Nos hemos quedado solos.
Santiago, un carismático antropólogo neoyorquino, avanza a paso acelerado para dar alcance a la primera comitiva encabezada por el líder ambientalista Marco Arana y los dirigentes Milton Sánchez y Eddy Benavides, además de cientos de comuneros que tienen como objetivo la laguna El Perol para realizar una asamblea de coordinación de resistencia. Santiago, de poblada barba castaña, está haciendo un doctorado en conflictos sociales y ha elegido a Cajamarca como uno de sus centros de estudio. Es un tipo divertido, hasta que le toca hablar de los derechos del campesino peruano sobre el agua y la tierra: entonces su gesto se torna serio.
Kilómetros adelante, documentalistas canadienses y europeos utilizan mulas para transportar sus carpas y equipos. Tienen tanta resistencia al frío y a la altura que podrían competir con los mismos comuneros de la zona.
Nos hemos quedado atrás. Alguien previó —erradamente— dos horas de caminata desde la comunidad de Jadibamba, donde quedaron estacionados los vehículos, hasta las famosas lagunas en conflicto por el proyecto minero Conga. Para algunos la marcha duró cinco o seis horas, cuando fueron sorprendidos al final del camino por la noche y la niebla que cubrían hasta el último rincón del horizonte.
Horas antes, aún con la luz de la tarde, llegó un momento en el que los rezagados nos rendimos y decidimos aguardar el frío y la noche a la intemperie de la jalca, pero un guía, forjado en las artes misteriosas de Huancabamba, brindaba con el cerro para que nos “soltara” y nos dejara seguir. Era necesario brindar con el Apu con harto pisco, bolo de coca e incluso caramelos de limón. Lo más probable es que la sugestión nos haya ayudado a recuperar las fuerzas y a seguir a paso firme por páramos desolados, ichus húmedos y bofedales que mojaban hasta las rodillas.
La visión de dos siluetas en el horizonte fue lo más parecido a la alegría de descubrir un continente nuevo. Eran dos comuneros filmando el valle. “Éstos trabajan para la mina”, comenta el guía. Los hombres son jóvenes y se ponen algo nerviosos. Estamos esperando a nuestro alcalde, se defienden. No queremos empezar una discusión; les pedimos una indicación y nos la dan. Nos señalan un extraño oasis en medio de tanta soledad, una carretera resguardada por dos ómnibus de la Dinoes.
Avanzamos por más peñas magistrales y riachuelos, y por fin flanqueamos el camino. Luego rodeamos una tranquera y subimos hasta un bosque de piedras que sirvió de fortín para que los emblemáticos Guardianes de las lagunasacampasen en forma rústica, entre palos y plásticos, y vigilasen que no se acerquen la maquinaria de la mina y los policías contratados por Yanacocha.
Una casa solitaria se erige en esas alturas de la comunidad denominada Tragadero Grande; pertenece a la familia Chaupe. Es la última casa del lugar.
El Sol, un brillo fantasmal, está a punto de ocultarse tras la enorme cordillera que enmarca la laguna Azul. Su brillo rebota apenas sobre el agua, y la niebla que nos rodea es un humillo rastrero. En ese pequeño bosque de piedras encontramos a Máxima Acuña Atalaya, la mujer emblema de la resistencia cajamarquina.
Máxima Acuña es costurera, tiene 42 años de edad y es natural del caserío de Marcucho, distrito de Sorochuco, Celendín. De gesto curtido, su sonrisa es sin embargo amable. En casa la acompañan sus cuatro hijos y su esposo, el comunero agricultor Jaime Chaupe Lozano; pero ella es conocida en varias partes del mundo como la Señora Chaupe,a secas.
La lluvia vuelve a caer por vigésimo primera vez ese día, y la señora Chaupe nos invita a guarecernos bajo un plástico azul. El frío es increíblemente intenso, y bajo ese plástico nos permite hacerle algunas preguntas.
¿Cuál fue el resultado del proceso judicial que tiene por estas tierras con la minera Yanacocha?
–La Fiscalía y los jueces de Celendín, en vez de seguir mi caso, dicen que han perdido los documentos que presenté en la misma mesa de partes, y al final le han dado la razón a los ingenieros de Conga en el sentido de que yo estoy usurpando sus terrenos cuando eso no es verdad. Y me han dado una sentencia de pena suspendida por la que debo firmar cada cierto tiempo, además de pagar 200 soles como reparación civil a la minera. ¿Existe justicia para el pobre? Dígame usted.
¿A quién pertenece exactamente el terreno que estamos pisando?
–Esta tierra que estamos pisando, donde están nuestros hermanos ronderos, los Guardianes de las lagunas, es de mi propiedad; y colinda con los terrenos comprados por la mina. Yo exijo que Yanacocha respete la linderación, los terrenos de nuestros hermanos campesinos, y que no invada nuestras propiedades. Yo tengo mi certificado de posesión de compra y venta de esta zona. Pero la empresa, servida de la prensa vendida, sale a decir que todito esto es de ellos por derecho, cuando en realidad está usurpando nuestra dignidad.
¿Cómo adquirieron ustedes estos terrenos?
–Todos estos terrenos han sido antes una comunidad, y las autoridades de esta comunidad hicieron llamar a los comuneros de Chugurmayo, Cruzpampa y Salacate para hacer una división y entregar a cada uno su parcela con su respectivo documento y su certificado de posesión. Con el tiempo muchos comuneros han hecho sus traspasos o han vendido sus terrenos porque ya no querían vivir en estas alturas. Mi terreno me costó mi plata y lo compré en el año 1994. No es que yo haya venido a invadir, como dice la mina en los medios de comunicación echados. Yanacocha ha dicho primero que le compró las tierras a la comunidad, luego dizque a los colindantes, pero en los documentos presentados ante la Policía del distrito de Sorochuco dice que compró los terrenos a mi suegro Esteban Chaupe Rodríguez, y eso deja mi terreno libre. Nunca he vendido a nadie mi terreno.
¿Cuántas veces han intentado desalojarla?
–Desde el 22 de mayo del 2011 que han intentado pegarme, quitarme mis cosas, quemarme mi choza; botaron mis linderos, han desmayado a mis hijos. Mi hija de 18 años tuvo que arrodillarse frente a una maquinaria diciéndoles que la pasaran por encima si querían seguir; ahí la golpearon en la cabeza. Luego, en agosto, se llevaron mis maderas, mis cosas, mi comida: todo lo han llevado a sus oficinas en la mina. Recién a los 15 días han llevado las cosas a la Fiscalía de Celendín. Y cuando fui a ver al fiscal dijo que no sabía nada y que no tenía nada. Después, con sus maquinarias y su Dinoes, han matado incluso mi perro pastor y se han robado a dos de mis ovejas en medio de risas y carcajadas. Yo soy una mujer pobre que vive de hilar y tejer, y de vender lo que confecciono. Mi esposo se dedica a la chacra para comer lo que sembramos, y ahorita la mina quiere que les paguemos reparación civil.
¿Hasta cuándo cree que pueda resistir el inevitable desalojo?
Voy a apelar a las instancias de la ciudad de Cajamarca; si no me dan la razón, iré a instancias más altas. ¿Hasta cuándo resistiré? Hasta que me mate la Dinoes pues será. Pero eso sí: siempre luchando. Y Conga no va.
La lluvia arrecia y ya no es posible seguir en ese lugar. La señora Chaupe invita a los comuneros a pernoctar en su casa. Bajamos la colina y la oscuridad no deja ver ni siquiera nuestras propias manos. Aves chillonas cruzan nuestras cabezas mientras los perros ladran a la distancia. El miedo puede ser una alerta necesaria. El suelo lodoso requiere pisadas precisas y fuertes, y la luz de un fogón nos indica el camino hacia la casa. Somos varios, pero siempre hay forma de acomodarse. Nuestro aliento es puro humo. Estamos bajo cero.
Los comuneros que llegaron hasta la misma laguna El Perol y que están de regreso comentan que una fila de maquinarias de la minera salió en huida al verlos llegar. Están removiendo tierra a 500 metros de la laguna, aseguran. Hemos constatado que Conga nunca paralizó, concluyen. También comentan que los dirigentes pusieron una denuncia ante la Fiscalía de Prevención del Delito por las tranqueras que coloca Yanacocha en las carreteras que son de libre tránsito.
Los comuneros son hombres recios, de caras tostadas por el sol y el frío. Ya en confianza, empiezan los chistes y la chacota, la casa invita la coca para el bolo y ellos ponen el cañazo. Se reparten caramelos, mientras los Chaupe preparan una sopa caliente revive muertos mezcla de arroz, fideos y arvejas. También comparten unas aguas calientes hechas con hoja de berenjena.
Hay luces que se acercan; algunos temen que sea la Dinoes. Pero no: son Marco Arana, su agente de seguridad y el dirigente de la PIC (Plataforma Interinstitucional Celendina) Milton Sánchez. Están empapados como todos. El fogón se convierte en un secador improvisado de medias, zapatos y pantalones. Algunas medias se calientan más de lo debido y se cocinan con las cenizas.
Solo velas y lámparas manuales alumbran la noche; no hay luz eléctrica, y los celulares deben cargarse al bajar al pueblo una o dos veces por semana.
Los comuneros cuentan historias de fantasmas y comparan habilidades para los chistes. La coca y el cañazo los mantienen despiertos hasta bien entrada la madrugada. Pero a las 3 de la mañana el frío se vuelve insoportable a pesar de los ponchos y frazadas. El hombre de la casa, don Jaime Chaupe, cuenta que alguna vez los funcionarios de la mina y los fiscales le pidieron hacer un trato para vender sus tierras a un precio considerable, pero que no aceptó.
Son las 4 y media de la mañana, y lo primero que hace Máxima Acuña Atalaya, alumbrada apenas por una linterna, es pelar papas y dejar todo listo para que su nuera preparare el almuerzo durante el día. En medio de la oscuridad, una presencia. Es Santiago, el antropólogo neoyorquino. Llega mojado, diciendo que ha vivido un infierno congelado al perderse en el camino. Le brindan un lugar para dormir.
Es viernes, día de mercado, y son las 5:30 a.m. La señora Chaupe lleva un pesado quipe y, junto a su esposo, toma la combi que la llevará a la comunidad de Santa Rosa para vender sus productos. Se despide de los comuneros y dirigentes.
La claridad de las mañanas a 4 mil metros de altura impacta en las retinas no preparadas.
La Dinoes, desde sus buses, vigila a los Guardianes de las Lagunas. Camionetas de la minera filman todo a cierta distancia, y agentes del Ministerio Público —con chalecos antibalas— hacen presencia constante. Será una semana movida y fría para todos.
A propósito de nuestra visita a la familia Chaupe, pudimos conversar con algunos comuneros que sí están a favor de la actividad minera en esas tierras a 4 mil metros de altura. Son pocos, pero son.
Uno de ellos se llama Miguel; no quiere dar su apellido, pero está dispuesto a brindar su testimonio con tal de que la gente “de abajo”, de la ciudad, entienda su posición.
Miguel dice que está a favor de la explotación minera por una simple razón: es lo más real que tienen a la mano. Miguel creyó en Humala cuando dijo que las cosas cambiarían, que el Estado establecería una nueva política para las mineras. Ahora ya ni siquiera se siente defraudado: solo quiere mantener a una familia amplia que incluye a sus padres ancianos.
Algunos comuneros lo tildan de traidor y soplón de la mina. Aseguran que la empresa le ha dado un celular con crédito y cámara filmadora para que registre todo. Miguel solo espera vender sus terrenos a buen precio y comprarse una casa en el pueblo para huir del frío de la jalca.
“Mire, aquí no da nada, no hay luz eléctrica ni agua potable. Solo hay frío y humedad. Aquí nos curamos con plantas, pero si hay un dolor de muela, un cólico fuerte o una gestante, en estas alturas uno se muere. A veces hay que caminar 6 horas hasta el distrito de Sorochuco para conseguir algunas cosas. Las combis pasan mayormente los viernes entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde. A veces no hay ni siquiera leña para cocinar, y tenemos que utilizar ichu seco. Aquí tenemos carreteras gracias a la mina; lo han hecho para sus camionetas y maquinarias, pero al menos nos sirven para nosotros también. Los de la mina son los únicos que a veces nos dan trabajitos para ayudarnos, y nos pagan incluso por pasar por nuestros terrenos. El Gobierno de Humala aquí no llega ni de chiste; ni la ayuda de Goyo, ni de las ONG, y mucho menos de la Municipalidad. Para ellos no existimos a menos que haya conflicto; ahí vienen toditos y mueven a nuestros hermanos campesinos. Pero después el que sufre el frío y la soledad es el que se queda aquí.
Es cierto que antes la mina pagaba hasta 100 soles por hectárea, pero ahora paga mejor, varios miles de soles, y además te da chamba. Es obvio que la mina contamina y que va a secar el agua, eso es cierto. Y por eso los que protestan son los de abajo, los de la ciudad, los universitarios. Pero, a ver, que ellos vengan a vivir aquí unas semanitas. No digo que esté mal que protesten porque el agua que les llega de acá se va a afectar; pero si también protestaran porque acá haya más desarrollo, sería más justo. Si quieren que no se exploten estos cerros y lagunas, deberían exigirle al Estado que haya más carreteras aquí arriba, que el Gobierno ponga un colegio, que construya una posta con doctores que no se corran del frío, que el mismo Gobierno nos compre nuestros productos o que nos reubique en un lugar mejor para la agricultura y la ganadería.
Pero acá solo vienen los políticos y dirigentes a ganar votos; luego se olvidan de lo que prometieron. Aquí a las justas dan algunos cultivos, y suerte si no viene una helada en agosto y se quema toda la cosecha. Por eso, si el Estado no existe, ni Goyo, ni la Muni, ni las ONG, la mina es nuestra única salida a la pobreza.
Miguel no deja de tener razón desde su experiencia de vida, sobre todo en un punto específico: la ausencia del Estado en las zonas rurales altoandinas genera una desigual confrontación entre el pueblo y la empresa minera, en la que ganará quien resista más a la oferta asistencialista de lo tangible y a la imposición permanente de la fuerza.

http://revistaideele.com/ideele/content/democracia-cuatro-mil-metros-de-altura