jueves, mayo 29, 2014

CONTAMINACIÓN MATA A PECES EN EL JEQUETEPEQUE..



Muerte de Peces en el Jequetepeque no debe quedar Impune 




(Tembladera – Cajamarca – 28/05/14) El día de hoy por la mañana ocurrió algo inusual en el río Jequetepeque, en el Kilómetro 26 de la carretera de penetración a Cajamarca, a las alturas del caserío Ventanillas.
Según la versión de los pobladores, gran cantidad de peces unos moribundos y otros muertos se encontraban bajo el puente del mencionado caserío, aún hasta el momento se desconoce las causas de este raro y lamentable suceso.
Nuestro medio se constituyó al lugar de los hechos y aun pudo constatar la muerte de algunos peces que yacían alrededor de uno de los pilares del puente de este caserío.
Encontramos que las autoridades de este caserío redactaban un acta para elevarlo a las autoridades competentes con el fin de que investiguen las causas posibles de este raro fenómeno, las autoridades de salud de este caserío, por su parte ya tenían algunos peces y muestras de agua para remitirlos a sus superiores con la finalidad de un examen microbiológico, el cual determinará las causas de esta patología en los peces, que puede ser causa de alguna contaminación capaz de causar graves daños en la salud humana.
Pobladores de dicho caserío sorprendidos por este caso, afirmaban que la acción de algún barbasco era descartado, porque eso no afecta a los peces y no ha existido antecedente alguno de esta magnitud, manifestando además que los peces emanaban una sustancia lechosa, por lo que consideran la causa posible de un envenenamiento.
Esperemos los resultados de los análisis respectivos y así poder informar luego a nuestra población.


miércoles, mayo 28, 2014

CORRUPCIÓN: EL MAL SOCIAL QUE TODOS LO CONDENAN, PERO MUCHOS LO PRACTICAN



 Sociólogo: Avelino Zamora Lingán  

¿Quien no ha oído durante las conversaciones cotidianas, ya sea entre amigos, vecinos, estudiantes, incluso entre la familia comentarios que constituyen una verdadera apología a la corrupción? Y, ¿en las instituciones públicas y privadas así como en las organizaciones sociales, no sólo haya oído comentarios sino  que haya sido testigo pasivo de hechos de corrupción? Claro está en aras de mantener el puesto o expectativa de trabajo, es preferible callarse la boca, en el mejor de los casos; y, en el peor, involucrarse directamente en tan “condenables” hechos.    
El hecho que alguien le diga a usted o que usted le comente a alguien, por ejemplo “Fujimori, Alan García, o ese alcalde o Presidente Regional  robó pero hizo obra” es una abierta y descarada apología a la corrupción, porque lo que está diciendo es que no importa que la autoridad robe con tal que haga alguna obra. Que le digan por ejemplo, el alcalde “X” a sobrevaluado los costos de la carretera, y usted le responde “sí, pero la carretera está muy bonita y estamos contentos y felices; o también: si usted le comenta a  alguien “el alcalde tal o cual está robando a través de la obra de la plaza de armas”, y ese alguien le replica diciéndole “si pero la plaza de armas ha quedado muy hermosa; o “en el coliseo multiusos hay claros indicios de corrupción y luego le contestan “si pero ahora ya vamos a contar con un  gran coliseo; y así sucesivamente podemos ir describiendo muchos casos sobre comentarios apologistas a los hechos de corrupción. Del mismo, modo, cuando alguien, por ejemplo, un ingeniero, teniendo una posición económica paupérrima, es decir muy pobre, de pronto le liga una gran obra, con varios millones de soles o dólares, y de pronto ese ingeniero resulta con buenas casas, buenos carros, obtenidos no de manera honesta sino mediante actos de corrupción: sobrevaluaciones, coimas, diezmos, malversaciones, etc., etc. la imagen colectiva sobre ese personaje no es de censura sino de halagos, felicitaciones, admiraciones. “Mira, como ese ingeniero lo ha sabido hacer”, “mira ese ingeniero no es zonzo”, entre otros comentarios que van en ese mismo sentido; pero que indudablemente son clara apología a la corrupción. Asimismo, en estos días se observa que muchos cajamarquinos alquilan, prestan o ceden sus fachadas de sus viviendas para que un partido político, color naranja, cuyo líder institucionalizó la corrupción en el país, y que ahora está preso. Probablemente exista un pago o regalía por eso; pero este hecho también constituye  una abierta apología a la corrupción y, tal vez, hasta cierta complicidad. “Que importa que el fujimontesinismo haya robado, corrompido y violado derechos humanos, con tal que paguen por hacer sus pintas, cediendo mi fachada no he perdido”, tal parece ser la concepción de estas personas que no tienen conciencia o no la quieren tener.               
Lo más grave es que la apología a la corrupción a través de nuestros comentarios o conversaciones cotidianas se reproduce y lentamente se va consolidando como parte de nuestra cultura, parte de nuestros patrones de comportamiento social, y cuando esto sucede quiere decir que la hemos aceptado socialmente. Por, ejemplo, el  niño o el adolescente cuando le pregunta al padre o a la madre ¿Por qué en la escuela muchos niños hablan que Fujimori, Toledo o Alan García han robado?; la réplica de los padres es: “no le hagas caso hijito: Fujimori robó, pero combatió al terrorismo”; “Toledo Robó, pero fue buen presidente”; “Alan García Robó, pero ha hecho buenas obras, “tal o cual alcalde robó, pero hizo la carretera a nuestro caserío”; etc. Ese niño o ese adolescente va fijar esas respuestas apologistas de la corrupción en su mente; de tal forma que por alguna circunstancia del destino ese niño o ese adolescente llegue a ser alguna autoridad, existe una altísima probabilidad que sea un corrupto, porque sus padres le dijeron o le inculcaron que “en este país, no importa que se robe, con tal que se haga obra”.
Dicho esto, entonces, ya estaremos de acuerdo en que, sin pecar de pesimistas, el problema de la corrupción en este país y en cualquier otro, es más complejo de lo que creemos, y combatirlo o erradicarlo lo es mucho más aún. Y, esa complejidad proviene precisamente porque el pueblo no supo reaccionar oportunamente y en lugar de ello, mas bien lo ha convertido en parte de su “modus vivendis” (modo de vida) o mejor dicho lo ha convertido en parte de su acervo cultural. Hoy, el cáncer de la corrupción está en su fase terminal, está para que el “paciente”, que es la sociedad, sea llevado de urgencia al quirófano, aunque con un enorme riesgo que sea vencido por ese “cáncer” llamado corrupción.
Si optamos por describir los hechos concretos de gran corrupción probablemente demandaría de muchas horas y hojas de papel, más aún si lo hacemos retrocediendo hasta los inicios de nuestra vida republicana, pero creo que no es necesario, todos sabemos que el proceso de corrupción es una cosa cotidiana, permanente y que corrupción es corrupción, sea por el hecho de robar un sol o por robar miles de millones de soles. No obstante, debemos hacer alguna aclaración: el hecho de robar un sol, una cartera, un celular o una gallina puede ser por necesidad de sobrevivir, en una sociedad a la cual sus gobernantes permanentemente viven empobreciéndola, con sus políticas neoliberales excluyentes; en cambio aquel que ocupando un alto cargo público y, por ello, percibiendo jugosos sueldos, y aún así se corrompe por dinero ese hecho es un crimen que debe tener todos los castigos posibles: moral, político, económico, social, y porqué no decirlo hasta castigo físico. Sin embargo, lejos de ello, lo que la población observa, de manera pasiva e impotente, es que a los corruptos de alto vuelo más bien se los premia eligiéndolos o reeligiéndolos para que sigan gobernando. En la región Cajamarca, hasta hace poco más de 20 años la palabra corrupción era muy poco utilizada en la comunicación popular, aunque tal vez practicada de una manera aislada, y velada, poco difundida. Pero, una vez que llega la transnacional minera, quien no vino sola sino con muchos millones de dólares, gran parte de ellos, para corromper, entonces el mal esporádico, casi aislado, de la corrupción, se convirtió en “cáncer” el cual penetró al “organismo” llamado Cajamarca, y lo fue corroyendo inexorablemente hasta el día de hoy, en que ya es muy difícil de combatirlo. Lamentablemente, ese “cáncer” se propagó por todas las partes del organismo, vale decir, casi todas sus instituciones, grandes y pequeñas; urbanas y rurales: gobierno regional, gobiernos locales, prensa, poder judicial, fuerzas armadas y policiales, en fin, todo cuanto es contactado por la transnacional, se contagia del temible mal de la corrupción. Y, ¿la población? tal vez, anonadada por el ofrecimiento de un falso desarrollo y “fuente de empleo” permitió que el “cáncer” de la corrupción siga carcomiendo las entrañas de nuestra bella y dormida Cajamarca. Las consecuencias de nuestra dejadez lo estamos viviendo ahora: contaminación de nuestros suelos agrícolas, del agua; destrucción de las fuentes de agua, desintegración social, o sea conflictos entre cajamarquinos, corrupción, indiferencia de muchos y desesperación de la gran mayoría, porque sentimos que nos estamos quedando sin nuestro líquido vital; y las autoridades, como siempre, indiferentes; al contrario, a lo que se dedican es a seguir otorgando permisos y concesiones; también se dedican a lo que se acostumbraron desde que entró la transnacional, tal como lo estamos observando ahora con los famosos tres consejeros regionales, prototipos de las autoridades con espíritu de Felipillo y de mendigo, a estirar la mano para que la transnacional les aceite la mano con algunos millones de dólares, disqué para obras y proyectos, pero más para que realicen sus campañas electorales, consolidando, así, una mayor dependencia de la minera. A tal punto a llegado ese nivel de mendicidad de autoridades, que la relación construida entre ellos es más una relación padre – hijos, donde obviamente “el padre” es la minera y “los hijos” son las autoridades. Pero, el pueblo también está en ese mismo camino, de relación padre- hijos; el padre, la minera y los hijos, la población; que incluye la mayoría de periodistas, y si es una relación paternalista, es natural que de vez en cuando, o toda vez que los hijos se portan mal, reclaman, protestan, el padre le da sus caramelos (engaños con cocinas mejoradas, algunos regalos como vacas, ovejas, pintado de alguna escuela, pasaje para algunos docentes, ayudas para festividades,  etc.); pero, también, le da sus castigos (represión policial, persecuciones, procesos judiciales, asesinatos, etc., etc.) Es un padre que muy bien aplica ese viejo principio “en una mano la miel y en otra la hiel”. Es duro decirlo, pero esa sería nuestra realidad. 
Finalmente, se nos avecinan las elecciones para cambiar autoridades locales y regionales, es decir, hemos entrado a un escenario electoral. Y, aquí también la corrupción se erige como una protagonista más. Candidatos que cual magos disponen de millones de soles para afrontar campañas electorales a base de regalos y prebendas. En este contexto, la competencia no es entre ideas, iniciativas y propuestas de desarrollo para la región; sino, la competencia, es estrictamente económica. ¿Podrá competir algún candidato que no disponga de recursos económicos, ni siquiera para hacer una pinta en una fachada cajacha; pero, si suficientes propuestas, ideas iniciativas de desarrollo regional? Tal como se está observando es imposible. Es más. Ante la lluvia de millones para emplearlos en regalos, y dádivas a los electores a cambio de votos, las buenas propuestas salen sobrando.  Una forma más de consolidar el proceso de corrupción y, con ella, la cultura de la corrupción. Y, cuando ello sucede, la honradez, la honestidad y la transparencia salen sobrando y, en una sociedad donde la mayoría son corruptos o hace apología a la corrupción, los honrados y los honestos son los malos.


Escrito: 24 de mayo del 2014

martes, mayo 27, 2014

La campaña de Rospigliosi (I)



A propósito de los ataques contra Gregorio Santos. Recordamos el pasado de Rospigliosi
(La Mula.pe)
El día de ayer, 25 de Mayo, Fernando Rospigliosi escribió “Mafia Roja en Cajamarca”, en donde vincula a Gregorio Santos con actos de corrupción, e incluso llega a compararlo con César Álvarez, ahora, ex Presidente Regional de Áncash. Finalmente lo señala como el artífice de llevar a Cajamarca a ser la región con más pobreza en el Perú. Rospigliosi se suma a los ataques contra Gregorio Santos, que buscan en el fondo impedir su reelección y con ello golpear al movimiento social cajamarquino.
No es un buen estilo “personalizar” la crítica, sino ir a las ideas de fondo, pero en el caso de Rospigliosi es inevitable. En la segunda parte de este artículo responderemos a las mentiras vertidas en su último artículo.
Fernando Rospigliosi debe ser el caso más representativo de metamorfosis política e ideológica desde Eudocio Ravines. Rospigliosi fue militante de Vanguardia Revolucionaria en los años 70´s y hoy es un fiel defensor de los intereses de la Embajada de Estados Unidos, información confirmada por un cable de Wikileaks, que lo menciona buscando apoyo de la Embajada de EE.UU., el año 2005, para “enfrentar” la candidatura de Ollanta Humala. 
César Hildebrandt retrata bien esta transformación:
“Y ese es el caso del señor Rospigliosi. Quienes lo recuerdan en Andahuaylas, adoctrinando a campesinos desde el púlpito de un comunismo dispuesto a tomar las armas, no pueden creer que hoy sea un empleado de la embajada de los Estados Unidos.”
“Es lógico: para matar el pasado, para autoborrarse, para no recordar qué fueron ni qué tuvieron que abandonar, se necesita la máxima severidad. Se diría que un extremismo sólo se olvida adoptando otro.”
Pero Rospigliosi no fue el único de su generación. A esta lista se pueden sumar una infinidad de personalidades como Nicolás Lúcar, Jaime Althaus, Agustín Haya, Gilberto Hume, entre otros. Este último, actual Director de Willax TV y esposo de Cecilia Valenzuela, con el cual Rospigliosi compartió militancia, transfugismo ideológico y hoy la misión de destruir a Gregorio Santos. Gilberto Hume fue responsable de trabajo cultura de VR, acá algo de su pasado:
Pero volvamos a Rospigliosi. Se convirtió al toledismo y asumió como su ministro del Interior. Fue responsable de la represión durante el “Arequipazo” del 2002, que llevó a la muerte de dos jóvenes. Muertes que aún permanece en la impunidad. Promueve los intereses de la embajada norteamericana en nuestra política, lo hizo en las elecciones del 2006 y lo volvió a hacer el 2011 con una serie de artículos destinados a allanar el camino de Keiko Fujimori a la Presidencia.
El encargo actual es destruir a Gregorio Santos, mentir y difamar para evitar su triunfo en las elecciones de octubre, y que así el proyecto minero Conga (donde existen intereses económicos estadounidenses) se implemente, las lagunas sean destruidas y el movimiento social desarticulado. En esta campaña cuenta con el respaldo de los más importantes medios de comunicación y el financiamiento de la gran minería. Hace un buen tiempo se aclaró la posición de inversión responsable y cuidado del medio ambiente del Gobierno Regional de Cajamarca, pero para el capitalismo salvaje esta no es razón para frenar la "inversión". El movimiento social y las fuerzas progresistas no pueden caer en este juego. Como señalamos hace un buen tiempo, en Cajamarca se definirá mucho del futuro de la política de nuestro país.



Mafia roja en Cajamarca
Santos tiene el dudoso mérito de haber ubicado a Cajamarca como el departamento con más pobreza en el Perú.
25 de mayo del 2014.- El calificativo de mafia roja no se lo han endilgado a Gregorio Santosy su grupo las empresas mineras, ni El Comercio, ni la Confiep, a quienes el presidente regional de Cajamarca atribuye todas sus desgracias. No. Se lo ha disparado la izquierdista Narda Silva, secretaria general del sindicato de maestros (SUTE Cajamarca) de su región.
Narda Silva tampoco acepta la versión de Goyo Santos de que todo es una maniobra de sus adversarios. “No creo que haya una persecución cuando hay una mala gestión”, ha dicho en una entrevista, desbaratando la explicación con que el presidente regional y sus amigos pretenden desvirtuar las serias acusaciones de corrupción que les han formulado la fiscalía y la contraloría.
“No tiene ni capacidad ni moralidad”, es la concluyente sentencia de Silva, que ha destronado a Patria Roja, el partido de Santos, del SUTE departamental.
En las últimas dos semanas se han detenido o dictado orden de captura a siete funcionarios y empresarios por casos de corrupción en el gobierno regional que preside Santos. El propio presidente regional ya está denunciado por cinco delitos: colusión agravada y simple, asociación ilícita para delinquir, cohecho pasivo propio y genérico.
El empresario y amigo de la familia Santos, Wilson Vallejos –hoy preso-, fue el afortunado ganador de licitaciones por ciento treinta millones de soles desde que Goyo es presidente regional.
Un colaborador eficaz ha entregado un cuaderno con las anotaciones del dinero que Vallejos le pagaba a Santos como ilegal comisión por las adjudicaciones dirigidas. Solo entre diciembre del 2011 y agosto del 2012 fueron 802.100 soles. Y esa no sería la única fuente de sobornos.
El caso de Cajamarca se parece en algunos aspectos al de Áncash. Un gobierno regional con mucho dinero del canon minero, asaltado por una mafia corrupta. También en el hecho de que esto se sabía desde hace mucho tiempo y nadie hizo nada.
La Comisión de Fiscalización del Congreso tenía un dictamen durmiendo desde mayo del 2013 en el que se detallan todas las corruptelas y delitos cometidos por Santos, Vallejos y funcionarios como José Panta y Juan Coronado, hoy presos o con orden de captura. Y no pasó nada. Recién hace tres días, cuando ya había estallado el escándalo, el Congreso lo remitió a la fiscalía.
Además, Santos tiene el dudoso mérito de haber ubicado a Cajamarca como el departamento con más pobreza en el Perú. Luego de la paralización de minas Conga, el despido de 7.000 trabajadores y la anulación de los contratos con medio centenar de empresas locales, vino el cierre de otros proyectos mineros en la región.
La recesión se instaló, los negocios decayeron, el desempleo y el subempleo aumentaron.
Pero no a todos les ha ido mal en Cajamarca con el conflicto de Conga. Al ex sacerdote Marco Arana le ha ido extraordinariamente bien. Según el diario cajamarquino “El Tiempo”, la ONG Grufides de Arana recibía unos 140.000 dólares de donantes extranjeros en el 2011, cuando estalló el conflicto. A partir de allí, con mucha habilidad, Arana convenció a los donantes, sobre todo europeos, que abrieran las arcas de la cooperación. Y los euros y dólares fluyeron a raudales.
Las subvenciones a Grufides se multiplicaron por diez, y esa ONG recibió, según cifras oficiales, un millón y medio de dólares entre los años 2012 y 2014, dinero que, por supuesto, no ayudó a los campesinos pobres –en cuyo nombre los pidió la ONG– a mejorar su situación.
Un antiguo periodista cajamarquino comenta con sorna que algunos partidos políticos tienen su ONG, pero Grufides es la única ONG que tiene su partido político, Tierra y Dignidad, cuyo caudillo es, por supuesto, Marco Arana.
En suma, lo ocurrido en Cajamarca demuestra que la corrupción no tiene ideología. La aureola de honestidad con que pretenden rodearse los izquierdistas es inexistente. Lo cierto es que no han tenido muchas oportunidades. Pero cuando las encuentran, como en Cajamarca, roban como los demás.
Por último, la pretendida unidad de las izquierdas es otra ficción. Están peleados, es todos contra todos sin solución. Por eso sus antiguos aliados no defienden a Santos, sino que esperan su derrumbe para disputarse sus despojos.
(Fernando Rospigliosi )