lunes, abril 10, 2017

EL COSTO DE LA JUSTICIA PARA UN LIDER SOCIAL



 
Por: Mirtha Vásquez Chuquilín
Es 28 de marzo y los 16 líderes de Celendín y Sorochuco están nuevamente citados al Poder Judicial de Cajamarca. Varios han estado esperando desde temprano, otros llegan poco antes de la hora citada, apiñados en un vehículo, gritando y haciendo vivas. Esta vez no se los ve angustiados y nerviosos como siempre, esta vez brota en sus miradas una genuina alegría mezclada con una profunda emoción. Y es que esta vez solo han sido citados para escuchar la lectura íntegra de la sentencia que sorprendentemente, los ha absuelto de los graves cargos de Secuestro y otros delitos, por los que se les pedía 33 años de cárcel, proceso que afrontaron por cuatro largos años.
Escuchan atenta y pacientemente esta sentencia y luego se oye suspiros profundos de tranquilidad con los que se levantan de la sala dando aplausos. “Somos libres”, “por fin se nos hizo justicia”, “ya podemos caminar tranquilos”. Casi no pueden creer que por fin hayan declarado su inocencia, que por fin esté terminando este largo y tortuoso camino que significa someterse a un proceso judicial en este país, no solo por los típicos problemas característicos de un sistema colapsado y sin garantías mínimas, sino porque además ser procesado por determinados cargos y condiciones, como en este caso, implica un extra en las cargas y consecuencias.
AFRONTAR UN PROCESO JUDICIAL
Existe un viejo dicho que reza “más vale un mal arreglo que un buen juicio”, el cual no deja de tener vigencia en nuestro país. El sistema judicial en el Perú sufre un proceso de progresiva deslegitimación, los plazos excesivos, los costos, la corrupción, son solo algunos de los principales cuestionamiento que se le hace al mismo. Las desconfianzas en este sistema hace que la expectativa de conseguir justicia en el mismo, la haga análoga a jugar a la ruleta. Y los cuestionamientos se incrementan conforme a los casos y a la manera sorprendentemente como los van resolviendo. Así, solo por colocarnos en este ejemplo, el poco éxito y eficacia que tiene este poder del Estado para juzgar y sancionar la delincuencia común, contrasta con la implacabilidad y severidad con que se persiguen y sancionan desproporcionalmente en cierto asuntos, como los ligados a procesos sociales por ejemplo. La gente no deja de mostrar su indignación cuando verifica que mientras un delincuente común es sancionado con penas simbólicas, el mismo sistema de justicia no escatima en pedidos de 30 años a más de prisión en casos sociales, sin que incluso haya tenido reparo en solicitar la pena máxima, cadena perpetua.
SER UN LIDER SOCIAL Y SER JUZGADO POR SU ROL
Si cualquier persona involucrada en un proceso judicial, inevitablemente tiene que sufrir el desgaste material y psicológico de un litigio común que se traduce en dinero y tiempo invertido, o perdido, y una fuerte carga emocional sobrellevada durante el tiempo que lo afronte, cuando el proceso versa sobre un tema de origen social, y recae sobre el rol o liderazgos, los costos y efectos se redoblan en varias dimensiones.
La razón es simple y obedece a uno de los problemas ya característicos del sistema de justicia peruano, que incapaz de independizarse del poder, vuelve más vulnerables en este ámbito y llega a revictimizar a los sujetos de los sectores sociales más débiles de esta desigual sociedad.
El aparato de justicia refleja y multiplica las desigualdades correspondientes a fracturas étnicas, de género y de clase que al subsistir cuestionan la pretendida modernidad de estas sociedades
Por eso en este tipo de casos en que se persiguen sanciones para personas que han sido parte o liderado movimientos sociales, que cuestionan un estatus, el poder, o reivindican derechos frente a intereses de carácter económico, cuya origen normalmente son los sectores pobres, discriminados tradicionalmente, la severidad e implacabilidad con que se aplica la ley es máxima, por tanto los efectos que sufren producto de ello también se profundizan o se amplían en diversas esferas de su vida.
“Estar involucrado en estas luchas sociales y ser procesados por esto, nos vuelve ante la sociedad delincuentes, violentistas, la gente nos tiene como personas peligrosas que hacen daño a la sociedad” manifiesta Milton Sánchez, dirigente procesado en este caso.
La Justicia abusa de nosotros “Ustedes ya conocen que una vez fuimos detenidos arbitrariamente por la policía en la Dircote y nos tuvieron 10 horas sin decirnos para qué o por qué nos detuvieron […]”explica este líder a LaMula.pe .
“Venir cada vez al juicio implica dejar de trabajar, un día sin hacer mi trabajo significa dejar de dar de comer a mi familia” decía frustradamente César Bolaños, uno de los procesados que alguna vez que no pudo asistir por este motivo fue declarado reo contumaz.
“Señoras no pueden ingresar a la sala de audiencias con sus hijos”, les gritó una auxiliar judicial a Jeny Cojal, Andrea Rodríguez y Emperatriz Bolaños en una de las primeras audiencias. Las dos primeras llevaban bebes lactantes y la última a su pequeño hijo de menos de cuatro años que no tenía con quien dejar. “el Código de Niños y Adolescentes prohíbe, por protección a los menores, que puedan presenciar juicios de sus progenitores”, y “qué hacemos señorita?, replica Jeny, “nuestros hijos tienen que mamar, los traemos porque no tenemos con quien dejarlos”. Pero la ley es implacable para ellas y no dejaría que participen de este proceso de no aceptar esta condición. Ante el temor de ser declaradas contumaces y ordenar su captura, las mujeres tienen que dejar en manos de terceros a sus bebés y privarlos de su derecho a amamantarlos para poder afrontar su juicio.
LAS ETIQUETAS QUE LES ASIGNA LA SOCIEDAD
“Eres un delincuente, te vas a ir a la cárcel” les gritaron varias veces a líderes como Ramón Abanto. El encabezar esta lista de procesados les trajo más que varios desencuentros con sus propios vecinos y gente de la ciudad; el estigma de ser un procesado por asuntos sociales, le coloca la etiqueta de violentistas, revoltoso, peligroso para la sociedad. De líderes ambientales pasaron a ser vistos como criminales; esto es parte de la campaña que levanta no solo el Estado sino las empresas, poderes con quienes se confrontan estos líderes en estos casos. Pero este efecto pernicioso no solo impacta sobre quienes están procesados, lo hace también en el movimiento social, a quienes no solo se les extiende estas etiquetas sino que se desincentivan o atemorizan; el efecto recae en la propia sociedad en la cual se instala errónea y peligrosamente la idea de participación política y protesta social equivalente a actos delictivos, por ello en el fondo el costo lo asumen los propios derechos y el Estado Democrático que se ve socavado.
TENER LA ABSOLUCIÓN NO REPARA EL DAÑO
“ Dime que es verdad, confírmame que nos absolvieron” me pregunta Jeny Cojal al teléfono el día que los jueces resolvieron el caso. Al confirmarle este hecho me dice, “la verdad es que estaba rumbo a la selva, estaba huyendo, soy madre soltera, no puedo arriesgar mi libertad, una sentencia en contra me podía llevar a la cárcel y no estaba dispuesta a dejar desamparados a mis hijos”, me confiesa, mientras llora en el teléfono.
“Mi madre me dijo hoy, júrame que vas a volver, ella es anciana, y estos últimos cuatro años ha tenido que vivir con la terrible angustia de poder verme en la cárcel” dice Justiniano Montoya, que también derrama lágrimas al saberse absuelto en este proceso. “Hoy me levanté después de cuatro años esperanzado, por fin siento que puedo hacer planes otra vez para mi vida” termina diciendo en un pequeño discurso luego de leída su sentencia
No, en definitiva, tener una sentencia absolutoria no repara los daños ni personales ni sociales que provocan estos proceso, cómo superar los graves efectos psicológicos, morales y materiales que han tenido que soportar personalmente, no repara el daño que ha tenido que sufrir el tejido social, no repara el daño que ha tenido que asumir la democracia.
Es el día de la sentencia, y los procesados esta vez han decidido venir con sus hijos, desafiando de algún modo al sistema. Sorprende saber sus razones, Fabio Rojas lo explica, “es importante que nuestros hijos vean y valoren este momento, es fundamental para fortalecer nuestras luchas. Conga No irá”.
En el fondo todos valoramos que este largo y terrible camino valió la pena, pero miro a tres niños ya de cuatro años y me pregunto, como este sistema se reivindica con ellos?.
Curioso, la Sentencia de este caso, termina absolviendo a estos líderes no por aceptar su inocencia, sino por señalar que existió una deficiencia en la actividad probatoria del Ministerio Público. Aunque en términos de resultado parecen ser irrelevantes estos fundamentos, sí son importantes en términos de justicia. Porqué no hacer justicia como es debido?. Luis Pásara lo puntualiza, “este sistema solo dará eficacia a las normas mientras el poder no tenga inconveniente en ello”.

viernes, abril 07, 2017

Falleció Andrés Zevallos, el último pintor indigenista

 Andrés Zevallos, nació en Cajamarca y tenía 101 años de edad. Fue discícipulo de José Arnaldo Sabogal Diéguez,  Además de pintor,  es autor de un hermoso libro, "Cuentos del tío Lino"

Mucho se comenta de Andrés Zevallos por el centenario de su nacimiento, pero pocos saben de su pasado. Su papel como pintor, agricultor, camionero, docente etc. Son parte de la fecunda vida del último gran indigenista.
¿Quién fue Andrés Zevallos de la Puente?.
Andrés Zevallos, maestro de las artes plásticas, continuador de la corriente indigenista iniciada por Mario Urteaga y maximizada por José Sabogal, cumple cien años de su nacimiento, quién fuera homenajeado por distintas instituciones.
Su talento en pintura, sus vivencias de la cultura andina y la influencia de grandes maestros como Urteaga, Sabogal, Bagate y Blas “cultores del indigenismo” hicieron a Zevallos que adopte esta corriente, en cuyas obras muestran las actividades andina del campesinado y la naturaleza.
Entre sus producciones sobresalen: “Cuentos del Tío Lino”, “Boceto Biográfico del pintor Mario Urteaga”, “Tres Pintores Cajamarquinos”, etc.; así como, sus producciones literarias sus pinturas encierran un profundo mensaje de identidad del pueblo andino.
Y pensar que hace cien años, un 29 de diciembre de 1916 nació el maestros de la plástica, Andrés Zevallos de la Puente en Campodén provincia de Contumazá, quien a sus 5 años sorprendía a propios y extraños por la perfección de sus trazos cuando dibujaba peces, pájaros y flores en el patio de su casa con un pedazo de carbón o arcilla.
Andrés Zevallos no cuenta que a sus 9 años, sus padres abandonaron Contumazá para trasladarse a Cajamarca; coincidencias de la vida para un maestro de la plástica, llegó a vivir frente a la habitación de un distinguido pintor cajamarquino, se trataba de Bagate, seudónimo de Juan del Carmen Villanueva Rodríguez, donde la gente se reunía en Belén para apreciar los cuadros que mostraba desde la ventana de su casa y en reconocimiento a su incomparable trabajo era fuertemente aplaudido; fue en ese momento -describe Andrés Zevallos- que se dio cuenta que su habilidad para dibujar y pintar era un talento que tenía un enorme valor”.
Zevallos estudió en el colegio San Ramón, ganó todos los concursos de dibujo, pero pronto llegó el momento de tomar una decisión en su vida, decidir la carrera profesional a estudiar (cursaba el quinto de secundaria). Justo en esos tiempos apareció una gran noticia por el periódico, que “los Cajamarquinos Mario Urteaga y Camilo Blas habían ganado concursos de pintura en Chile”, esa noticia es otra coincidencia que ayudó a decidir mi futuro dijo Zevallos, “ahí me dije a mi mismo, Yo me hago pintor”.
Tomada la decisión, Zevallos tenía que comunicar a sus progenitores, ese momento era el más difícil de enfrentar, su papá quería que sea abogado y su mamá cura, sus tíos también se asombraron. No entendían su decisión de desaprovechar la oportunidad de convertirse en abogado para dedicarse a la pintura; pues, no avizoraban el talento del futuro maestro.
Los años pasan, la infancia es como un sueño, la fuerza de la juventud se queda en la primavera, la sabiduría pasa a tomar vigencia durante los 365 días de cada año para acompañar a entender el significado de la vida. Andrés Zevallos ha añejado sabiamente su arte durante 10 décadas manteniendo en vigencia el indigenismo.
Su perfecta técnica en sus trazos y excelente combinación de colores mostrados en cada cuadro le llevaron a las galerías más importantes del mundo: Alemania, México y Estados Unidos, etc., significando un sin número de distinciones y reconocimientos en el Perú y el extranjero, quién fuera condecorado con la “Orden del Sol Naciente”, Rayo de Oro y Plata por el gobierno de Japón.
En su centenario fue condecorado por el Gobierno Regional Cajamarca, Municipalidad Provincial y otras instituciones y organizaciones por dejarnos una herencia que inmortaliza la cultura andina, cimentando el sentimiento peruano de generación en generación ante las corrientes políticas y económicas que pretenden desaparecerla.
También conoció al distinguido pintor peruano, Camilo Blas, seudónimo de José Alfonso Sánchez Urteaga, quien convenció a Zevallos viajar a Lima para estudiar en la escuela de Bellas Artes, en ese entonces sus padres de alguna manera se habían convencido y aceptaron la decisión.
Cuando inició a estudiar en la capital se encontró con los insignes Sabogal y Blas quienes eran docentes de escuela de Bellas Artes. Él nos cuenta, que a la hora de repartir los cupos, no le pusieron en el taller de Camilo Blas, sino en el de Teresa Carvallo, totalmente desconocida para él; entonces, habló con Camilo Blas para suplicarle que le considere estar en su taller, “está bien, le dijo, pero mejor hagamos una cosa, después de tres meses, usted me dice si quiere seguir con Teresa o pasa a mi taller”. Durante esos tres meses, Teresa le acogió con gran interés, debido a su vocación y asumió un rol orientador, entonces decidió quedarse con ella.
Terminó los 4 años de ciclo básico de estudios, pero le faltaba 3 años de especialización, era consiente de la escases económica que vivía su familia, por lo que decidió hacer su vida solo. Así comunicó a sus padres su decisión y pidió que el dinero iban a invertir en sus estudios se destine para la educación de sus hermanos.
Conoció a mucha gente, incluso a Julio C. Tello, quién le dio opción de trabajar, pero con el sueldo del barredor; mientras que, este pasaba a ganar el sueldo del dibujante, trabajó para el Ministerio de Salud Pública como inspector de salud pública del río Rímac y docente universitario en San Marcos.
El destino le regresó a Cajamarca a su natal Contumazá a cultivar la tierra por 10 años, también fue profesor del colegio recientemente creado hasta que en el gobierno de Odría le persiguió; perdió a su primera esposa, quedándose a cago de sus 4 hijos. Felizmente tuvo el apoyo de sus hermanas en el cuidado de sus niños cuando se convirtió en camionero para sustentar sus gastos.
Mientras los pinceles esperaban su turno, Zevallos volvió a la docencia en el colegio San Ramón. Fue director de la Casa de la Cultura por 17 años, a pesar que aceptó el cargo solo por tres meses. Presentó varias cartas de renuncias más fue ratificado por varios gobiernos hasta que llegó el momento de su jubilación como docente y también su renuncia irrevocable al cargo de la Casa de la Cultura.
Se dedicó de pleno a la pintura, armando un taller en su casa donde guarda una Xilografia de Sabogal, Zevallos muy amenamente nos cuenta el momento que le pidió a Dios que le dé 20 añito de vida para recrear su arte de todo lo que tenía embalsado desde su niñez hasta su juventud; tiempo en el cual alcanzó logros a nivel nacional e internacional. Cumplida su petición, Dios prorrogó indefinidamente su tiempo de vida porque le faltaba crear muchas obras llenas de inspiración.

jueves, abril 06, 2017

VENEZUELA NO ES EL “PERRO SIMPATICO” DE AMERICA LATINA





Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

 “América Latina es pacífica, tranquila, como un obediente perro simpático, durmiendo en la alfombra. El único problema es Venezuela”, sentenció el presidente peruano Pedro Pablo Kuczhinsky, ante Donald Trump, allá en el país del Tío Sam. Pero, claro que para el imperialismo norteamericano y para toda la derecha latinoamericana, acostumbrada a acumular fortuna a costa de los marginados sociales, a vender los recursos naturales, a invertir una aguja y llevarse una barreta y a distribuir migajas a la población, como ahora lo está haciendo en Perú, a propósito de los desastres naturales y así lo hará en cualquier parte de nuestra América latina; Claro que Venezuela no es el “perro simpático”, que duerme tranquilo sobre la alfombra de su amo. Puesto que desde que Hugo Chávez Frías asume el poder, Venezuela se convierte en “el perro que no aguanta pulgas”. Ese “perro” empieza a gestarse con Chávez cuando entra en el escenario político en el año 1992, a través de una rebelión militar, contra Carlos Andrés  Pérez, el derechista de turno. Hasta ese entonces, la derecha venezolana se turnaba y reinaba en el poder desde hacía varias décadas para beneplácito del imperialismo yanqui, quien como es su costumbre, con la venia y sumisión de los gobernantes venezolanos, “demócratas” todos ellos, Venezuela lindaba entre el patio trasero de los Estados Unidos, tal como Cuba lo era antes de la revolución castrista y la sumisión perruna hacia el imperio. Ahora no es así, porque Chávez y su ideología bolivariana, “chavista” como suele llamarle la derecha, “le dio vuelta a la tortilla” y, ese es el escozor que fastidia a todo el imperio yanqui y sus lacayos esparcidos en toda américa latina y el mundo.
¿Por qué? el llamado despectivamente “Chavismo” resultó no ser “el perro simpático” para el imperio norteamericano y para las clases dominantes de América latina? Precisamente, porque se atrevió a realizar cambios estructurales en su país, o mejor dicho se atrevió a voltear la tortilla, lo que anteriormente ninguno de sus antecesores derechistas se atrevió porque su lógica de pensamiento no les permitía. Veamos algunos de esos cambios estructurales: Cambio de la constitución, obviamente para realizar  cambios que le mejoren la calidad de vida al pueblo venezolano, tenía primero que sustituirse la vieja Constitución colonialista por una nueva mucho más soberana, popular y progresista. Chávez también se atrevió a cambiar hasta los símbolos patrios, los cuales hasta ese entonces poco o nada tenían que ver con la identidad llanera, por símbolos muchos más representativos y que reflejen verdaderamente la identidad de los venezolanos. Para ello, en marzo del 2006, la Asamblea Nacional, también creada por Chávez, aprobó la Ley de Bandera, Escudo e Himno nacionales, lo cual permitió modificar la bandera incorporándole ocho estrellas; asimismo, en el escudo se incorpora el arco y la flecha indígenas, asimismo el machete campesino; y, obviamente, se modificaba la disposición del caballo del cuartel inferior. Del mismo modo, en abril de ese mismo año, Chávez anuncia que Venezuela podría retirarse de la Comunidad Andina, en la medida que tal institución no funcionaba como resultado de la firma de los Tratados de Libre Comercio-TLCs, firmados por Colombia y el Perú con Estados Unidos. Pero, aquí, Chávez tampoco se queda atrás y promueve los TCP (Tratados de Comercio de los pueblos), en el marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas – el famoso ALBA, entidad que a su vez, tenía como objetivo contrarrestar la influencia del Área de Libre Comercio de las Américas, promovida por el imperio Yanqui.
Otras medidas de impacto popular en sentido positivo, tomadas en noviembre del 2001, son: la aprobación de 49 decretos ley, que asustaron a la clase política derechista y a los empresarios venezolanos, porque, con tales decretos, veían recortados, vulnerados o alterados los privilegios que hasta ese entonces tenían. Por ello es que promovía marchas, protestas, pedían solidaridad de sus congéneres en América Latina, Perú era el primero en solidarizarse con la causa empresarial y derechista venezolana a través de la dictadura Fujimorista. Entre estos decretos ley, los más importantes  eran: La Ley Orgánica de Hidrocarburos, que incrementaba al 30 % la tributación al inversionista privado y además se fijaba en 51 % la participación del Estado en sociedades mixtas del sector de hidrocarburos, sector estratégico para el “chavismo”, como le llama la derecha bruta y achorada. Aquí en Perú, a los inversionistas extranjeros no hay que tocarles ni siquiera con el pétalo de una rosa, porque se espantan, se van y la población se muere; pues, al contrario, el Estado no tiene porque proteger los recursos naturales ni participar como accionista en los sectores estratégicos, puesto que hay que venderles o regalarles todo a los extranjeros, sin ningún espíritu de soberanía nacionalista. De otro lado, entre los decretos ley, también, se contemplaba la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario que posibilitaba la expropiación de Latifundios, es decir, de alguna manera, Chávez hizo en Venezuela lo que Juan Velasco hizo en el Perú: Distribuir la tierra a los campesinos más pobres. Obviamente, ante esto, los latifundistas venezolanos pusieron el grito en el cielo, desarrollando su odio contra Chávez, tal como los latifundistas peruanos lo desarrollaron contra Velasco. Ese es el “chavismo” al que tanto odian muchos en Perú, en Venezuela y en Toda América Latina. Claro muchos lo hacen por desconocimiento o influidos por los instrumentos mediáticos de la derecha pero otros la hacen por lógica, porque Chávez chocó con los sagrados intereses económicos de la clase dominante venezolana.  Pero, pese a ese odio y a esa fobia política que le tienen a Chávez, al “chavismo” y a los “chavistas”, no hubo, no hay ni habrá vuelta atrás. Todo indica que el curso de la historia en Venezuela está escrito, está en marcha y nadie ni nada lo detendrá. Salvo la fuerza, las balas o las invasiones extranjeras, encabezadas por el imperio.                          
Desaparecido Chávez y ya con Nicolás Maduro en el poder, la derecha y sus aliados extranjeros, así como los grandes empresarios y el imperialismo norteamericano no cesan en frotarse las manos y los bolsillos para hacer retroceder la historia. No cabe duda que creyeron que era fácil retornar al reino perdido. Pero no es así. Luego que, de parte de la derecha y grandes empresarios, Maduro ha venido soportando tantas intrigas, trinquetes, maledicencias, infamias, que le hacían  la vida a cuadritos, incluso “hablar con los pajaritos”; el Tribunal Supremo de Justicia, no Maduro, amparado en la Constitución, aprobada por referéndum, por el pueblo venezolano, ha decidido cesar en sus funciones a la  Asamblea Parlamentaria (Congreso), con el objetivo posible de allanar el camino a la victoria final, cual es la consolidación del Socialismo del Siglo XXI, diseñado y soñado por el Comandante Chávez. No importa los calificativos de “Dictador”, “tirano”, “diablo”, “satanás”, “lucifer”, etc., etc., que se le hacía al Chávez y hoy a Maduro, el camino trazado por los venezolanos parece no tener retorno o en el mejor de los casos, para la derecha y el imperio, será muy escabroso y espinoso. Lo que diga o piense la derecha y sus incondicionales, por quedar bien ante el amo imperialista seguro le debe tener sin cuidado a Maduro y al pueblo venezolano. Sobre todo al pueblo, porque sabe que el ese “dictador”, “diablo”, “tirano”, o simplemente “Chavista”, continuador del “Chavismo”, etc., etc., le ha mejorado, considerable, cualitativamente sus condiciones de vida, pero además, le ha devuelto eso, que otros gobernantes, como por ejemplo, los peruanos, fácilmente pisotean, hipotecan o regalan: dignidad, soberanía, independencia.
Finalmente, a la derecha peruana, cuando le conviene y, sobre todo, cuando no tiene otra alternativa que “aceptar” o resignarse ante la decisión venezolana de “disolver” a la Asamblea Parlamentaria, es comparar la decisión nefasta del fujimontesinismo con la “decisión” de Nicolás Maduro. No hay punto de comparación: Para empezar. En el Perú, el día 5 de abril de 1992, Fujimori atropella la Constitución del 79 (Maduro no ha roto la Constitución Venezolana, al contrario ésta es usada por el TSJ-V); en cambio, Fujimori toma la decisión prepotente y oscura de “disolver” el Congreso, arrojando, con ello, la Constitución al tacho de basura. En ese entonces, Fujimori sí apareció directamente ante todos los medios televisivos y radiales nacionales anunciando sorpresivamente su decisión, con su famosa palabrita “DISOLVER”; mientras que en Venezuela no es Maduro quien sale directamente a anunciar la decisión sino es el Tribunal de Justicia, seguramente con todas las atribuciones y competencias que le otorga la Carta Magna y las Leyes de su país. Pero, las diferencias más importantes son: Fujimori disuelve el Congreso para imponer y consolidar el modelo económico neoliberal, un modelo muy agresivo laboralmente para los peruanos, excluyente y depredador de la naturaleza, cuyas consecuencias lo estamos sintiendo y viviendo todo el pueblo peruano; mientras que en Venezuela el llamado “golpe” o “autogolpe” de Estado, es para evitar detener el rumbo del llamado socialismo del S. XXI, iniciado por Hugo Chávez. En el primer caso, el golpe de Fujimori fue para abrirle las puertas de par en par y consolidar el modelo económico y allanarle el camino a la aplanadora del capitalismo salvaje, mientras que en el segundo caso, en el de Venezuela, la medida es para evitar que el parlamento derechista allane el camino para que retorne el modelo económico neoliberal, puesto que los capitalistas jamás se van a sentir cómodos con un modelo que les recorte las gollerías y privilegios que les otorga el libre mercado, sabiendo que “aplicar el modelo de libre mercado sin ningún control ni fiscalización estatal es como dejar a los lobos en el corral durmiendo con la ovejas” o meter al zorro en el corral de gallinas”. Y, lo que es mucho más grave es que cuando Fujimori disuelve el Congreso, a la par que se impone y consolida el modelo neoliberal se desarrolla, generaliza e institucionaliza la corrupción, cuyas consecuencias, todos los peruanos lo estamos sufriendo ahora, de manera totalmente desvergonzada, con el caso Lavajato, ODEBRECHT, Graña y Montero, etc., etc. done cinco cuatro presidentes y uno en funciones están enlodados hasta el cuello. Mientras que en Venezuela, todo indica que no existe una corrupción institucionalizada, de lo contrario la prensa adicta al imperio norteamericano todos los días se ocuparía ello. Es probable que exista corrupción pero no en la dimensión que existe en Perú, por ejemplo. De allí que la decisión del Tribunal de Justicia Venezolano, también estaría orientada a evitar que el cáncer de la corrupción crezca a niveles astronómicos, puesto que el libre mercado, en la medida que opera sin ningún control ni fiscalización, fácilmente se desarrolla la corrupción. La conclusión es que el reverso oscuro del modelo económico neoliberal, aunque el propio modelo ya es oscuro de por sí o por naturaleza, sería la corrupción. Por ello es que Venezuela tal vez está protegiendo el “cuerpo social” del pueblo venezolano, para impedir que ese cáncer maldito de la corrupción penetre en él.  
Escrito: abril del 2017   

martes, abril 04, 2017

Mirtha Vásquez



José De Echave
Veo la foto de Mirtha Vásquez, rodeada de los dirigentes de Sorochuco y Celendín -luego que se dictara la sentencia que los declara inocentes- y se me viene a la memoria la larga lista de casos que esta extraordinaria mujer y abogada cajamarquina ha defendido en los últimos años; casi sola, enfrentando a todos los poderes ocultos que mueven sus intereses y que criminalizan a diestra y siniestra a comuneros y comuneras.

Mirtha es la abogada de Máxima Acuña, Milton Sánchez y de casi todos los dirigentes criminalizados de Cajamarca. En realidad, Mirtha es mucho más que la abogada de todos ellos; es también el apoyo moral y la solidaridad total en una de las más difíciles circunstancias por las que puede atravesar una persona.
En todos estos años he visto a Mirtha Vásquez en diversos foros, en el país y en el extranjero, pero sobre todo la he visto recorriendo de arriba a abajo Cajamarca, apoyando a las comunidades, asumiendo su defensa y dejando todo de sí.

Mirtha forma parte del equipo fundacional de Grufides y es la única que queda en esa institución cajamarquina, batallando casi sin recursos, formando nuevos profesionales y enfrentando las campañas abiertamente difamatorias de los mercenarios que nunca faltan y que muchas veces se presentan disfrazados de periodistas. Además, Mirtha integra el colectivo #NiUnaMenos Cajamarca, que apoya a mujeres que sufren violencia familiar.

Ha recibido y sigue recibiendo permanentes amenazas, reglajes y su casa ha sido más de una vez violentada, buscando intimidarla a ella y a su familia, incluidos sus menores hijos. Tiene medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y pese a las recomendaciones de dejar Cajamarca, ella sigue allí haciendo su trabajo.
Veo nuevamente la foto de Mirtha Vásquez y la primera reflexión que se me viene es que en medio de tantas adversidades su firmeza sigue intacta. El Perú tiene gente valiente y admirable. Al lado de Máxima está Mirtha. Basta y sobra. Ejemplo de mujeres valientes.

VENEZUELA DECIDE SU DESTINO Y NO LOS QUE VIVIMOS FUERA DE SU TERRITORIO


ESTE ES EL PRONUNCIAMIENTO DE UN HOMBRE DE IZQUIERDA FIRME Y CONTUNDENTE
La derecha peruana a través de sus medios han desfigurado desde su mezquindad lo que es la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, en VENEZUELA y de hecho, frente a esta arremetida alguien tiene que salir al frente y decir la verdad y no como algunos que dicen ser de izquierda hablan sobre Venezuela bajito y a medias.
GREGORIO SANTOS ASÍ HABLA:
Quienes asumimos los ideales de patriotismo, soberanía e independencia nacional y comprendemos el significado profundo de un proceso revolucionario tenemos la obligación moral y de principios de solidarizarnos con los pueblos amenazados por el imperialismo. En Venezuela y en América Latina las fuerzas pro norteamericanas no solo buscan sacar al Presidente Maduro, su estrategia es mayor: liquidar la Revolución Bolivariana y con ello liquidar todos los proyectos políticos y los liderazgos que buscamos la liberación nacional, salir del colonialismo en el que nos encontramos.
El imperialismo y las multinacionales buscan a cualquier precio recuperar la reserva más grande del mundo en petróleo. La Revolución Bolivariana y la Revolución Cubana han demostrado a la humanidad que existe otro camino para garantizar la democracia, la defensa y desarrollo de la persona humana. No es cierto que el único modelo de democracia sea el norteamericano, como la derecha peruana nos presenta.
El proceso revolucionario venezolano seguirá su curso enfrentando los desafíos de la lucha de clases, resistiendo y derrotando la ofensiva del imperio norteamericano y sus alianzas a nivel internacional.
No sorprende la reacción de la derecha peruana de calificar de dictadura al proceso revolucionario venezolano, lo que si llama profundamente la atención es la reacción y las declaraciones de Arana y Verónica de hablar en el mismo lenguaje que la derecha peruana, haciendo coro con la estrategia del imperio. Creen que si hablan como quieren los medios de la concentración mediática van ganar más votos y adeptos, van a blanquearse o al congraciarse con el orden establecido van a ser más digeribles al sistema. Se equivocan, porque la derecha del gran capital no busca amigos, la derecha no cede, no perdona.
Llamamos a los hombres y mujeres de la patria peruana, de la izquierda verdadera, la obrera y campesina, la de los 18 millones de trabajadores eventuales y estables. A quienes jamás renunciaremos al socialismo, a los ideales más nobles que la humanidad haya conocido a cerrar filas en defensa de los pueblos que buscan la liberación nacional; aquellos que construyen su propio destino.
Todos a pronunciarnos rechazando la intromisión de la derecha internacional. El destino de la revolución bolivariana la deciden los venezolanos. Como en nuestra patria nosotros vamos a refundar la República a través de una nueva constitución. Los patriotas peruanos vamos a cerrar el ciclo de dictadura que vivimos. Señores Arana y Verónica unamos fuerzas para salir de la actual dictadura económica mediática que vivimos, donde la presidencia se compra y el Gran Capital hace lo que le da gana. Vamos juntos a recolectar firmas para el referéndum constitucional ya tenemos 2 millones de firmas para terminar con la constitución mafiosa del 93.
Con la patria y por la patria, venceremos.
Venezuela decide su destino.