Sociólogo: Avelino Zamora Lingán// Escrito: 9 de noviembre del 2012G
Pasarán 30; 40; 100 ó 200 años y la clase política
peruana, bajo la hegemonía de una derecha, consagrada ya, como bruta y achorada,
toda vez que decide reajustar la política económica, maquillar al modelo
neoliberal, desplegar alguna cortina de humo, para ocultar alguna triquiñuela,
que favorezca sus intereses político-económicos, como por ejemplo el indulto al
ex presidente “vende patria”, Alberto Fujimori; seguirá utilizando como
“caballito de Batalla” al tema del “terrorismo”. ¿Qué, no dicen que el
“chinito” acabó con el terrorismo? ¿Acaso no han hecho creer a mucha gente,
sobre todo en condición de extrema pobreza, tanto de la ciudad como del campo,
que el chinito Fujimori acabó con el terrorismo? Si esto fuera así, entonces
¿Por qué ahora, ideólogos, políticos, congresistas, empresarios, opinologos, salen
en coro a gritar sobre la presencia y el avance del “terrorismo”; ¿Por qué las carátulas de sus
periódicos, cómplices de las injusticias y de la corrupción fujimontesinista,
saturan las mentes de la población con el tema del “terrorismo”? Y, los
titulares televisivos y radiales no se quedan atrás con el obsesivo tema del
“terrorismo”. Parece que estuvieran en competencia, en cuanto a cual de estos
instrumentos mediáticos, bate el record de horas, días o años hablando sobre el
tema del “terrorismo”.
La idea en cuanto a que el “chino terminó con el “terrorismo”
ha sido fijada en lo más profundo de la conciencia de muchos peruanos, sobre
todo de aquellos que fueron los principales receptores del paternalismo
fujimorista, que cuando alguien increpa o cuestiona a su añorado “Presidente” aclarándole
que éste fue el más grande ladrón de la historia peruana y que fue un violador
de los derechos humanos, que ni su esposa se libró de sus métodos de tortura,
inmediatamente, saltan como “accionados por un resorte” y le replican “El
Presidente Fujimori, terminó con el terrorismo”, “Fue el mejor Presidente del
Perú”, “La paz que ahora vives, le debes a Fujimori”, etc., etc. ¡eso de “la
paz que ahora vives”, hoy en día suena a burla, a deseo, a imaginación o a sueño, pero menos a realidad!, pareciera que
quien lo dice viviera en otro planeta y no en el Perú, donde hoy existe, sin
temor a equivocarme, tantas víctimas mortales de violencia que ya llegan o
están cerca de superar la cantidad que hubo por acciones del “terrorismo”. Claro,
aunque se trata de víctimas por violencia
común, la cual no le preocupa a la clase política de este país; por ello
tampoco le interesa diseñar estrategias efectivas, con visión sociológica, orientadas
a atacar las raíces, que son básicamente sociales y económicas, para acabar con
ella. Al contrario la DBA todo lo ve represión, palo, bomba y bala; sugiriendo
con ello, que es para lo único que sirve dicha clase política. Lo que sí le
tiene terror y pánico, es al “terrorismo”, bajo el argumento real que éste atenta
contra la democracia y el Estado de Derecho. ¿Acaso, la violencia común no
atenta contra la democracia, el Estado de Derecho y la paz social?
Pareciera que para la clase política peruana, un
muerto por acción del terrorismo, vale mucho más que un muerto por un
delincuente común. Del mismo modo, se rasga las vestiduras cuando hay víctimas
mortales por el terrorismo, pero es insensible y calla en todos los idiomas
frente a los miles de niños que mueren anualmente por hambre o por las
consecuencias de éste; o por los miles de niños que por grave desnutrición crónica no van a desarrollar sus facultades mentales y físicas,
adecuadamente; o por los miles de niños que mueren anualmente antes de cumplir
el año o los cinco años de vida, por enfermedades que muy bien pudieron ser
tratadas y controladas oportuna y gratuitamente. Creo, que el sentido común
indica que muerte es muerte, da lo mismo morir por el estallido de un coche
bomba que morir por el corte de un cuchillo del delincuente común; o morir a
pausas por inanición. La DBA es insensible a la hora de aplicar políticas
económicas que por lo general son beneficiosas para los grupos de poder y
altamente perniciosas para el pueblo. ¿Acaso Fujimori tuvo sensibilidad social
cuando en agosto de 1990 aplicó el famoso shock económico; cuya consecuencia
fue que el reducido grupo de ricos multiplicara sus riquezas exponencialmente,
en un abrir y cerrar de ojos y que la gran mayoría de pobres también
multiplicara su pobreza en las mismas proporciones?; ¿Acaso tuvo sensibilidad
social cuando millones de pequeñas y medianas empresas quebraron y en
consecuencia millones de trabajadores fueron arrojados a la calle, a que sobrevivan, ya sea como
ambulantes, como carretilleros, estibadores u optando por la delincuencia común;
etc., etc.?
Por otro lado, ¿Ha notado usted que la clase política
peruana ha encontrado en el tema del terrorismo un atractivo y rentable
negocio? Claro que sí lo ha notado. Porque el manejo que hace de dicho tema en
ese sentido es muy evidente, explícito y sospechoso. Por ello es que iniciamos
el presente comentario indicando que pasarán 30, 40, 100 ó 200 años y la
derecha o la clase política en general seguirá hablando del terrorismo, seguirá
echándole la culpa al terrorismo de todos los males que existe y existirán en
el país; de todas las cosas que no puede hacer para satisfacer las demandas
sociales, hasta de su incapacidad política, técnica y profesional le echa la
culpa al terrorismo; Pero, también, durante las campañas electorales, se agarra
del terrorismo, para meter miedo a la población; para evitar que algún
candidato progresista, con tufillo izquierdista triunfe, se cuelga del
terrorismo. Quiere levantar alguna cortina de humo, para desviar la atención
del pueblo y no vea sus actos inmorales y vergonzosos de corrupción,
inmediatamente saca, cual mago saca conejos del sombrero, el tema del
terrorismo; hoy, está desesperada por liberar al ex dictador, entonces destapa
el tema del terrorismo, sabiendo que un gran sector de la población está
convencida en cuanto a que el “chinito” lo combatió; por lo tanto, esa misma
población, probablemente reclame, la salida de su cárcel dorada, para que lo
“combata nuevamente”. Es decir con el tema del terrorismo, la clase política
peruana está obteniendo muchos logros políticos y electorales; por ello, la
pregunta es; ¿qué pasaría sí en realidad, la clase política peruana, terminaría
con el terrorismo? ¿Cuál sería su nuevo caballito de batalla, para utilizarlo
políticamente, para meter miedo a la población y salir triunfante en los
procesos electorales?
Bajo esta lógica no sería extraño que la negación de
la inscripción en el Registro del Jurado Nacional de Elecciones al MOVADEF, mostraría
que lejos de querer terminar con el terrorismo, más bien estaría reflejando lo
contrario; es decir, su permanente existencia. Porque la pregunta que cualquier
ser pensante se hace es ¿Qué es lo que temen de un grupo que quiere participar
en contiendas electorales, y con ello, probablemente someterse a las reglas de
juego de los procesos electorales, a las reglas de la democracia y del estado
de derecho? ¿Acaso no sería una de las grandes posibilidades de acabar de una
vez por todas con el terrorismo, tan igual como lo van a lograr en Colombia con
las FARC? ¿Acaso no es cierto que cualquier grupo, movimiento o partido
político, progresista o de izquierda terminan atrapados en la telaraña tejida
por la derecha, por el sistema, es decir, durante las campañas electorales, si
quieren salir triunfantes, tienen que someterse a las viejas y mañosas
prácticas de la derecha? ¿Y, cuando ganan y adquieren una cuota de poder,
también terminan haciendo y diciendo lo que la derecha sabe hacer, o imitándolo
hasta en los actos de corrupción? Creo que todos sabemos que la derecha y los
grupos de poder económico, junto con las transnacionales son campeones en
someter y domesticar a la izquierda y a cuanto grupo o personaje progresista para
que gobierne de acuerdo con sus intereses económicos y políticos. El ejemplo
más palpable y reciente es lo logrado con Ollanta Humala; un personaje que en
situación de candidato, para la derecha, era de lo peor: era violentista,
revoltoso, chavista, antisistema, poco faltaba que le coloquen la etiqueta de
“terrorista”; sin embargo, hoy que es presidente esa misma clase política de
derecha, hipócritamente, le revienta cohetes, le frota la espalda y aplaude sus
acciones políticas, las cuales obviamente, son favorables a sus intereses
económicos. ¿Qué o quién impediría que en el caso del MOVADEF no suceda lo
mismo que con el nacionalismo de Ollanta Humala; es decir, que de rojos pasen a
rosados o verdes y terminen totalmente domesticados, sometidos a los dictados
de la derecha y enredados en la telaraña del sistema o del orden social
imperante? En fin, en este país, es necesario reflexionar sobre lo que nuestra
clase política criolla hace o deja de hacer; dice o deja de decir. Total no
cabe ninguna duda que, durante toda la vida republicana, su praxis política y
sus cálculos han sido siempre en función de sus sagrados intereses económicos y
de su lucha por su permanencia “eterna” en el poder.
Sólo
a modo de ilustración en cuanto a la violencia común: Según el informe del
observatorio de Criminalidad del Ministerio Público del Perú – Fiscalía de la
Nación, citado por el IDL, en su Informe sobre seguridad ciudadana, en el Perú
se reportaron o registraron un total de 50,403 casos
delictuosos o de violencia común, ocurridos sólo entre enero y diciembre del
2009, un incremento del 20.15 % respecto al año 2008.Claro entre esos delitos
comunes están incluidos una gran diversidad: violencia familiar, en diversas
modalidades; homicidios, violaciones, asaltos, etc., etc. Asimismo, de acuerdo
con los datos del anuario estadístico de la Policía Nacional, citado por IDL,
estimamos que entre el 2000 y el 2009 se registraron 20,700 víctimas
mortales por homicidio. ¿Le interesa a la clase política peruana atacar a las
raíces sociales y económicas de la violencia común? Todo indica que les
interesa únicamente saturar las mentes de la población de los hechos de sangre
y todo tipo de delitos, a través de los instrumentos mediáticos. ¡Solo prenda
Ud. su televisor a partir de las 6 de la
mañana o vea las carátulas de los diarios chicha! ¡El resultado: la población
peruana cada vez se indigna o escandaliza menos por los miles de víctimas
mortales, que anualmente se producen por causa de la violencia común!
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