Pedro Francke - La Primera, miercoles 19
de junio
Miles de ronderos se movilizaron a ayer a la laguna El Perol
para protegerla e impedir que se convierta en un enorme tajo abierto del
proyecto Conga. La semana pasada, la empresa Yanacocha luego de unas
declaraciones provocadoras anunciando el trasvase de las aguas de El Perol,
retrocedió y dijo que eso se vería el próximo año. Pero ayer mismo, el ministro
de energía y minas Jorge Merino en una entrevista afirmaba que “Conga va”,
provocando una agudización del conflicto.
“Con lo que ocurre en el mundo, el Perú no
puede dejar de lado una inversión tan grande como Conga”, ha dicho el ministro.
Transparenta así Merino que para el gobierno la inversión de una gran empresa
es más importante que la de miles de medianas y pequeñas empresas, o que la de
millones de agricultores y microempresarios. Ministro Merino: quien pone un
pequeño restaurante, amplía su panadería, mejora sus artesanías o abre un
hostalito en Celendín, también es inversionista. El campesino que se compra una
vaca de mejor calidad o instala su riesgo tecnificado con pastos mejorados, también
es inversionista. Son además inversionistas que reducen la pobreza y están
comprometidos con el Perú, y por eso deben ser preferidos al que pone millones
en las bolsas electorales y se lleva sus ganancias al exterior, ministro
Merino.
Al mismo tiempo, Merino anunció que la
inversión minera, sin Conga, creció 20% en lo que va del año. ¿Cuál es,
entonces, la desesperación porque Conga va sí o sí? El mismo diario que sacó la
entrevista a Merino, en otra sección refería un estudio según el cual, incluso
en el “escenario más catastrófico” en el que “aparte de no haber exploración
varios proyectos de explotación en desarrollo se paralizan”, la inversión
minera en este gobierno sería de 19 mil millones de dólares. Esto incluye ocho
grandes proyectos de cobre, pero no Conga. Si lo vemos comparativamente, en el
gobierno del “perro del hortelano” de Alan García, donde hubo un crecimiento
económico alto y muchos conflictos con muertos de por medio, la inversión
minera fue de 10 mil millones de dólares. Es decir, sin Conga y sin varios
otros proyectos, todavía la inversión minera en este gobierno será mucho mayor
que antes. ¿Por qué entonces la terquedad, ministro Merino? Haga sus sumas y
restas, señor ministro, y deje de ser tan solo un propagandista simplón de la
minería.
Propagandista que, además, ni siquiera
dice la verdad. Porque la propia mina Yanacocha, en relación a Conga, ha dicho
en un comunicado público que “La construcción de Conga continuará solo si [hay]
retornos aceptables que justifiquen futuras inversiones”. Es decir, la empresa
no está segura de que “Conga va” por razones de precio (“retornos aceptables”).
Pero el ministro habla como si Conga fuera rentable cualquiera sea el precio
del cobre, algo que cualquier economista sabe es imposible.
Los cajamarquinos no quiere que le quiten
y contaminan su agua. Prefieren El Perol a Conga. Conga no es
indispensable para la economía nacional, los números lo dicen. Pero Merino sale
de manera insensata a defender la codicia y a atizar los conflictos. Que eso no
le gane a nuestro espíritu de paz y vida.
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