martes, junio 27, 2017

EL ESCLAVISMO DEL SIGLO XXI


(Las Malvinas: Un botón de muestra)

Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
¿En qué nos diferenciamos de los animales? en que somos racionales y sabemos pensar, responden los más grandes científicos; en que somos afectivos y solidarios con nuestros semejantes, agregan los filósofos y humanistas. Y, yo pregunto: ¿Dónde está esa racionalidad y esa cualidad de pensar; si hoy en día, en plena era de la modernidad y de los avances tecnológicos, el ser humano es la única especie capaz de destruir a su propio hábitat, es decir de destruir al PLANETA TIERRA, y de destruirse así mismo? y, de otro lado, ¿Dónde está ese afecto, esa solidaridad y ese respeto mutuo, si pequeños grupos humanos, dominados por el fetichismo o culto al dinero, son capaces “racionalmente”, porque saben lo que hacen, de privar de su LIBERTAD a otros seres humanos, aprovechándose de sus necesidades económicas a la que los grupos opresores los someten a través del modelo neoliberal, traducido en el sacrosanto LIBRE MERCADO?
Asimismo, es muy generalizada esa expresión respecto a que “el trabajo dignifica al hombre”, sin embargo, probablemente esto fue así durante toda la fase del comunismo primitivo, en la que la única lucha existente era la del hombre con la naturaleza. Puesto que en esta fase se desconocía la propiedad privada y la lucha de clases, al igual que el afán de dominio del hombre hacia otros hombres. Pero una vez concluida esta fase surge el esclavismo, el mismo que, sin duda, perdura hasta hoy, bajo diversos mecanismos y disfraces; y, entonces, el trabajo en lugar de dignificar al hombre constituye un instrumento de opresión, esclavitud y humillación, utilizado por la clase dominante contra la clase dominada. No es casual que la palabra trabajo provenga del vocablo tripalium que a su vez significa Tres Palos, con los cuales se sometían a los esclavos para que trabajen de manera más intensa y eficiente. Entonces, pues, a partir del esclavismo el trabajo se utiliza también como instrumento de tortura y de chantaje. Hoy, en pleno siglo XXI, con lo que acaba de ocurrir en Las Malvinas, no sería raro encontrar en el Perú y en el mundo instalaciones industriales, centros de trabajo y hasta empresas cuyas condiciones laborales se hayan congelado en la historia y tengan más semejanzas con la época de la esclavitud y del feudalismo que con la cacareada modernidad y la globalización. Lo que acaba de descubrirse en el Centro comercial Las Malvinas, o la llamada también Galería Nicolini, donde el mega-incendio acaba de carbonizar a cuatro personas sometidas a trabajos en condiciones de esclavos. ¡SI de esclavos!! Puesto que allí trabajaban más de 10 horas, durante siete días a la semana, y 365 días del año constituye el botón que muestra que en pleno siglo XXI el sistema esclavista aún no ha sido extinguido y que, al contrario, estaría vigorizándose y generalizándose cada vez con mayor fuerza. EL MODELO NEO-LIBERAL ES SU NUTRITIVO CALDO DE CULTIVO.
26 de junio del 2017

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