Al mismo estilo del fujimontesismo, Ollanta Humala y su presidente de la PCM Oscar Valdes realizan psicosociales para desprestigiar al pueblo pacífico de Cajamarca, primero sembraron bombas molotov en el aeropuerto Armando Revoredo Iglesias, bombas que ninguna de las 7 cámaras de aeropuerto lograron registrar solamente la policía las vió.
Ayer al acercarse la noche, cuando más de 5 mil campesinos realizaban una asamblea informativa en la carretera a la Costa en el sector Aylambo, 50 metros más abajo llegaba un pelotón de policías de asalto traídos especialmente de la ciudad de Lima para reprimir a los manifestantes, ésta vez llegaba con llantas y almacenaban en un grifo local para luego quemarlas y culpar a los manifestantes,
Nuestros reporteron ampayaron a los epescialistas de la USE en plena preparación del spisocial, los advertimos yse limitaron a quemar las llantas en el momento pero no nos llame la atención que aplicarían su vieja estrategia en otros sectores.
3 comentarios:
“Una epidemia de ira se extiende por el país. Valdés y su gente están convencidos de que el palo, la bala, la calumnia, la detención y el fascismo de comisaría son buenas armas.
Se equivocan: son las peores. La consumada traición de Humala no podrá taparse disparándole a la gente. A no ser que “los principios de Madre Mía” hayan vuelto a la mente del mandatario”. (Por César Hildebrandt)
“Una epidemia de ira se extiende por el país. Valdés y su gente están convencidos de que el palo, la bala, la calumnia, la detención y el fascismo de comisaría son buenas armas.
Se equivocan: son las peores. La consumada traición de Humala no podrá taparse disparándole a la gente. A no ser que “los principios de Madre Mía” hayan vuelto a la mente del mandatario”. (Por César Hildebrandt)
“Una epidemia de ira se extiende por el país. Valdés y su gente están convencidos de que el palo, la bala, la calumnia, la detención y el fascismo de comisaría son buenas armas.
Se equivocan: son las peores. La consumada traición de Humala no podrá taparse disparándole a la gente. A no ser que “los principios de Madre Mía” hayan vuelto a la mente del mandatario”. (Por César Hildebrandt)
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