martes, enero 29, 2013

RENOVACIÓN PRO NEOCOLONIALISTA



Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Todos los peruanos seguramente ya están enterados sobre la renovación del contrato o licencia a la transnacional telefónica para que opere, “18 años y 10 meses”, que en la práctica seguramente significará 20 años más, puesto que la prensa nacional, adicta al entreguismo,  ha des –informado lo suficiente sobre este tema. El caso es que a la opinión pública se le quiere hacer creer que el Estado Peruano, a través de los sucesivos  gobiernos de turno, incluido el presente, son fieles defensores de la soberanía nacional, que velan por los intereses del pueblo y por la economía de todos y cada uno de los peruanos; que protegen los recursos naturales y el medio ambiente,  etc. etc. En este contexto, sobre telefónica, se nos dice que la renovación del contrato ha sido posible, porque aseguran que la transnacional “ha aceptado” la serie de “condiciones” que las autoridades peruanas le han impuesto y que tiene que cumplirlos, durante los próximos años; mientras tanto, los voceros de la propia transnacional le hacen el juego a los voceros peruanos e indican “si pues, son duras las condiciones que tenemos que cumplir”. Así, entonces, en el imaginario popular o en las mentes de cada uno de los peruanos,  queda perfecta la trama falaz respecto al negociado telefónico, en el sentido de que aquí existe un Estado fuerte con las transnacionales, sean de comunicaciones, mineras, petroleras, gasíferas, etc., etc., que “impone condiciones” en las firmas de sus contratos o en la renovación de los mismos.  El problema es que la realidad concreta es muy  distinta a los mensajes oficiales  y mediáticos. Esa realidad es que cuando se trata de contratos, convenios, cartas de intención, TLCs, etc, con transnacionales, el Estado peruano y sus gobernantes actúan con mente o criterio colonialista, anti-soberano, antinacional y anti-popular.        
Muchos nos preguntamos ¿Y, cuáles, son, pues, esas “condiciones tan duras”, que la empresa tendría que cumplir? ¿Acaso va pagar más impuestos?, O ¿va desaparecer la renta básica, por la cual usted o cualquier otro mortal peruano paga sin que haga uso del servicio y es la más elevada de América Latina?  Pero la pregunta más pertinente y de cajón es ¿Pagó, dicha transnacional, los 3,500 millones de soles que le debe a la SUNAT? (5 mil millones según Hildebrandt), Si las respuestas a tales interrogantes son afirmativas tal vez entonces aceparíamos que la transnacional sí acepta “condiciones” y que además éstas son “duras”. Pero lamentablemente sobre estas interrogantes nada se ha informado, nada se sabe, ni nada se comenta en la prensa lacaya de nuestro país, experta en fabricar sicosociales y levantar cortinas de humo. Sólo se dice que tales condiciones se limitan a lo siguiente: la empresa se “compromete” a “invertir” más de 3 mil millones de soles, para otorgar mayor cobertura a la población;  que el 100 % de los distritos capitales estarían cubiertos por líneas de telefonía móvil, que se va implementar una “tarifa social”, cuyos beneficiarios sean los trabajadores del Programa Juntos, Cuna Más, pensión 65, entidades burocráticas estatales, etc., etc. ¿Esas son las tan cacareadas y “duras  condiciones” impuestas por el Estado, y que la multinacional con el dolor de su alma , las ha aceptado?  A este servidor, sinceramente, esto suena más a engaña muchachos, que a un negocio realmente soberano, favorable a la población peruana y a su endeble economía.
En primer lugar cabe recordar que la transnacional opera en el país desde 1994, previo pago de poco más de 2 mil millones de dólares, por las empresas de telefonía estatales: Compañía Peruana de Teléfonos, operadora para Lima y Callao; y, Entel Perú, operadora para provincias. Claro, en ese entonces, donde reinaba el fuji-montesinismo entreguista, más beneficios no podía tener dicha transnacional, siendo uno de ellos el hecho que el Estado le otorgó el monopolio del mercado peruano por 5 años, disqué para que recupere lo invertido, es decir, sus 2 mil millones de dólares. Como el mercado le fue tan rentable, dos años fueron suficientes para tal recuperación, sin embargo, en la práctica, la transnacional telefónica aún hoy 2013, monopoliza el mercado, puesto que se estima que más del 70 % de éste está acaparado por la empresa española.                     
Sobre la “inversión” de más de 3,020 millones de soles ó 1,184 millones de dólares  surge otra pregunta: ¿No será que esa supuesta “inversión” se realiza o canjea con la deuda que la transnacional le tiene a la SUNAT o mejor dicho al Estado peruano? Total, en este país, a las transnacionales se les permite canjear obras y servicios por deudas tributarias. Ahí tenemos como ejemplo a las empresas mineras quienes pagan sus impuestos a través de la construcción de algunas obras como carreteras, escuelas, postas médicas o sistemas de agua potable, hasta en mochilas escolares; y luego a tales obras y regalos se los hace pasar como “generosas donaciones” de tales empresas a las comunidades, cuando en realidad el monto invertido es considerado como parte del pago de deuda tributaria con el Estado. El caso de telefónica no puede ser excepción de estos salomónicos estilos en los negociados neocolonialistas entre el Estado y las transnacionales.
Por otro lado, en cuanto a la mayor cobertura, cubriendo al 100 % de distritos con líneas fijas y móviles, internet, etc. no nos debe parecer extraño ni mucho menos “beneficioso” para el pueblo. Recordemos que el fin o esencia de una empresa, cualquiera que sea, micro, pequeña, mediana, grande; nacional o transnacional, es el LUCRO ECONÓMICO, y éste se sustenta en el NÚMERO DE CLIENTES. Una empresa jamás tiene beneficiarios; una empresa tiene clientes. Por lo tanto hacer pasar a la ampliación de cobertura telefónica como un “beneficio” y, más aún con la pésima calidad del servicio que presta dicha transnacional es pura propaganda y apología barata, no merecida que se le hace a una empresa, a la cual, seguramente, sólo le interesa cifras en azul y muchos, muchísimos clientes más que compren sus equipos, fijos y móviles; sus líneas telefónicas, de Cable, redes inalámbricas, sus bandas anchas, angostas, tarjetas de recarga, recarga automática, etc., etc. Por lo tanto, para coberturar mucho más el espacio geográfico con un servicio que no es gratuito, sino todo lo contrario, creo que no es necesario “imponer” ninguna “condición”  o someter a exigencia alguna por parte del Estado, pues toda empresa, por naturaleza, busca ampliar su radio de influencia, porque sabe que a mayor cantidad de clientes mayor será sus ganancias.
Finalmente, la trasnacional no sólo no paga sus tributos sino que incumple los compromisos asumidos cuando ingresa al país; pues eso se refleja en el hecho que  ¿Lo logrado en estos 17 años no es óptimo, pues por ejemplo “en telefonía fija, creo que el crecimiento ha sido tibio. Se quería una gran expansión de cobertura, dar acceso universal, dar accesibilidad a precios coherentes. Parte de eso se ha logrado escasamente, pero en cobertura a las zonas rurales no se ha llegado como se quería, Un dato adicional: Según estiman los expertos, la cobertura fija en el Perú es de sólo 10%. Es decir, sólo 10 de cada 100 peruanos tienen telefonía fija. Esto probablemente se deba a que la transnacional prefiere cobertura pequeña o número de clientes estables, con tarifas altas; antes que masificar su servicio de comunicaciones y mantener tarifas coherentes con los niveles de ingreso económico de las grandes mayorías.  En fin, lo cierto es que el Perú seguirá soportando 20 años más de “estafas”, empezando con la renta básica que es la más cara de la región latinoamericana; con los cobros redondeados al minuto cuando en realidad le deben cobrar de los 20; 30 ó 40, segundos que se habla; con las tarjetas de 10 nuevos soles, que le duran apenas para dos o tres llamadas de un minuto cada una; con la publicidad y las estafas realizadas a través de los celulares; etc. No olvidemos que previo a esta renovación de Contrato con Telefónica, Humala viajó el año pasado a rendirle loas y alabanzas al Rey de España y a rogarles a los empresarios españoles a que vengan a “invertir” a nuestro país, porque existen “todas y las mejores las condiciones para las inversiones”. Por lo tanto, sólo el día en que el Perú tenga gobernantes que realmente defienden la soberanía de un pueblo, la economía de sus habitantes y se atreva a levantarle la voz a las transnacionales, despojándose de ese colonialismo mental, ese día existirá la confianza plena de que el intercambio comercial, con cualquier trasnacional, minera, telefónica, petrolera, etc. es realmente justo y soberano/// 
Escrito: 26 de enero del 2013 
 

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