(De los pantalones del Fujimorismo a las botas de Humala)
Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Tres son los temas sobre los cuales es necesario que
el pueblo peruano y en particular el cajamarquino reflexionen seriamente,
porque, probablemente, ellos configuren la coyuntura social en los próximos
meses y años, más aún cuando nuevamente se avecinan elecciones locales,
regionales y nacionales. Estos tres temas son: el indulto a Fujimori, la
novísima “Ley conga” que acaba de aprobar el Congrezoo, y obviamente la
resistencia social ante el mega proyecto Conga, que el pueblo cajamarquino está
decidido a continuarlo, muy a su pesar de las transnacionales, depredadoras de
la naturaleza y de la derecha bruta y achorada.
En cuanto a la negativa del indulto “humanitario” al
genocida Alberto Fujimori, es importante indicar lo siguiente: Aparentemente,
la decisión de Humala de no indultar a Fujimori, se puede decir que fue una
sorpresa, si es que consideramos la descarada traición hecha al pueblo peruano
y su consiguiente transformación en simple títere de las transnacionales y de
los grupos de poder económico. En este sentido, existía un gran sector social
del pueblo que creía que Humala iba a ceder a la presión mediática y directa
tanto de los fujimoristas como de la derecha para soltar al que
institucionalizó la corrupción en nuestra amada patria. Es importante agregar
que precisamente la gran mayoría de la población peruana estaba en contra del
denominado indulto “humanitario”.
Sin embargo, existiría un motivo muy importante para
la familia Humala que finalmente pesó sobre la decisión que todos conocemos.
¿Cuál es? Las delicias del poder. Y,
es que en este país, cualquier gobernante, sea alcalde, presidente regional,
congresista, presidente de la república que saboree el poder, pues se
acostumbra a él y ya no lo quiere soltar (de allí que popularmente se ha
acuñado la frase: “no se quiere desprender de la teta”); aunque valgan
verdades, el poder que hoy tiene Humala no es real, porque las decisiones de
gobierno lo toma la derecha y las transnacionales; pero, al menos, el lugar
donde está, le sirve para acumular riqueza económica y formar parte de los
nuevos ricos de este país. Entonces, detrás de la decisión de Humala, de no
indultar al chinito, se oculta el cálculo político, pero también una enorme
vocación de saco largo. ¿Las razones? Como todos sabemos, a la primera dama
Nadine Heredia, le siguen contando el cuento (a través de las encuestas) que
una vez terminado el periodo presidencial de su esposo, ella será quien lo
releve en el alto cargo. En este sentido, si alguien aspira a un cargo público,
vía elecciones, liberar a un reo, como Fujimori, era como arrojar por la borda
los millones de votos, que precisamente conducen a ese alto cargo. Por ello, no
es descabellado lo que muchas voces sostienen respecto a que detrás de la
decisión de no indultar a Fujimori, se oculta un rostro femenino, que a viva
voz gritó a Humala: “El indulto no va” y
el indulto no fue, del mismo modo que hace pocos meses esa misma voz sentenció:
“La compra de Repsol No Va” y la compra de la transnacional por el Estado
peruano no fue. Por ello, también, muchos ya han bautizado al gobierno de
Humala como “El gobierno saco largo”.
El otro tema que es digno de comentarlo es la Ley que
acaban de aprobar en el Congreso, con 70 votos a favor y sólo 1 en contra.
¿Cuál es? La ley que faculta a la policía y las fuerzas armadas a hacer uso de
sus armas de “reglamento”, que por lo general hoy son de guerra, para asesinar,
bajo el criterio de “frenar” disqué la inseguridad ciudadana. Y ¿Por qué, dicha
ley es peligrosa para el pueblo peruano? Porque a través de dicha Ley se sostiene:
“Policías que matan en el cumplimiento de su deber no serán juzgados”. Bien, a
partir de la promulgación de esta Ley, no será raro entonces observar en calles,
plazas, caminos y carreteras ríos o
chorros de sangre, porque las llamadas fuerzas del orden tienen “licencia para disparar a quema ropa o mejor
dicho para matar”, a todos aquellos que perturben, atenten contra la seguridad
ciudadana ¿Quiénes son? Todos lo sabemos: asaltantes, violadores, pandilleros y
quienes protestan contra el saqueo y destrucción de sus recursos naturales y de
su agua, es decir, los llamados “anti-mineros” o “anti-conga”.
¿Acaso no han oído ustedes los argumentos pro-mineros
y del oficialismo? Pues, cuando el pueblo sale a protestar a las calles, tales
argumentos son: “están perturbando la paz social” o están “atentando o
perturbando la seguridad ciudadana”. Mientras que otros argumentos son más
directos, cuando todos los que reclaman, protestan o luchan son calificados o
tipificados como “delincuentes”, “revoltosos”, “terroristas”, “comunistas”,
etc. Por lo tanto, desde la perspectiva de los autores de esta Ley, quienes
protestan serían o formarían parte de la denominada “inseguridad ciudadana”;
que, para “frenarlo”, ya tiene su Ley de abierta y descarada tendencia fascista.
No llama la atención ni es extraño que los autores de
esta Ley sean los fujimoristas, y el respaldo a la misma sea de los apristas y
demás afines, puesto que éstos tienen alma de fascistas, de lo contrario, el
Perú no hubiese tenido casos de Barrios Altos, La Cantuta, asesinatos como los
de Pedro Huilca, Saúl Cantoral, Mariela Barreto o el caso de Leonor La Rosa (de
quien ya nadie habla), entre otros más, que sería largo enumerarlos. Si por los
fujimoristas fuera, no dudaran en acondicionar campos de concentración y
producir algún holocausto, al mismo estilo de los nazis. Desde esta perspectiva
la Ley que acaba de aprobar el Congreso revela que el poder real en este país
le pertenece al fujimorismo, al aprismo,
a los pepekausas y, en general, a la derecha. Humala es sólo su fiel obediente.
En cambio sí llama la atención que, luego de negar el indulto a Fujimori, se
apruebe una Ley fascista, presentada precisamente por los fujimoristas. ¿No
será que tal aprobación de dicha Ley, sea algo así como una recompensa de parte
de Humala, por haberle negado su solicitud de indulto a los fujimoristas? Y, de
otro lado, ¿no será que la aprobación de la ley fujimorista, que permite
asesinar al pueblo, constituya una venganza de los fujimoristas, por su abierta
oposición al indulto de su líder? Recordemos que en política o en cualquier
otro campo, toda acción tiene una causa, sólo que ésta no se revela, ni se
difunde, le queda al individuo descifrarlo y a la historia comprobarlo. En fin,
resta decir que la Ley que acaban de aprobar los “otorongos” del Congreso,
revela también que dicho poder del Estado, no representa al pueblo, aunque sea
elegido por él; pero en todos los casos, los congresistas terminan siendo sus
peores verdugos; por último, dicha Ley, también ya fue bautizada con el nombre
de “Ley Conga”, puesto que está destinada a todos los que protestamos y, con
ello, desde la perspectiva de los pro-mineros,
“fomentamos la inseguridad ciudadana” o se “oponen al desarrollo”, la
misma que será “frenada” por la Ley que otorga licencia para matar.
Finalmente, no puedo dejar de comentar sobre, la
resistencia popular ante el mega proyecto Conga. En efecto, como ya comentamos
en artículos anteriores, respecto a que las protestas sociales en las calles
contra dicho mega proyecto han disminuido en intensidad, pero no en la
conciencia. Su intensidad en las calles ha disminuido por una serie de factores
internos y externos. Internos: Controversias domésticas entre dirigentes,
estrategias de lucha rutinarias, expresiones de objetivos electoreros, etc.
Externos: psicosociales mediáticos, intenso asistencialismo de la trasnacional,
amenazas del gobierno (la ley conga es expresión de ello), estrategias que
inducen a confusión (un día se anuncia suspensión del proyecto, al siguiente
día se dice que no; el ministro dice “Conga va”, la transnacional dice “ya nos
vamos”, pero al día siguiente “no nos vamos”,
etc., etc.) Todo esto en aras de confundir a la población y de bajar la
intensidad de las protestas sociales, pero por encima de todo, ¡la resistencia
continúa!
Pero, lo que llama más la atención y es objeto obligado
de crítica es el hecho de que algunos dirigentes quieren monopolizar la
protesta social contra el mega- proyecto Conga, o de lo contrario piensan que
dichas protestas son “privadas”, “competencia de sólo algunos distritos“, o que
dicha protesta es “propiedad” de algún dirigente. Seguramente, el sentido común
de cualquiera que se precie de ser un verdadero dirigente, le dicte que en una
lucha o protesta social lo único que cuenta es SUMAR, ¡Claro, también es cierto
que para ello es necesario SABER SUMAR! Es decir, saber con quien juntarse o
unirse. Digo esto, porque algunos dirigentes han “decidido” prohibir las
protestas sociales del pueblo en las calles, plaza y plazuelas de Cajamarca y
que las mismas “sólo deben realizarse en el lugar de los hechos” vale decir
arriba en las lagunas. Estos “dirigentes” olvidan que el buen revolucionario y
el buen luchador social lucha y protesta en cualquier lugar y desde el lugar
que ocupe. Las luchas sociales no son monopolizables, ni objetos de
privatización. Su mismo nombre lo indica “lucha SOCIAL”. Al contrario, el buen
dirigente, debe estar feliz, cuando le dicen o escucha que en Cajamarca,
Trujillo, Chiclayo, Puno, Arequipa, Cuzco, Francia, Alemania, Italia, en la
luna, Venus, o en cualquier otro lugar del planeta, también se unen a su lucha
o protesta social. No se puede decir, “las protestas sólo tienen que ser en las
lagunas”. Esto puede ser un buen deseo, pero es un deseo subjetivo, que no se
puede hacer realidad. Ciertamente, muchos quieren protestar y nadie se lo puede
prohibir; pero, no todos pueden ir al “lugar de los hechos”. Y, que bien y
mejor, que esas personas, protesten en el lugar donde se encuentran y desde el
espacio que ocupen, eso demostraría que la protesta social se está
generalizando. El prohibir o querer que las protestas sociales sólo se lleven a
cabo “en el lugar de los hechos” y argumentar que las protestas sociales “no
son políticas” o no deben tener “tinte político” son dos errores garrafales o
“pecados con rabo” que muchos dirigentes, que se ponen a la cabeza de los
movimientos sociales, cometen, tal vez sin darse cuenta. Precisamente, estos,
entre otros argumentos y actitudes son
parte de los factores internos que inevitablemente debilitan al movimiento
social.
Es probable que una vez aprobada la ley fujimorista,
la Sra. Keiko Sofía Fujimori ya no salga a los medios a increpar sobre las
botas de Humala y los pantalones del fujimorismo, mostrando un rostro
enfurecido como quien decir “la decisión que usted a tomado tiene faldas; pero,
también sepa usted que aquí todavía mandamos los fujimoristas y aquí se debe
hacer lo que nosotros decidimos”. Sí pues, pero yo desde aquí, a través de
estas líneas le digo: Humala tiene las botas para patear al pueblo en el
momento y en lugar que quiera y el fujimorismo tiene los pantalones pero con
abundantes y hondos bolsillos de payaso para encaletar toda la plata que le
robaron al pueblo; y, en este sentido, seguramente que al fujimorismo también
le faltan pantalones. Por lo tanto, ni Humala ni el fujimorismo tienen los
pantalones suficientes, más aún cuando todo el mundo sabe que Fujimori no tuvo
los pantalones para darle la cara al pueblo aquí en Perú, por sus delitos
cometidos y se fue a renunciar por fax desde Japón. Entonces, ¿De qué
pantalones habla la señora Keiko Sofía?///// Escrito: 13/6/2013
1 comentario:
Podrian ustedes difundir los nombres de todos los Congresistas y a que Partido pertenecen, y que fueron los malditos que aprobaron la Ley que Autoriza la Licencia a los Policias para matar dirgentes spociles?
Atentamente,
Ing. Luis Enriquez
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