lunes, junio 17, 2013

INDULTO, “LEY CONGA” Y RESISTENCIA SOCIAL



(De los pantalones del Fujimorismo a las botas de Humala)
Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

Tres son los temas sobre los cuales es necesario que el pueblo peruano y en particular el cajamarquino reflexionen seriamente, porque, probablemente, ellos configuren la coyuntura social en los próximos meses y años, más aún cuando nuevamente se avecinan elecciones locales, regionales y nacionales. Estos tres temas son: el indulto a Fujimori, la novísima “Ley conga” que acaba de aprobar el Congrezoo, y obviamente la resistencia social ante el mega proyecto Conga, que el pueblo cajamarquino está decidido a continuarlo, muy a su pesar de las transnacionales, depredadoras de la naturaleza y de la derecha bruta y achorada.
En cuanto a la negativa del indulto “humanitario” al genocida Alberto Fujimori, es importante indicar lo siguiente: Aparentemente, la decisión de Humala de no indultar a Fujimori, se puede decir que fue una sorpresa, si es que consideramos la descarada traición hecha al pueblo peruano y su consiguiente transformación en simple títere de las transnacionales y de los grupos de poder económico. En este sentido, existía un gran sector social del pueblo que creía que Humala iba a ceder a la presión mediática y directa tanto de los fujimoristas como de la derecha para soltar al que institucionalizó la corrupción en nuestra amada patria. Es importante agregar que precisamente la gran mayoría de la población peruana estaba en contra del denominado indulto “humanitario”.
Sin embargo, existiría un motivo muy importante para la familia Humala que finalmente pesó sobre la decisión que todos conocemos. ¿Cuál es? Las delicias del poder. Y, es que en este país, cualquier gobernante, sea alcalde, presidente regional, congresista, presidente de la república que saboree el poder, pues se acostumbra a él y ya no lo quiere soltar (de allí que popularmente se ha acuñado la frase: “no se quiere desprender de la teta”); aunque valgan verdades, el poder que hoy tiene Humala no es real, porque las decisiones de gobierno lo toma la derecha y las transnacionales; pero, al menos, el lugar donde está, le sirve para acumular riqueza económica y formar parte de los nuevos ricos de este país. Entonces, detrás de la decisión de Humala, de no indultar al chinito, se oculta el cálculo político, pero también una enorme vocación de saco largo. ¿Las razones? Como todos sabemos, a la primera dama Nadine Heredia, le siguen contando el cuento (a través de las encuestas) que una vez terminado el periodo presidencial de su esposo, ella será quien lo releve en el alto cargo. En este sentido, si alguien aspira a un cargo público, vía elecciones, liberar a un reo, como Fujimori, era como arrojar por la borda los millones de votos, que precisamente conducen a ese alto cargo. Por ello, no es descabellado lo que muchas voces sostienen respecto a que detrás de la decisión de no indultar a Fujimori, se oculta un rostro femenino, que a viva voz  gritó a Humala: “El indulto no va” y el indulto no fue, del mismo modo que hace pocos meses esa misma voz sentenció: “La compra de Repsol No Va” y la compra de la transnacional por el Estado peruano no fue. Por ello, también, muchos ya han bautizado al gobierno de Humala como “El gobierno saco largo”.
El otro tema que es digno de comentarlo es la Ley que acaban de aprobar en el Congreso, con 70 votos a favor y sólo 1 en contra. ¿Cuál es? La ley que faculta a la policía y las fuerzas armadas a hacer uso de sus armas de “reglamento”, que por lo general hoy son de guerra, para asesinar, bajo el criterio de “frenar” disqué la inseguridad ciudadana. Y ¿Por qué, dicha ley es peligrosa para el pueblo peruano? Porque a través de dicha Ley se sostiene: “Policías que matan en el cumplimiento de su deber no serán juzgados”. Bien, a partir de la promulgación de esta Ley, no será raro entonces observar en calles, plazas, caminos y carreteras  ríos o chorros de sangre, porque las llamadas fuerzas del orden tienen  “licencia para disparar a quema ropa o mejor dicho para matar”, a todos aquellos que perturben, atenten contra la seguridad ciudadana ¿Quiénes son? Todos lo sabemos: asaltantes, violadores, pandilleros y quienes protestan contra el saqueo y destrucción de sus recursos naturales y de su agua, es decir, los llamados “anti-mineros” o “anti-conga”.
¿Acaso no han oído ustedes los argumentos pro-mineros y del oficialismo? Pues, cuando el pueblo sale a protestar a las calles, tales argumentos son: “están perturbando la paz social” o están “atentando o perturbando la seguridad ciudadana”. Mientras que otros argumentos son más directos, cuando todos los que reclaman, protestan o luchan son calificados o tipificados como “delincuentes”, “revoltosos”, “terroristas”, “comunistas”, etc. Por lo tanto, desde la perspectiva de los autores de esta Ley, quienes protestan serían o formarían parte de la denominada “inseguridad ciudadana”; que, para “frenarlo”, ya tiene su Ley de abierta y descarada tendencia fascista.
No llama la atención ni es extraño que los autores de esta Ley sean los fujimoristas, y el respaldo a la misma sea de los apristas y demás afines, puesto que éstos tienen alma de fascistas, de lo contrario, el Perú no hubiese tenido casos de Barrios Altos, La Cantuta, asesinatos como los de Pedro Huilca, Saúl Cantoral, Mariela Barreto o el caso de Leonor La Rosa (de quien ya nadie habla), entre otros más, que sería largo enumerarlos. Si por los fujimoristas fuera, no dudaran en acondicionar campos de concentración y producir algún holocausto, al mismo estilo de los nazis. Desde esta perspectiva la Ley que acaba de aprobar el Congreso revela que el poder real en este país le pertenece al  fujimorismo, al aprismo, a los pepekausas y, en general, a la derecha. Humala es sólo su fiel obediente. En cambio sí llama la atención que, luego de negar el indulto a Fujimori, se apruebe una Ley fascista, presentada precisamente por los fujimoristas. ¿No será que tal aprobación de dicha Ley, sea algo así como una recompensa de parte de Humala, por haberle negado su solicitud de indulto a los fujimoristas? Y, de otro lado, ¿no será que la aprobación de la ley fujimorista, que permite asesinar al pueblo, constituya una venganza de los fujimoristas, por su abierta oposición al indulto de su líder? Recordemos que en política o en cualquier otro campo, toda acción tiene una causa, sólo que ésta no se revela, ni se difunde, le queda al individuo descifrarlo y a la historia comprobarlo. En fin, resta decir que la Ley que acaban de aprobar los “otorongos” del Congreso, revela también que dicho poder del Estado, no representa al pueblo, aunque sea elegido por él; pero en todos los casos, los congresistas terminan siendo sus peores verdugos; por último, dicha Ley, también ya fue bautizada con el nombre de “Ley Conga”, puesto que está destinada a todos los que protestamos y, con ello, desde la perspectiva de los pro-mineros,  “fomentamos la inseguridad ciudadana” o se “oponen al desarrollo”, la misma que será “frenada” por la Ley que otorga licencia para matar.
Finalmente, no puedo dejar de comentar sobre, la resistencia popular ante el mega proyecto Conga. En efecto, como ya comentamos en artículos anteriores, respecto a que las protestas sociales en las calles contra dicho mega proyecto han disminuido en intensidad, pero no en la conciencia. Su intensidad en las calles ha disminuido por una serie de factores internos y externos. Internos: Controversias domésticas entre dirigentes, estrategias de lucha rutinarias, expresiones de objetivos electoreros, etc. Externos: psicosociales mediáticos, intenso asistencialismo de la trasnacional, amenazas del gobierno (la ley conga es expresión de ello), estrategias que inducen a confusión (un día se anuncia suspensión del proyecto, al siguiente día se dice que no; el ministro dice “Conga va”, la transnacional dice “ya nos vamos”, pero al día siguiente “no nos vamos”,  etc., etc.) Todo esto en aras de confundir a la población y de bajar la intensidad de las protestas sociales, pero por encima de todo, ¡la resistencia continúa!
Pero, lo que llama más la atención y es objeto obligado de crítica es el hecho de que algunos dirigentes quieren monopolizar la protesta social contra el mega- proyecto Conga, o de lo contrario piensan que dichas protestas son “privadas”, “competencia de sólo algunos distritos“, o que dicha protesta es “propiedad” de algún dirigente. Seguramente, el sentido común de cualquiera que se precie de ser un verdadero dirigente, le dicte que en una lucha o protesta social lo único que cuenta es SUMAR, ¡Claro, también es cierto que para ello es necesario SABER SUMAR! Es decir, saber con quien juntarse o unirse. Digo esto, porque algunos dirigentes han “decidido” prohibir las protestas sociales del pueblo en las calles, plaza y plazuelas de Cajamarca y que las mismas “sólo deben realizarse en el lugar de los hechos” vale decir arriba en las lagunas. Estos “dirigentes” olvidan que el buen revolucionario y el buen luchador social lucha y protesta en cualquier lugar y desde el lugar que ocupe. Las luchas sociales no son monopolizables, ni objetos de privatización. Su mismo nombre lo indica “lucha SOCIAL”. Al contrario, el buen dirigente, debe estar feliz, cuando le dicen o escucha que en Cajamarca, Trujillo, Chiclayo, Puno, Arequipa, Cuzco, Francia, Alemania, Italia, en la luna, Venus, o en cualquier otro lugar del planeta, también se unen a su lucha o protesta social. No se puede decir, “las protestas sólo tienen que ser en las lagunas”. Esto puede ser un buen deseo, pero es un deseo subjetivo, que no se puede hacer realidad. Ciertamente, muchos quieren protestar y nadie se lo puede prohibir; pero, no todos pueden ir al “lugar de los hechos”. Y, que bien y mejor, que esas personas, protesten en el lugar donde se encuentran y desde el espacio que ocupen, eso demostraría que la protesta social se está generalizando. El prohibir o querer que las protestas sociales sólo se lleven a cabo “en el lugar de los hechos” y argumentar que las protestas sociales “no son políticas” o no deben tener “tinte político” son dos errores garrafales o “pecados con rabo” que muchos dirigentes, que se ponen a la cabeza de los movimientos sociales, cometen, tal vez sin darse cuenta. Precisamente, estos, entre otros  argumentos y actitudes son parte de los factores internos que inevitablemente debilitan al movimiento social.
Es probable que una vez aprobada la ley fujimorista, la Sra. Keiko Sofía Fujimori ya no salga a los medios a increpar sobre las botas de Humala y los pantalones del fujimorismo, mostrando un rostro enfurecido como quien decir “la decisión que usted a tomado tiene faldas; pero, también sepa usted que aquí todavía mandamos los fujimoristas y aquí se debe hacer lo que nosotros decidimos”. Sí pues, pero yo desde aquí, a través de estas líneas le digo: Humala tiene las botas para patear al pueblo en el momento y en lugar que quiera y el fujimorismo tiene los pantalones pero con abundantes y hondos bolsillos de payaso para encaletar toda la plata que le robaron al pueblo; y, en este sentido, seguramente que al fujimorismo también le faltan pantalones. Por lo tanto, ni Humala ni el fujimorismo tienen los pantalones suficientes, más aún cuando todo el mundo sabe que Fujimori no tuvo los pantalones para darle la cara al pueblo aquí en Perú, por sus delitos cometidos y se fue a renunciar por fax desde Japón. Entonces, ¿De qué pantalones habla la señora Keiko Sofía?///// Escrito: 13/6/2013             

1 comentario:

Anónimo dijo...

Podrian ustedes difundir los nombres de todos los Congresistas y a que Partido pertenecen, y que fueron los malditos que aprobaron la Ley que Autoriza la Licencia a los Policias para matar dirgentes spociles?
Atentamente,
Ing. Luis Enriquez