miércoles, agosto 07, 2013

MITOS DEL SERVICIO MILITAR


La población asocia erróneamente la inseguridad ciudadana con servicio militar voluntario y cree que con el servicio militar obligatorio se acabaría con la delincuencia y el pandillaje; sin embargo, hay que recordarle que una de las mayores instituciones corrompidas de este país son las fuerzas armadas y fuerzas policiales; además, no son pocos los que sí han servido al ejército y no por eso somos más disciplinados ni los que más amamos a nuestra patria. En las siguientes líneas tratamos este tema de actualidad y a propósito de la reciente  celebración de fiestas patrias.

Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

El Perú tiene más de 190 años de vida republicana durante los cuales, se han producido  una serie de “conflictos” con los países [A. Z. L.1] fronterizos y durante los cuales el mapa peruano, ha sido cercenado en cerca del 50 %; lo cual significa que cada uno de dichos países han obtenido su buena “tajada” de superficie territorial. De otro lado, salvo la famosa Guerra del Pacífico entre Perú y Chile, en donde nos arrebataron Arica, no ha habido ningún otro conflicto bélico parecido, aunque el conflicto de 1941 y la guerra del Cenepa de 1991, con el Ecuador, también son dignos de mencionar, pero que terminaron con firmas de tratados de paz y con la entrega de pedazos de territorio al país del norte. Entonces,La pregunta es: Además, tanto fuerzas policiales como fuerzas armadas son fuerzas improductivas, mantenidas por el Estado, o mejor dicho por el pueblo peruano, ¿Qué rol juegan estas fuerzas, en un contexto exento de conflictos bélicos de gran envergadura y con políticos acostumbrados a entregar fácilmente pedazos de su territorio, en aras de la “paz”, la “democracia”, la “diplomacia”, “la convivencia pacífica entre vecinos”, etc., etc.?

En primer lugar, veamos lo que existe en el imaginario popular: se dice que a través del  servicio militar o policial, losjóvenes, forman su carácter, aprenden a ser disciplinados, aprenden algún oficio de carácter técnico, y sobre todo aprenden a “amar a su patria”. Mitos que son muy bien promocionados y que la población lo ha creído, por lo mismo constituyen las razones para que padres de familia reclamen y exijan al gobierno para que retorne el servicio militar obligatorio, bajo la creencia de que con ello se terminaría la delincuencia, las pandillas, la vagancia y se rescataría “el respeto a la patria y a la autoridad”. Sin embargo, las cualidades que se le atribuyen al servicio militar no pasan de ser mitos, falacias, construidas interesadamente por ciertos sectores sociales. Si fuera cierto, entonces ¿Cómo es que la policía peruana y al interior de las fuerzas armadas predomina hechos de corrupción y en todoslos niveles: bajo, medio, alto, altísimo, etc.? Si no,    pregúntenle al General Orlando del Águila, quien ya fue destituido por corrupto. 

 En cuanto al carácter, éste difícilmente se forma tan sólo con aprender a manipular un arma de fuego, dominar los ejercicios físicos o pasar algunas pruebas riesgosas y menos con la aprensión de un léxico procaz, vulgar y soez, sin mencionar los maltratos físicos y psicológicos que reciben los populares “moroquitos” o los que recién ingresan al mundo militar. Al contrario, bajo el intento de formar carácter lo que se está haciendo es disminuir al máximo la autoestima del joven, además de lograr una fuerte tendencia a reprimir algún rencor y hasta odio en su conciencia, los cuales son manifestados posteriormente, cuando se da la oportunidad de “cuidar el orden o la paz a nivel interno”, lo que significa enfrentarse a su propio pueblo. Bajo el disfraz de “disciplina”, lo que se forman son seres irreflexivos, seres humanos que a todo le digan “sí señor” y seres humanos que agachen la cabeza ante la explotación y la opresión, seres de espíritu cobarde, salvo cuando tienen un arma en la mano, etc., etc.    

Sobre la disciplina. Ciertamente se inculca disciplina; pero una disciplina que luego se traduce en obediencia ciega a las órdenes del superior. De allí el famoso principio “ordenes se cumplen sin dudas ni murmuraciones”, una disciplina que funciona bajo los parámetros de la estructura social establecida. Una disciplina en este sentido resulta peligrosa, más aún porque se aplica sobre el pueblo y contra el pueblo. Así, el militar de bajo rango aprende a ser “disciplinado” ante las órdenes de los militares de alto rango. Bajo este concepto de disciplina se anula la capacidad de reflexión, de observar las razones de otros, las del pueblo por ejemplo. El ejemplo concreto se observa cuando los militares y la policía están prestos, bajo una supuesta disciplina, traducida en obediencia ciega, a reprimir indiscriminadamente a la población civil, a meterle, palo bomba y  bala. Militar que se resiste a hacer estos atropellos contra el pueblo, según tal lógica, no sería un militar disciplinado e inmediatamente destituido tal como le sucedió a ese Comandante de Arequipa que se resistió a meter bala al pueblo que protestaba en contra de la privatización corrupta. 

El oficio de carácter técnico, es utilizado más como propaganda o como sebo para atraer a los jóvenes a los cuarteles; aunque en la práctica, el hecho que los jóvenes aprenden un oficio, puede ser cierto pero no es tan significativo cuantitativamente; ni tampoco es el objetivo ni el rol o función de los cuarteles militares enseñar oficios a los jóvenes; para ello están los institutos, centros donde al menos el trato es mucho más humano y respetuoso. Pero como vivimos en una sociedad hipócrita, porque por ejemplo, por un lado, los padres de familia castigan administrativa, penal y socialmente a losprofesores, cuando agreden a un alumno o alumna, bajo el criterio de que, en estos tiempos modernos, los alumnos ya no pueden ser tocados ni siquiera con el pétalo de una rosa, pero por otro, lado esos mismos padres de familia permiten que su hijo sea vejado, humillado, tratado menos que un perro, y, muchas veces, hasta asesinado en los cuarteles militares o las academias de policía bajo la creencia de que se le está enseñando a ser “disciplinado”, formando su carácter” o de que se le está enseñando a “amar a su patria”.    

Ahora, bien, la parte más importante: en cuanto a que en los cuarteles los jóvenes “aprenden a amar su patria”. Partimos de hechos reales. Quienes hacen el servicio militar son los hijos del pueblo, vale decir, hijos de la clase dominada; ya que los hijos de la clase dominante están exonerados sistemáticamente de dicho servicio o en todo caso pagan para ser exonerados. Si bien es cierto entran a los cuarteles pero entran como los “mandamases”, como jefes, como oficiales y rápidamente son ascendidos a comandantes, coroneles, generales, mariscales, etc., etc. precisamente son estos militares de alto rango quienes “no aman a la patria”, “nunca van amarlo”, porque la clase dominante, que es la que siempre gobierna este país, nunca desarrolló un espíritu nacionalista, patriota, de lo contrario no hubiésemos tenido a lo largo de nuestra historia,   los “regala patria” o “vende patria”, y siguiendo su propia lógica, nunca aman a su patria porque ellos no hacen servicio militar. Desde esta perspectiva, en los cuarteles pueden enseñar a los soldaditos amar a la patria, pero de nada sirve, porque ellos no son los que gobiernan este país. O es que ¿Acaso ese amor a la patria se demuestra metiéndole bala al propio pueblo, a su propia clase, a sus condescendientes? ¿Acaso ven un enemigo “extranjero” en un campesino, obrero o empleado, que muchas veces protesta reclamando sus justos derechos? ¿De qué sirve que el soldadito quiera a su patria, cuando por otro lado los gobernantes y la clase dominante lo regalan por tajadas o lo venden a los extranjeros a golpe de martillo? ¿De qué sirve ese amor a la patria con el cual, seguramente es formado el soldado, de raíz campesina, cuando los campesinos, son tratados como extranjeros en su propio país? ¿De qué sirve el amor a la patria que se le inculca al soldado raso, cuando el general está involucrado en alta corrupción, robándole el dinero al pueblo, de donde proviene el soldado al cual hipócritamente le enseña que ame a su patria? Son interrogantes que planteamos, a quienes mantienen esos mitos ya explicados a lo largo del presente comentario, planteados, eso sí, con el más profundo amor a mi patria, a la cual lo amo sin necesidad de haber servido en algún cuartel militar.

Finalmente, el “amor a la patria” se construye. Y, se construye cotidianamente, en cualquier lugar y en cualquier espacio donde uno se encuentre y através de cualquier buena acción en favor precisamente de la patria y se construye con el ejemplo. No se impone, ni se inculca, ni se enseña, menos a través de patadas, de gritos soeces y de castigos o de falsas disciplinas, como estoy seguro se hace en los cuarteles militares. El verdadero amor a la patria surge o germina  en el seno del propio pueblo, no precisamente en los cuarteles militares, los cuales hoy no hacen más que obedecer a la lógica de un orden social injusto. El verdadero amor a la patria se demuestra cuando el poblador humilde, campesino, obrero, empleado, ama de casa o estudiante se lanza a las calles a luchar en contra del saqueo de nuestros recursos naturales y contra la depredación de nuestros cerros y contra la  destrucción indiscriminada de las fuentes de agua. Aquí, en estas acciones se está demostrando un verdadero amor a la patria; mientras que quienes han pisado cuarteles militares demuestran lo contrario, más aún poniéndose de lado de las transnacionales o por lo menos cumpliendo las órdenes para que así lo hagan; y lo peor: alquilando sus aprendizajes de cuartel a las transnacionales por 50 ó 100 dólares. Entonces, dudo que sea cierto aquello que en los cuarteles se “enseña a querer a la patria”. En todo caso ¿La patria de quien? ¿De los ricos y de las transnacionales? No, no. ¡Esos no tienen patria!

Escrito: 25 de julio del 2013

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen comentario. Atte, Ing. Luis Enriquez Email: lenriquezb@gmail.com