LA RED
Elías Rojas Paredes
Los empresarios mineros saben que para
ganar plata hay que controlar a los cholos. Toda su política de responsabilidad
social se trabaja en la perspectiva de cooptar al dirigente, para ello los
ofrecimientos de dinero, de trabajo para él y sus familiares y convertirse en
empresario que ofrece servicios a la mina constituye parte de sus políticas.
Con el tiempo notaron que estas herramientas son insuficientes, para completar
esta responsabilidad social basada en corromper, transitaron a manejar
servicios de inteligencia que les proporcione información sobre la organización
social y la acumulación de descontento, esto les permitía adelantarse con
políticas clientelares, de represión con la siempre útil acusación de
subversivo. El peso represivo los llevo a instalar comisarias al interior del
campamento minero, de firmar acuerdos con la policía a cambio se suculentos
beneficios pecuniarios y carta blanca para las empresas de seguridad. Sin
embargo tener policías a disposición no infundía miedo ni atenuaba las protestas,
para ello se requiere una propuesta más sofisticada. Que responsa a la
organización social con organización social minera, que los discursos de
reclamo sean enfrentados por “el dialogo” y la alternativa social con la
“única” alternativa: la minería.
Llevar adelante tal propuesta requiere
gente con experiencia. Y para hacer ese trabajo sucio que mejor que recurrir a
los tránsfugas. No tuvieron que buscar mucho, encontraron que muchas ONGs
transitaban al cementerio en la medida que la cooperación internacional se
reduce rápidamente, allí encontraron su gente con experiencia, dándose con la
sorpresa que se pasaban hacia ese lado no solo la gente sino también la
institución.
Dando un giro de 180 grados, ahora el
discurso es que sin minería no hay desarrollo. ¡Viva la minería! El discurso
adquirió un tono justificante barnizado de alguna perorata “técnica” para
decirle al pueblo que minas puede haber hasta en las ciudades, que están no
contaminan porque son modernas y que las ganancias de la empresa, del cual da
un dinerito para la posta, la escuelita que es presentado como desarrollo, así
que cállate.
Y surgió la ONG “dialogo minero…”, con
un fuerte financiamiento de las empresas mineras, su misión es la creación de
la organización social minera, la que desde la sociedad civil defienda a las
empresas, que ataque a los verdaderos dirigentes sociales y que se dedique a
hablar de “desarrollo, proyectos, obras y trabajo” como estrategia de
responsabilidad. De esta manera nace el organismo generado autodenominado “red
de líderes sociales”. Los guardianes socráticos de la minería.
Los
operadores mineros
“Dialogo minero…” es un proyecto que
para existir no solo debe ingresar al terreno del conflicto medioambiental,
sino que debe mostrar que es capaz de tener éxito. Dos fueron las regiones que
se constituyeron en el laboratorio; Arequipa y Moquegua. En Arequipa el tener
un gobierno de derecha y minero, que cogobernaba con un conjunto de operadores
políticos (cargadores) facilito el trabajo. Rápidamente fueron cooptados los
cargadores, siendo muy útiles estos sujetos, ya que con Arequipa pueden generar
presión social para lograr los objetivos de las empresas mineras. Tan cierto es
ello que las únicas fotos que publican con movilizaciones son las de Arequipa y
las que presiden sus integrantes: los cargadores. El caso de Moquegua tiene
casi las mismas características, un presidente regional minero y un conjunto de
oportunistas que encontraron en los arreglos con la minera Quellaveco la
oportunidad de ganar dinero. Facilitando con ello la división del movimiento
social.
Bastaron esos dos hechos para mostrar
la importancia que adquiere para los empresarios mineros tener su propia
organización social minera. Lo que significa que hay que consolidar a los
operadores, a sus instituciones. Para ello se procede a articular a todas las
empresas que trabajan en prevención de conflictos medioambientales, en
políticas de responsabilidad social. Lo que significa que “dialogo minero…”
crece en espacio, en responsabilidad y en financiamiento. Un segundo tema es la
conformación nacional de la “red de líderes sociales”, para ello se tiene que
financiar a los principales operadores, sea por la vía de la remuneración, los
viajecitos y el pago de costosas capacitaciones. Con ello se procede a armar
organizaciones sociales mineras a lo largo del país. Una tercera etapa es de
legitimarlos como dirigentes sociales, construyéndoles la imagen de lo que debe
ser un dirigente, para ello se pone a disposición los medios de comunicación y
periodistas que están al servicio de la empresa minera y claro presentarlos en
el jet set de los certámenes mineros como los dirigentes responsables. Un
cuarto proceso es codearlos con los intelectuales mineros, para que con ellos
jueguen en pared en la perfecta coincidencia de lo bueno que es la minería.
¡Toda una operación tenaza!
Así como la embajada de EE.UU. reúne a
los embajadores de los países de las empresas mineras para tratar sus intereses
en nuestro país. De igual forma estos países han encontrado la piedra filosofal
que les permitirá tener un mayor control social sobre los cholos peruanos. Y
como no entran en retrecheses la Unión Europea financia con dos millones de
euros a “dialogo minero…” y su organismo generado la “red de líderes sociales”.
Es casi seguro que lo mismo deben hacer EE.UU. y Canadá, etc. Y si a ello se
suma el financiamiento de las empresas mineras podremos concluir que los
operadores mineros nadan en dinero. Como será de bueno esta estrategia que en
todos los países de América Latina se vienen constituyendo sus organismos de
dialogo minero y su propia organización social minera. Esto ha pasado a ser una
estrategia global, que como se ha dicho nadan en dinero para hacer realidad los
intereses de empresas mineras transnacionales.
El
desborde fascista
La estrategia que manejan desde las
empresas mineras a través de “dialogo minero… “y la “red de líderes sociales”
tiene un contenido fascista. Para ellos el blanco de ataque es la izquierda,
los ambientalistas, los defensores de los derechos humanos, los nacionalistas,
etc. En la medida que esto viene a constituir una política planificada, que no
se reduce a “dialogo” y la “red”, sino que involucra a otros operadores que
expresan un solo discurso y una sola orientación estratégica. Esta es una
estrategia de aniquilamiento, no necesariamente físico, que busca la expulsión
del espacio público, de lo social y de la política a la izquierda. Son un
proyecto dictatorial, con una enorme intolerancia, además de ser profundamente
conservadores y homofóbicos.
En esta estrategia de aniquilamiento el
rol de “diálogos minero…” y la “red de líderes sociales” es atacar a la
izquierda, pero no a partir del discurso político e ideológico, sino desde los
personal. Que no es potestativo de los operadores locales –que le ponen su
expertise, como dice vitrolas, en sus ataques- sino es una política nacional
que ha determinado ese rol. Por ello se concentran en llamar mentirosos,
odiadores, envidiosos, resentidos, frustrados, doble moral, caviares,
fracasados, etc. hecho ello, se arrogan la representación social a partir de
“presentar propuestas”, que en realidad no tienen, pero que les sirve como
discurso para legitimarse en el espacio mediático minero y en las “tertulias”
mineras. De esa forma atacan para defender los intereses de sus patrones.
Al tener un rol de guardian tienen que
articularse a los poderes de facto locales, participar con los lobbystas en el
“faenón” de los negocios y mantener contacto con los periodistas mineros.
Entonces, el rol de guardian significa defender y atacar. Lo que eleva la
intolerancia debido a que la defensa pasa a ser impunidad. En este aspecto su
rol se traduce en la defensa abierta de los poderes de facto; defensa de los
contratos, convenios, concesiones que ha firmado con el Estado y defensa de los
operadores que ahora son funcionarios. Esta defensa es cerrada y sectaria.
En el plano de la organización social,
la clave esta en el control no en el ejercicio de la democracia. Para ello
establecen mecanismos verticales de arriba hacia abajo, de mando y ordeno. En
esas condiciones la organización tiene en la participación de matones hacia
adentro tiene la función del control del reclamo y de la no participación y
hacia afuera en el enfrentamiento violento.
En suma por el modelo que representan,
los intereses que defienden, el discurso que levantan y la organización que
propician tienen en su esencia un contenido fascista. El mismo que va
haciéndose cada vez mas visible.
Estamos, pues, ante organismos generados desde la derecha para propiciar
el enfrentamiento social de pueblo contra pueblo. Que tienen la misión clara de
atacar a la izquierda, impulsando su exclusión y la marginalidad política y
fomentar el individualismo, la competencia y el arribismo. Junto a ello lo más
importante, el fomento de la corrupción como herramienta de control social de
operadores y amplios sectores sociales. Todo ello expresa la voluntad de las
clases dominantes de derrotar a la izquierda en el tejido social, para ello
todos los métodos son validos. Estamos avisados.
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