El
llanto de Máxima no es un llanto aislado, es el llanto de todo un pueblo
campesino, que viene siendo maltratado, antes por los terratenientes, que le
despojaba de sus tierras; hoy, por las transnacionales, buscadoras de oro, a
costa de destruir la naturaleza. De allí que se puede decir que el llanto de
Máxima es también el llanto de la naturaleza.
El día 3 de febrero la Sra. Máxima Acuña de
Chaupe (más conocida como “la familia Chaupe”, al incluir a todos los
integrantes de su familia), narró con desesperación, impotencia y entre
llantos, haber sido, por enésima vez, víctima de un “monstruo” minero, que ya
ni siquiera es necesario mencionar su nombre, porque todo el pueblo
cajamarquino, el Perú y el mundo lo conoce. Está vez su agresión, estuvo llena
de odio, quizá porqué perdió el juicio ante esta familia, el cual se expresó en
la destrucción de la parte ampliada de su humilde vivienda, haciendo uso, claro
está, de una policía mercenaria, su fuerza de seguridad y en presencia
probablemente de algunos de sus funcionarios. Todo indica que esta
transnacional, luego de haber perdido el juicio que tuvo con la familia Chaupe
al parecer también ha “perdido el juicio”, o mejor dicho viene sufriendo
unacrisis de demencia, al haber emprendido toda una campaña agresiva, temeraria
y de hostigamiento en contra de una humilde familia campesina, que haciendo
comparaciones análogas se puede decir que “la bestia” está agrediendo
constantemente a “la bella”. “La bella”, obviamente está representada en la Sra. Máxima. Bella,
porque esta dama campesina, quizá sea la única en la región Cajamarca y en el
país, que ha tenido el coraje, la valentía, de hacerle frente a una
transnacional, que en términos de poder económico, político y social sí que ¡es
un verdadero monstruo!!! Y doblemente bella, porque tiene nervios de acero para
resistir frente a los permanentes hostigamientos y ataques directos como el que
acaba de perpetrar esta transnacional. Esa cualidad de resistencia, de coraje,
de indignación y de perseverancia, para defender sus derechos y el medio
ambiente, que tiene la familia Chaupe, debe ser asumida, imitada, también, por
los cajamarquinos y peruanos en general, por todos los campesinos y campesinas;
y, por todos los dirigentes, líderes y luchadores sociales y, así tal vez,
nuestras luchas en contra de los mega proyectos mineros serían más efectivas.
El llanto de la señora Máxima no es
cualquier llanto, no es un llanto aislado, individualizado, ordinario o común;
el llanto de esta campesina es un llanto que tiene eco, o que la va tener, no
sólo en Cajamarca, sino en todo el Perú y en todo el mundo; puesto que en este
llanto se condensan las lagrimas de todos aquellos pueblos que venimos siendo
agobiados por la prepotencia y el abuso de las empresas transnacionales sean
éstas mineras o de otro tipo. Prepotencia y abuso que tienen cómplices; y,
todos sabemos quienes son, que los elegimos cada cinco años para que lleguen al
sillón presidencial o congresal, pero que luego se transforman en nuestros principales verdugos. Estos cómplices del
abuso y la prepotencia del capital, sin duda practican la “política del avestruz”:
entierran la cabeza frente a las transnacionales; pero la levantan para
reprimir a la población indefensa, desarmada y débil, como lo están haciendo
con la familia Chaupe. El llanto de la familia chaupe es la clara demostración
que en este país los gobernantes que elegimos cumplen un rol de gendarmes
contra el pueblo, de “guachimanes de palacio”, como diría en algún momento don
Isacc Humala, en alusión a su propio hijo; gerentes o administradores
asalariados de las trasnacionales; es decir, hace rato que los gobernantes de
nuestro país, jamás cumplirán rolesde estadistas, “señores gobernantes” o de verdaderos
gestores del desarrollo social. En general, el llanto de la familia Chaupe
demuestra que las transnacionales fácilmente edifican su propio Estado, sus
propias leyes (las de la fuerza y la imposición a palo, bomba y bala) o mejor
dicho, ya han construido su “propio estado de derecho”.
En el llanto de Máxima se condensa el
sufrimiento de todos los campesinos peruanos que históricamente fueron
despojados de sus tierras por los oligarcas criollos, al igual que hoy lo están
siendo por “oligarcas” de nuevo tipo. Estos “oligarcas”, son mucho más modernos
y, además, extranjeros; son mucho más sofisticados, utilizan como principal
estrategia la división o fragmentación social; la corrupción a los gobernantes,
y el despojo toma el nombre “Concesión”, palabreja que oculta la expropiación y
el despojo, precisamente. Y estos oligarcas de nuevo tipo no sólo despojan de
sus tierras al campesino sino que, además, destruyen suelos agrícolas,
haciéndoles gigantes tajos; y, también destruyen fuentes de agua, colchones
acuíferos y en otros casos lo contaminan; lo que significa que estos
despojadores modernos son mucho más letales y más peligrosos.
Finalmente, sin duda, el llanto de Máxima
nos conmueve, nos indigna, aparentemente nos hace sentir impotentes, como
pueblo; pero en realidad nos fortalece, nos llena de coraje, y obviamente, hoy
constituye un mecanismo motivador para que los pueblos se organicen, se unan y
luchen en contra del mega proyecto Conga y de todos los Congas existentes en
nuestro departamento y en nuestro país. Desde esta perspectiva, el llanto de
Máxima, viene a ser el “fertilizante líquido”, que sin duda fortalecerá la
lucha popular por la protección de nuestra agua; por la recuperación de partes
de nuestro territorio, que están en manos de las transnacionales; por la
recuperación de la soberanía y dignidad de los peruanos, la misma que hoy está
en manos de una clase política derechista y vende patria.
Escrito, 3 de febrero del 2015
Declaran inadmisible recurso de Casación interpuesto por Yanacocha en caso Chaupe
Sala Penal de Apelaciones tomó esta decisión
La Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca declaró inadmisible el recurso de casación interpuesto por Minera Yanacocha S.R.L. en el proceso entre la minera y la familia Chaupe
Este dictamen es en contra de la sentencia del 17 de diciembre del 2014; en la que se revocó el fallo emitido por el Juez del Juzgado Unipersonal de la provincia de Celendín y se absolvió de la acusación fiscal por el delito de usurpación agravada a Jaime Chaupe Lozano, Elías Abraham Chávez Rodríguez, Máxima Acuña Atalaya e Ysidora Chaupe Acuña.
Como se recuerda, la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca, ordenó en la sentencia del 17 de diciembre del 2014, anular los antecedentes generados en contra de los acusados, así como la cesación del desalojo preventivo de los Chaupe del predio Tragadero Grande
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