miércoles, abril 01, 2015

EL OCASO DE UN “TRAIDOR”

Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Será muy difícil, por no decir imposible para Ollanta Humala, evitar que el pueblo peruano le llame o le reconozca como el “traidor” y probablemente con ese apelativo será recordado a lo largo de nuestra historia republicana. Y, es que en lugar de la Gran Transformación prometida durante su campaña electoral, lo que en realidad el pueblo observó y sintió fue la gran traición. En todo caso realizó una gran transformación, pero no en el país sino en su personalidad. Lo que le acaba de suceder políticamente con la Censura a su primera Ministra le va significar su larga y penosa agonía, porque ya es un hecho que se ha quedado sólo. Después de todo, como dice el popular dicho “SE COSECHA LO QUE SE SIEMBRA”. 

Es evidente que con la censura a la Ministra Ana Jara y, a través de ella, a todo su gabinete, la clase política conservadora y los grupos de poder económico como la CONFIEP y las transnacionales están demostrando que las “caricias de gato”, otorgados, al menos durante los tres primeros años, hacia el más fiel servil, es decir, hacia Ollanta Humala, en particular a Nadinne, a punto de encuestas, ha concluido. De aquí hasta la culminación del resto del corto periodo gubernamental que queda, las contemplaciones, comprensiones y tolerancia con él y con su esposa, se acabaron; entonces, los titulares en las portadas de la prensa, hablada, escrita y televisiva, sobre todo de aquella que pertenece a los empresarios, encabezados por el grupo El Comercio se tornarán más agresivos con la pareja presidencial y con sus más allegados; en este sentido, saldrán a luz más hechos de corrupción, más cuestionamientos al gobierno; puesto que el objetivo de la Alianza aprofujimorista y del resto de la derecha bruta y achorada de este país sería cuestionar y demoler, a todo lo que haga y deje de hacer el humalismo, buscando “borrarlo” del mapa político y del escenario electoral. ¿Pero, por qué actuar así, tan severamente, con un gobernante que por un lado se convirtió en el más fiel servidor de la derecha y los grupos de poder económico y entreguista de las transnacionales; convirtiéndose al mismo tiempo en un vil traidor de un pueblo que le otorgó su más sincera y honesta confianza, a través de su voto?
Una primera razón radica en que Humala demostró ser absolutamente débil, desde la perspectiva política o mejor dicho un personaje sin solidez política ni ideológica. En este sentido fue precisamente el personaje perfecto que se ajustaba a los deseos e intereses de la derecha y de los grupos de poder económico. Ollanta, sabía mucho de manejo de armas, de comandar un batallón de soldados y de dar órdenes; pero desde la perspectiva política fue un personaje que clamaba por un titiritero, es decir por alguien que lo maneje, que lo asesore en asuntos de gobierno y de Estado. En este contexto, todos los peruanos recordamos que casi al final de la campaña electoral del 2011, de pronto aparecen los Vargas Llosa, lobystas de las transnacionales, muy reconocidos en el mundo, tan prestos ellos, se subieron a la combi del “nacionalismo” y se convirtieron en sus más visibles “GARANTES” para que Humala se convierta NO en un gobernante, ni mucho menos en un estadista, sino en un simple administrador de la economía o tal como lo dijo su mismo padre, don Isacc Humala, en el “Guachiman de Palacio”. A propósito de Garantes, es oportuno agregar que a pocos días de la Censura a Ana Jara, la derecha, a través de los Vargas Llosa ya le habían bajado el dedo o mejor dicho lo habían “censurado” a Ollanta Humala, cuestionándolo, por no “haber recibido” a la delegación de los opositores derechistas venezolanos. 
Otra razón, es que la derecha peruana y los grupos de poder económico, junto con las transnacionales, están demostrando que ellos no son conformistas, tampoco están dispuestos a poner en riesgo ni siquiera un miligramo de sus intereses económicos. Pese a que en el fondo la derecha ha sido en la práctica, quien ha gobernado, quien ha decidido las políticas públicas y sociales, a través de apristas, fujimoristas, toledistas, pepekausas, etc., etc. mientras que Humala sólo a sido una “pantalla”, un fiel administrador un Gerente, es decir, todo eso, menos un gobernante, la derecha le acaba de propinarle su más duro golpe político, con lo cual asegura que el nacionalismo no tendrá nada que hacer en el próximo escenario electoral, que prácticamente ya se ha iniciado. Con el “golpe blando”, como le llama “patria Roja” a la Censura, la derecha está diciendo “Usted señor Humala nunca ha sido santo de nuestra devoción” “Con usted jamás comulgamos ni políticamente ni ideológicamente”, “usted simplemente fue producto del azar histórico, de un contexto, de una coyuntura”, “nuestros candidatos naturales son Alan, Keiko, PPK, Lourdes, Brad Pitza, Castañeda Lossio”. Efectivamente, la derecha de este país también es producto de la historia, que se hizo a imagen y semejanza de los capitales criollos y transnacionales. Su reino data desde un poco más atrás de la llamada “independencia”, lograda en 1821; una derecha o clase política vende patria y ultraconservadora, que por nada en el mundo quiere abandonar ese espíritu dominante y entreguista; y que está dispuesta a arrasar con todo aquello que signifique cambio social con equidad y justicia social. 
Desde esta perspectiva es fácil de explicar el hecho político que acaba de ocurrir con Ana Jara; pues, los intereses económicos de las trasnacionales y de los grupos de poder criollos están a punto de ponerse en riesgo, y con ellos el modelo económico neoliberal del capitalismo salvaje, como resultado del movimiento social que está generándose en norte, centro y sur, encabezados por regiones como Cajamarca, Piura, Arequipa, Junín, San Martín, Loreto, etc. Los megaproyectos mineros, entre éstos Conga, no están siendo ejecutados tal como quisieran sus promotores y ejecutores, por el contrario, muchos de ellos, probablemente ya ni siquiera se ejecuten. Es aquí entonces que, desde la lógica de los capitalistas, quienes no tienen conciencia ni rostro humano, “es necesario endurecer mucho más las políticas de gobierno”: Si es necesario meter a la cárcel a todos los ambientalistas, pues hay que meterlos; si es necesario abriles juicio hasta por una mala mirada que éstos den, pues hay que hacerlo; y, si es necesario eliminar a alguien, para escarmentarlo y que sirva de espejo a los demás ambientalistas, pues, también hay que hacerlo. En este contexto y con tales criterios es que se debe desenvolver el nuevo y último Gabinete, el cual, indudablemente, será constituido a imagen y semejanza de los objetivos de la CONFIEP, del Grupo El Comercio y de las transnacionales mineras, gasíferas, petrolíferas, etc. etc. 
En fin, según se comenta, después de 63 años, el poder legislativo vuelve a censurar a un primer Ministro, en la persona de Ana Jara. Sin embargo, contrario a lo que muchos creen, tal censura NO CAMBIA NADA, que no sea sólo la forma o la apariencia. Vale decir, un cambio que no va más allá de los acomodos y reacomodos; y en función a los sagrados intereses económicos de la clase dominante y en función a la coyuntura electoral. La desesperación de la derecha de recuperar todo el poder es tal que tranquilamente puede acortar el periodo del régimen ollantista, provocando, incluso, elecciones presidenciales anticipadas. Pero eso no cambia en nada la estructura económica, el modelo económico sigue su curso. Al contrario, en política, los cambios en las formas se dan precisamente para evitar los cambios del fondo. Por ello es que para el pueblo, la censura a Ana Jara, no significa nada, le es indiferente, puesto que la mayoría de peruanos piensa que la censura se lo merecía por traidor. Siendo así, entonces, el pueblo sólo debe seguir el curso de los acontecimientos políticos, de estos días, de manera serena y tranquila; pero, firme en sus luchas, en sus protestas en contra de los proyectos mineros, hidroeléctricos, madereros, etc., porque el pueblo sabe que sólo la lucha lo hará libre y que acontecimientos como el de Ana Jara, ciertamente, son significativos políticamente; pero, también, pueden significar sólo una cortina de humo más y un efectivo distractor más, para desviar la atención popular de los verdaderos problemas socioeconómicos y morales que afectan nuestro país; mientras los entreguistas y vende patria se acomodan, reacomodan, preparan el escenario electoral y eliminan de ese escenario a todos quienes se opongan a sus grandes y sagrados intereses económicos. 
Escrito 30 de marzo del 2015

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