En Cajamarca, Yanacocha quiere ejecutar una nueva explotación aurífera junto al río Grande. Pero la Autoridad Nacional del Agua le exige parámetros de limpieza ambiental que la minera se resiste a cumplir.
Por
Milagros Salazar.-
Una
negociación controversial pero asordinada entre la minera Yanacocha y un sector
del gobierno se aproxima a una decisión. La empresa pide el permiso para
ejecutar dos operaciones a tajo abierto cerca del río que es la principal
fuente de agua para los habitantes de la ciudad de Cajamarca.
De ser
permitidas, tales operaciones a gran escala permitirían a la compañía remover
más de 85 millones de toneladas de mineral aurífero que luego serían procesados
en las pozas de cianuro. La venta del oro producido podría representar unos
3 mil 500 millones de dólares [1].
Los
proyectos están etiquetados en la Dirección de Asuntos Ambientales Mineros del
Ministerio de Energía y Minas (Minem) como la “Segunda modificación del EIA
Proyecto Suplementario Yanacocha Oeste” y “Tercera Modificación Proyecto Carachugo Suplementario Yanacocha
Este”.
Las
nuevas operaciones generarían importantes utilidades para la empresa y, por
ende, una interesante recaudación de impuestos para el Estado. Pero a la vez
suponen un potencial peligro tóxico para los cajamarquinos, de acuerdo con informes
técnicos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), del ministerio de
Agricultura.
Informe
técnico de la ANA sobre el proyecto Yanacocha Oeste.
El
peligro existe, según fuentes de la ANA, porque Yanacocha solicita que se le
permita descargar sus efluentes a la sub-cuenca del río Grande, con un nivel de
tratamiento que apenas hace aptas las aguas para el riego y el ganado.
Es que
cerca del 70% del agua que se potabiliza para el consumo de Cajamarca depende
del río Grande y uno de los puntos de captación de agua para abastecer a la
ciudad se encuentra en la zona que Yanacocha plantea operar, según confirmó a IDL-Reporteros
la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento de Cajamarca (Sedacaj).
Tajo abierto
Ambos proyectos amplían otros dos previos que
comenzaron en 1995, en el caso de Yanacocha Este-Carachugo, y en 2007, el de
Yanacocha Oeste. Sin embargo, la ampliación supone abrir un nuevo tajo a cielo
abierto y extender otros. Ello demandó a la compañía pedir los permisos para
modificar el estudio de impacto ambiental vigente en la zona con el propósito
de incluir las nuevas operaciones. Y así lo hizo.
Pero los técnicos de la Dirección de Gestión
de la Calidad de Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA)
plantearon entre setiembre y diciembre de 2012, varias reservas y observaciones
por los potenciales impactos negativos de los proyectos en las aguas del río
Grande, principalmente el de Yanacocha Oeste.
Esta última actividad es la más ambiciosa. El
proyecto, ubicado a 18 kilómetros de la ciudad de Cajamarca, implica excavar un nuevo tajo llamado La Quinua Sur y ampliar
otro tajo en una extensión de 1 millón 174 mil 200 metros cuadros (117.42
hectáreas) que equivale a 180
veces el tamaño del campo de juego del Estadio Nacional.
La empresa tiene proyectado extraer de esta
operación, 81.72 millones de toneladas de mineral aurífero, lo que representa
el 96% de la producción planificada para esta dos nuevas actividades.
La solicitud para modificar el estudio
ambiental de esta operación fue presentada
por Yanacocha al Ministerio de Energía y Minas en diciembre de 2011; y el de
Carachugo en abril de 2012. Tres meses después,
la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros de ese ministerio, solicitó
la opinión de la ANA al respecto.
En setiembre último, la ANA emitió 30 observaciones al proyecto Yanacocha Oeste, según su informe técnico N°049-2012-ANA-DGCRH/PAAE. La empresa no respondió satisfactoriamente a más de la
mitad de estas recomendaciones,
diecisiete, como consta en el informe técnico N°062-2012-ANA-DGCRH/PAAE que
elaboró la ANA en diciembre.
En ambos informes técnicos, la observación
principal es que Yanacocha propone que los impactos en las aguas superficiales
del río Grande, donde realizaría sus operaciones, sean monitoreados según el Estándar de Calidad Ambiental (ECA) de aguas que sirven para el riego o para ser
tomadas por animales, pero no para los seres humanos.
“Las actividades propuestas se encuentran
dentro de la cuenca del río Grande correspondiente a la parte de Mashcón (…) el curso se encuentra relacionado con la producción de agua
potable destinada al abastecimiento de la ciudad de Cajamarca”, señala
el informe de la ANA sobre Yanacocha Oeste.
Según la Resolución Jefatural N°202-2010-ANA, desde 2010 esas aguas
deben tener el nivel de pureza
establecido en la categoría 1-A2,
para consumo poblacional, y
ya no de clase 3, como lo
permitía la antigua Ley General de Aguas, de fines de los 60 del siglo pasado.
Observación al proyecto Yanacocha Este-Carachugo.
Sucede
que a partir de 2008 se aprobaron nuevos estándares de calidad
ambiental para las aguas, debido a que los anteriores eran muy laxos.
Comparativamente, el nuevo estándar para medir la presencia de arsénico en las
aguas tratadas que devuelven las minas al río, ahora es 95% más exigente que la
antigua legislación. Para el cadmio, 94% más; para el mercurio y zinc 80% más
estricto y el plomo 50%.
Según los
informes de la ANA, los nuevos parámetros deben aplicarse de manera inmediata a
partir de 2008, puesto
que se tratan de nuevas actividades y debe evitarse cualquier daño a la
población.
Observación
de la ANA sobre las nuevas actividades en Yanacocha Oeste.
Entre
papeles
¿Qué
responde la empresa? De acuerdo a las respuestas enviadas a ANA, Yanacocha se
ha centrado en la discusión legal antes que en calibrar y prever el posible
impacto ambiental de sus operaciones. Resulta que en junio de 2011, el Ministerio del Ambiente aprobó un decreto
supremo para que las empresas que desarrollaban actividades antes de
que se fijaran los nuevos parámetros, presenten un plan de adecuación
para construir nueva infraestructura y tecnología para tratar las aguas.
Para el
caso de los límites máximos permisibles, el plazo máximo de adecuación era
octubre de 2014 y para los ECA, diciembre de 2015. Con esa base, Yanacocha
sostiene que tiene ese plazo para adecuarse a las nuevas exigencias y que
mientras tanto puede tratar los efluentes de sus nuevas operaciones en su
planta actual.
Pero los
informes de la ANA persisten en señalar que la evaluación de los posibles daños
generados por las nuevas actividades debe realizarse según la norma vigente
para proteger a la población.
Informe
técnico sobre el proyecto Yanacocha Este-Carachugo.
Sobre
este punto, hay un documento que llama la atención. En la página 44 del resumen
ejecutivo del plan de implementación de los nuevos estándares, la empresa
propone un cronograma de adecuación hasta el 2018. Es decir, cuando las
nuevas operaciones de Yanacocha Oeste y Carachugo, hayan concluido y el
Estado no pueda exigir ningún estándar ambiental actual. El tiempo de
operación del tajo del primer proyecto es por cinco años y, el segundo, por un
año.
“El plazo
establecido para el cumplimiento de los ECA Agua que concluye el 2015, es
insuficiente para llevar a cabo los procesos de planeamiento, diseño,
desarrollo de la ingeniería de detalle, procesos de contratación, pruebas y las
puesta en marcha”, dice el
documento presentado por Yanacocha al Minem el 3 de setiembre de 2012 y elaborado
por la consultora Ausenco Vector.
Cronograma
del plan de adecuación de nuevos estándares ambientales de Yanacocha.
IDL-Reporteros se comunicó con el Gerente de
Comunicaciones de Yanacocha en Cajamarca, Valentín Ahón, para conocer la
versión de la empresa. Pero éste respondió por correo que “en este momento
no consideramos conveniente otorgar una entrevista respecto a un tema que aún
no ha sido resuelto”.
IDL-R insistió, y logró comunicarse
telefónicamente con el representante legal de Yanacocha, Luis Miguel Pigati,
que evitó responder de manera directa sobre estos puntos controversiales. Por
el contrario, señaló que aún “no hay nada oficial de ANA” y que el caso
“continúa en evaluación técnica”. Además, aseguró que el plan hacia 2018 es
“una alternativa B”, aunque en el documento queda claro que se trata de la
apuesta de la compañía.
Las
observaciones de la ANA fueron enviadas en diciembre por su principal
directivo, Hugo Jara, al viceministro de Minas, Guillermo Shinno. Los
documentos estuvieron acompañados por oficios en los que Jara advierte que la “ANA
no puede emitir opinión favorable al citado estudio ambiental” porque
la empresa no ha logrado responder satisfactoriamente a todas las
recomendaciones.
Carta
enviada por Hugo Jara, jefe de la ANA, al viceministro de Minas Guillermo
Shinno.
Desde el
punto de vista legal, el Ministerio de Energía y Minas no puede emitir ningún
permiso a Yanacocha si es que antes no cuenta con la aprobación de la ANA. Es
por esta razón que las llamadas y visitas de los representantes de Yanacocha, a
las instalaciones de la ANA, en San Isidro, y el Minem, en San Borja, han sido
más frecuentes. El gerente de Permisos Ambientales de Yanacocha, Julio
Bonelli, es uno de los más diligentes.
Bonelli
sabe muy bien cómo funciona el Estado por dentro. Antes de cruzar al otro lado
del mostrador fue director de Asuntos Ambientales Mineros del Ministerio de
Energía y Minas. Hace
pocos días, se reunió con el jefe de la ANA y con Betty Chung, directora
de Gestión de la Calidad de Recursos Hídricos, oficina que emitió las
observaciones a Yanacocha.
Fuentes
informadas sobre estos diálogos indicaron que la empresa se comprometió a
resolver la mayoría de las observaciones pero aún no acepta respetar los
parámetros ambientales vigentes desde el inicio de las operaciones en el río
Grande.
De
acuerdo con las fuentes, Yanacocha indicó que prefiere un análisis legal y que
lo tratará con los abogados de las direcciones involucradas.
Representantes
de Yanacocha: Julio Bonelli, gerente de Permisos Ambientales, y Luis Miguel
Pigati, representante legal.
El 16 de
enero, un Power Point impreso que sustenta la posición de Yanacocha fue enviado
a la abogada Katherine Paredes que trabaja en el área de Chung, a través del
secretario general de la ANA, Francisco Dumler.
Según
esta presentación, los dos expedientes observados por la ANA son los que
generan “mayor impacto en la producción” de Yanacocha.
Betty
Chung, una química de carrera que trabaja atiborrada de expedientes, señaló a IDL-Reporteros
que el deber de los técnicos es proteger las fuentes de agua por más que
acusen a su institución de congelar las inversiones privadas.
Chung
señaló que las empresas sabían desde 2008 de la vigencia de los nuevos
estándares ambientales y que debieron haber actuado para adecuarse a
tiempo. Recalcó que los pedidos de ampliación de Yanacocha son
actividades nuevas, sujetas a los estándares actuales.
Los
técnicos de la Dirección de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente
consultados por IDL-R, se pronunciaron en la misma línea.
¿Y qué
dice el Ministerio de Energía y Minas? El médico Manuel Castro Baca, director
general de asuntos ambientales mineros, evitó responder. Sólo señaló que el
caso ya había sido aclarado con la ANA en una reciente reunión. La abogada del
área, Maritza León, manifestó telefónicamente a IDL-R que luego que la
ANA concluya su labor, el Minem tomará una decisión que “no afecte el ECA
para proteger las aguas”.
Uno de los capítulos más recientes tuvo lugar
en la tarde del martes 22 de enero, en una reunión que comenzó en un clima
tenso. Ahí, los representantes de la empresa se comprometieron en enviar en una
semana, las respuestas de Yanacocha a las 17 observaciones pendientes de la
ANA, referidas a proteger las aguas en la zona del proyecto de Yanacocha Oeste.
El desenlace se dará en los próximos días,
pero ya no en silencio.
http://idl-reporteros.pe/2013/02/04/el-tajo-junto-al-rio/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario