“Sí hay una muerte no, puede haber suspensión. La muerte es muerte, la
suspensión implica resurrección, volver a vivir. Y si esto sucede, dentro de
dos años tendremos una momia. Conga: La momia de
KUCZYNSKI Y DE LA NEWMONT” A.Z. LINGÁN
Por Sociólogo:
Avelino Zamora Lingán.
Hace algunos días
Pedro Pablo Kuczynski, representante de la crema y nata de la DBA (derecha
bruta y achorada), anunció la “muerte” del mega proyecto Conga, cuando indicó
“el proyecto conga está muerto, por lo menos por dos o tres años”. No cabe ninguna duda que la palabra del
ultra-liberal y pluto-tecnócrata suena, en los oídos de gobernantes y
accionistas de transnacionales, a ley y orden. De igual manera, otro
representante de la misma camada ideológica, perteneciente al fujimorismo, se
paseó por todos los instrumentos mediáticos cajamarquinos para, según él, “exigir”
al gobierno, aprendiz de nacionalista, la “urgente suspensión” de dicho mega
proyecto, lanzando al mismo tiempo altisonantes “cantos de sirena” para que tal
vez muchos ingenuos le otorguen confianza tal como lo hicieron en la campaña
electoral, elevándolo a la categoría de “padre de la patria”. En el mismo
sentido es posible que representantes del autodenominado Colectivo Cajamarca,
(operadores apasionados de la transnacional minera) hayan tirado la toalla, o
mejor dicho se hayan dado por vencidos en su propósito de lograr que Conga Vaya en el más corto plazo, por
lo que han viajado a Lima a reunirse con el Premier Jiménez Mayor, probablemente
para “exigir” por un lado la ampliación del Estado de Emergencia, por 30 ó 60
días más; por otro, sumarse, con el dolor de su alma, a la alternativa de la “suspensión”
del mega proyecto y, como si esto fuera poco, a solicitar disqué al gobierno para que les
lance un salvavidas financiero (rescate
financiero), porque, según andan rompiéndose las vestiduras, quejándose que
pierden millones de dólares por culpa de las protestas sociales. ¿Qué se creen
los señores del Colectivo? ¿Acaso tienen complejo de banquero norteamericano?
En fin, ya no se sabe que es lo que realmente buscan: algunos hablan de
suspensión, otros hablan de postergación, el Sr. Richard O’Brien manifiesta que
su mega proyecto se mantiene en los planes de l Newmont; mientras los
“nacionalistas”, repiten en coro que “los dos años de suspensión servirán para
que la transnacional asegure a los cajamarquinos agua en abundancia y de
calidad”; por su parte los curitas no pierden el tiempo y todos los días se
esfuerzan por “sensibilizar” a “Goyo”, clamando a los cuatro vientos dialogo,
dialogo y dialogo. Pues para el oficialismo y para la transnacional Gregorio
Santos es el único malo de la película, por no sentarse a dialogar o mejor
dicho a aceptar que Conga Vaya sí o sí.
El titular
periodístico “suspenden Conga”, aparecido en el diario La República el 22 de
agosto, puesto, seguramente, a partir de las declaraciones del dueño máximo de
la Newmont, Richard O’Brien y que el
gobierno debe oficializarlo, porque no le queda otra salida, ante la férrea
resistencia del pueblo cajamarquino, corrobora su sujeción a los dictados de la
derecha y las transnacionales. Confirma la vox populi en el sentido que el
régimen de Ollanta Humala se pone sordo y mudo a las miles de voces y gritos
populares; pero tiene un oído felino (muy agudo) a las sugerencias, pedidos,
exigencias, opiniones, etc., etc., de
algunos personajes encumbrados como PPK, gente del Colectivo, congresistas
fujimoristas, apristas, toledistas, dueños de transnacionales, etc. Cabe
indicar que las declaraciones de Monseñor Cabrejos, uno de los “facilitadores
del dialogo”, en el sentido que según él “sólo existirían dos alternativas en
el caso Conga: El dialogo pacífico o el empleo de la fuerza y la violencia”,
creo que no han tenido mucho eco en las altas esferas del gobierno y de la
transnacional, como no han tenido eco los probables “informes” alcanzados al
gobierno de Humala, los cuales fueron resultado de la famosa “mesa de escucha”
y de su paseo por las lagunas de Conga, porque no se ha escuchado ningún
pronunciamiento oficial en relación a esos informes de dichos facilitadores
religiosos. Al contrario, la respuesta fue la ampliación del estado de emergencia,
que ya está llegando a su fin, si es que el Gobierno de Ollanta no le hace caso
a los empresarios del Colectivo y a Cecilia Chacón, quienes quisieran que lo amplíen
otros 30 días más, si es posible todo el año o los 17 años, tiempo suficiente como
para que la Newmont termine de extraer el oro y de destruir las fuentes
acuíferas de las jalcas cajamarquinas.
Ahora, bien.
Si el gobierno confirma u oficializa la
suspensión del mega proyecto Conga el pueblo debe tomarlo con calma y
serenidad, pero no con triunfalismo. Porque debe tener claro que toda suspensión
implica temporalidad, es decir que “suspender” algo significa que, pasado un
determinado tiempo, ese algo se hace realidad, se “activa” o “revive”. En el
caso Conga todas las voces de quienes han visto temporalmente frustradas sus
expectativas al no poder ejecutar, por el momento, el proyecto, concuerdan en
que la “suspensión” es temporal, concretamente por dos años, bajo el argumento
de que durante el tiempo que dure tal “suspensión” la trasnacional y el
gobierno desarrollarán una intensa campaña de “sensibilización” con dos
objetivos: recuperar la confianza perdida de la población cajamarquina hacia la
transnacional y explicar las bondades del proyecto Conga y sus beneficios para
el “desarrollo” de la región. Desde esta
perspectiva la suspensión constituye más una estratagema y artimaña antes que una decisión honesta y
transparente y menos es una decisión que obedece a la demanda del pueblo. El
pueblo cajamarquino no está exigiendo suspensión del mega proyecto, por uno,
dos, tres, cinco o diez años, lo que exige es la DECLARACIÓN DE LA INVIABILIDAD DE DICHO MEGA
PROYECTO, bajo el sabio criterio de que CONGA NO VA, NI HOY NI
NUNCA. El proyecto Conga no puede ir dentro de tres años, ni de cinco; ni de 20
ó 50 años. Dentro de 50 años peor todavía, porque para ese entonces la crisis
del agua seguramente será mucho más aguda, que el pueblo se habrá convertido en
mendigo de un balde o vaso de agua. Además, hasta antes de las protestas
sociales, realizadas a partir de noviembre del 2011, es posible que la empresa
minera haya tenido alguna posibilidad de generar algún grado de confianza en la
población cajamarquina, porque aún no se develaba su oscuro rostro de poder;
pero a partir de noviembre, más específicamente durante los momentos de feroz
represión, del asesinato a cinco luchadores sociales de Celendín y Bambamarca,
la persecución a dirigentes, el empleo de sicarios para atentar contra la vida
de varios luchadores sociales, los estados de emergencia, etc., la población
cajamarquina, ahora exige no sólo la inviabilidad del mega proyecto, exige
también que la Newmont se retire de la región Cajamarca y porqué no decirlo del
país; porque no se puede convivir con una empresa que tiene malas prácticas
reñidas con la moral, la ética y con la vida misma.
Es cierto, la
población cajamarquina ha obtenido un triunfo, pero es un triunfo, por decirlo
de alguna manera, parcial, porque la decisión de “suspender” se debe a la
presión social, en otras palabras a la lucha del pueblo; pero, reiteramos, el
pueblo exige la declaratoria de inviabilidad, lo cual no lo ha logrado todavía.
Sin embargo, la suspensión le debe servir al pueblo para continuar
organizándose y fortaleciendo sus conocimientos en cuanto a las consecuencias
negativas de una actividad minera en cabecera de cuenca. Esto significa que
debe estar vigilante y no bajar la guardia, considerando que la transnacional emplea
muy bien sus artimañas para sacarle la vuelta a la ley, al pueblo y a sus
propias decisiones. A propósito de esto último: recordemos que en el 2011,
Carlos Santa Cruz anunció desde Palacio de Gobierno la “suspensión” del
Proyecto Conga, sin embargo tal “suspensión” nunca se hizo realidad al 100 %. Pues,
la empresa continuó, al igual que hoy con sus actividades, con la
“construcción” de sus reservorios, concretamente en la zona de Chaullagón. Así,
mientras la población se movilizaba y/o moviliza por las calles cajamarquinas
ellos siguen trabajando normalmente, sin
ningún contratiempo. El estado de emergencia, tan exigido por El Colectivo y
Cecilia Chacón, es precisamente para que la transnacional desarrolle sus
actividades con toda normalidad. Por lo tanto, hablando con rigor, esta sería la segunda suspensión del proyecto
Conga.
Concuerdo plenamente con el Sociólogo Wilder Sánchez cuando, en relación
a la llamada “suspensión”,
indica: “En realidad, es una treta muy
bien montada que pretende “hacer cholitos” a los cajamarquinos. Al
parecer el libreto lo han preparado los curas “facilitadores del diálogo”
(léase: facilitadores de Conga) y Kuczynski, quien venía declarando que “Conga
está muerto por dos o tres años más”. Hay que tener en cuenta
que los curas se reunieron con el “Colectivo por Cajamarca” (Colectivo por
Yanacocha), con la Newmont, con la Embajadora yanqui, nuevamente con la Newmont
y luego con el Gobierno y la Newmont”. En efecto, así
es, Ya nos han hecho sus “cholitos”, no
sólo ahora, sino durante 18 años. Pues nos han acostumbrado a recibir migajas y
nos han sembrado la expectativa de un desarrollo que nunca ha llegado, al mismo
tiempo que nos han hecho creer que sólo la minería nos va sacar de la pobreza y
que sí esta se va, se acaba el mundo para Cajamarca. Hoy nos meten miedo a
través de represión, muerte, persecución y amenazas y encima nos dicen, por dos
veces ya, que suspenden su Proyecto y luego no lo hacen, siguen trabajando como
si nada pasara; pero eso si, a través de sus instrumentos mediáticos
capitalinos y muchos medios locales nos andan diciendo que pierden millones
producto de las protestas sociales, asuzadas por los intransigentes, radicales,
anti-mineros etc., etc.
Finalmente, seamos realistas: todavía no hemos ganado la batalla. Decir
que hemos “triunfado” es darle en la yema del gusto al Colectivo, a la Newmont y al gobierno. Porque
ellos son conscientes que esto de la “suspensión” es el PLAN PERFECTO. Pero
para el pueblo es como un somnífero, para dos años, durante los cuales ellos
van a preparar las “condiciones” para que afines del 2013 o en el 2014, empiece
el saqueo con fuerza, alevosía y ventaja. Durante esos dos años también servirá
para que sigan con los regalos a los campesinos, comprando las conciencias de
algunos lideres y dirigentes de la zona rural; preparando sus próximos
candidatos a los gobiernos locales, regional y a Presidente de la República. Así
mismo para que continúen construyendo sus llamados reservorios. A propósito de
reservorios, los dirigentes, líderes y la población en general debemos estar en
alerta roja, porque si van a construir reservorios, se supone que éstos serán
muy grandes, ocuparán mucho espacio, con lo cual, durante los dos años de
“suspensión”, prácticamente van a ir destruyendo
los humedales y bofedales, o los llamados colchones acuíferos, que sirven
precisamente para recargar a las lagunas. En ese entonces dirán: “ahora si las
lagunas ya no sirven, porque ya no se pueden llenar” y poco a poco irán
desapareciendo, aparentemente de forma “natural”. Vista así, la “suspensión” es
mucho más peligrosa de lo que en apariencia parece ser. Como dicta el sentido común de la población: en
teoría estamos ganando, pero en la práctica estemos en camino a perder la
batalla, si es damos crédito excesivo a las tretas del gobierno y de la
transnacional. Peor aún si nuestros dirigentes ya se subieron al ring de box para propinarse zurdazos y derechazos, mientras que el pueblo se lamenta;
la transnacional y el gobierno aplauden y se frotan las manos rogando para que continúen así.
Peleando. ////////
Escrito: 25 de agosto del 2012
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