El miedo es un estado psíquico, casi “natural”, que subyace
en todas las personas, pero cuando la clase
social dominante, en su afán de seguir oprimiendo al pueblo “eternamente”,
manipula y alimenta ese miedo, hasta volverlo muy pernicioso, puesto que le
impide participar en la lucha directa de masas; entonces, es cuando resulta necesario
expulsarlo de la conciencia del pueblo, tal como el exorcista “expulsa” al
diablo, de la persona “poseída”. A.Z.
Lingán
Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Los dueños de la prensa basura, como buenos
empresarios aprovechan todas las ventajas comparativas y oportunidades que se
les presenta para hacer dinero; pues, en este sentido, no dudan en utilizar y a
su vez alimentar la superstición del pueblo. Es así que toda vez que se les
ocurre, exacerban el miedo de la población; esta vez, por ejemplo, “programaron”
el “fin del mundo” para el día 12, del mes 12, del año 2012. Como no ocurrió
ese día tal “fin del mundo”, lo han “reprogramado” o “postergado” para el día
21 de diciembre, en el cual disqué se “apagará el sol”.
He introducido el tema del miedo, porque creo que el
problema fundamental que afronta el pueblo es precisamente el MIEDO, el cual
constituye la principal camisa de fuerza, a la que tiene que romper si es que
aún quiere seguir viviendo como ser humano digno, con todos sus derechos
elementales: nivel económico justo, salud y educación universal y de calidad;
vivienda digna, cultura, ambiente saludable, agua suficiente y de calidad, etc. No obstante, expulsar el miedo de la conciencia no es tarea
fácil, es todo un reto; más aún porque implica ciertos costos sociales, entre
éstos: pérdida de un puesto de trabajo, marginación laboral, temor a no
encontrarlo, lo cual influye, por ejemplo, en ausencia de las personas en las
luchas o protestas sociales.
La movilización del
día 13 de diciembre,
pese a que en ella se ha estimado la participación de 2000 a 2500 personas, como
siempre, no colmó las expectativas en el sentido, de una participación
proporcionada y representativa, sobre todo en cuanto a sectores sociales que
son igual o mucho más afectados por el problema o la escasez del agua. Las
anteriores protestas también se han caracterizado por esta desproporción y bajo
nivel de representatividad. Lamentablemente es el sector urbano, es decir, los
que viven en la ciudad, quienes, en su gran mayoría, faltan a dichas protestas.
Como indicamos, uno de los factores, que condicionan tal ausencia, es el miedo;
pero, además, existen otros: expectativas laborales en la empresa minera,
trabajo en la empresa, algún familiar trabaja en la empresa, no ser
cajamarquino, falta de conciencia respecto al problema del agua,
desinformación, individualismo extremo, prejuicios, conformismo, resignación,
fatalismo, contradicción estructural entre campo y ciudad, etc., etc. Todos
estos factores impiden la participación social en las luchas o protestas
populares, no sólo de la población urbana, también de la población rural. Pero,
sin temor a equivocarme, reitero, uno de los factores que más limitan la
participación en las luchas de los pueblos, es el MIEDO.
Esta característica timorata del pueblo es conocida
por los grupos de poder y quienes diseñan las estrategias de control social;
por ello, es que no dudan en alimentar ese miedo de manera cotidiana, vía
diversos mecanismos: represión policial a las protestas, asociando a dirigentes
a grupos subversivos, a quienes le llaman “terroristas”, persecuciones
judiciales, despido de los puestos laborales, marginación laboral, anuncios
infundados de catástrofes, predicciones del fin del mundo y una sarta de
psicosociales más que alimentan el miedo del pueblo, que sirven de cortina de
humo y para desviar la opinión pública de un lado hacia otro. Aunque, tampoco
debemos dejar de mencionar otros distractores que no alimentan el miedo; pero,
en cambio, entretienen y desvían la atención de los verdaderos y reales
problemas sociales, económicos y ambientales. Tales distractores son: futbol, vóley,
farándula, circo, novela, cómicos y una serie de programetes mediáticos más, de
los cuales están saturados los instrumentos mediáticos peruanos.
Pese al miedo por “el fin del mundo”, los
“sobrevivientes” de este país, permanentemente
salen a protestar y exigir sus derechos y todo lo que les corresponde.
Así como los “sobrevivientes” que salimos el día 13, a marchar por nuestras
calles cajamarquinas a exigir la inviabilidad del Proyecto Conga. “Fuimos
pocos, pero fuimos”, como bien dicen los paisanos, lo cual tiene un gran mérito
y significado en un contexto donde “todo el mundo”, especialmente los lacayos
del gobierno y de la transnacional, así como su grupo servil, auto-denominado
“Colectivo”, pensaban que las luchas populares ya terminaron, que la población
cajamarquina ya se rindió o que, según ellos, ya se dio cuenta de que el mega
proyecto debe ir, porque de él depende el “gran desarrollo” de Cajamarca. La
movilización del 13 les ha dado una cachetada y ha “echado por tierra” todos
sus argumentos, todas sus especulaciones e incluso frenó sus intensiones de
provocación, puesto que desistieron de salir el mismo día en que el pueblo se
movilizó. En resumen, la movilización del día 13 ha sido el toque de clarín anunciando que la resistencia del pueblo
continúa. Que a nosotros, los que
tenemos un poquito de dignidad y conciencia del mega-problema con el agua y el
medio ambiente no nos interesa mucho la cantidad, más nos importa la calidad.
Y, las personas que participaron en la movilización del día 13 representan
calidad, porque salieron por conciencia, sin que nadie les pague ni les regale
un almuerzo, un polo, o un caramelo. Estas personas, saben que la historia
demuestra que las batallas y revoluciones no se inician con grandes masas de
gente, sino con pequeños grupos, dispuestos a dar todo, incluso su vida, por
una causa justa; saben que las masas se van incorporando en el proceso o en el
camino. Desde esta perspectiva, para el pueblo, 1 hombre revolucionario, es
decir, con espíritu transformador, vale, moralmente, por 100 hombres
inconscientes y conservadores; aunque para los opresores y dominadores probablemente
sea a la inversa: un inconsciente, indiferente o conservador, más aún si es
lacayo o felipillo, “valga” por cien revolucionarios.
En este contexto, el año 2013, seguramente, será
decisivo, puesto que las luchas populares serán más contundentes y masivas.
Pero también serán más organizadas y menos divididas. Aunque, también, los
pueblos deben estar más preparados para afrontar la embestida del gobierno,
porque como se sabe, se está cocinando una serie de leyes mucho más represivas,
leyes de corte fascista, para meter miedo a la población. Y, una de ellas es
que dichas normas o leyes represivas giran en torno a fantasmas como el
MOVADEF, Sendero Luminoso y el MRTA. Y, es que los opresores del pueblo, han
encontrado en dichos grupos, un buen “caballito de batalla” para sembrar el
miedo en la conciencia del pueblo. En
este sentido, su tesis es contraproducente, pues resulta que, ahora, los
terroristas son ellos, si se considera que
“terrorista” es aquel que SIEMBRA MIEDO intenso. Esto, además, del
terror o miedo que vienen generando en los pueblos, cuando contaminan y
destruyen la naturaleza, como las fuentes de agua, hecho, al cual muchos lo llaman ECO-TERRORISMO.
Finalmente, el año 2013 será decisivo para lograr la
inviabilidad del proyecto Conga, reto nada fácil que la historia ha trazado
para el pueblo cajamarquino, un pueblo caracterizado por su letargo y
pacifismo, del cual se han aprovechado tanto los regímenes de turno como las
trasnacionales. Y, hoy les remuerde un tanto la conciencia en el sentido de que
los “pacifistas”, de pronto se volvieron rebeldes, revoltosos, contestatarios,
etc. en lugar de seguir siendo como han sido: unos “pacifistas, muy cercanos a
la tontería y a la estupidez, muy permisivos con el saqueo de los recursos
naturales. ¡Recuerda, pueblo: mantén tu espíritu de lucha latente, que los
retos que vienen serán mucho más escabrosos y difíciles de afrontar. No te
engañes, los antagonismos sociales, cuya raíz son grandes intereses económicos
y políticos, no se resuelven por obra del espíritu santo ni de las vírgenes que
lloran, se solucionan únicamente con lucha directa, organizada y unida del
pueblo, en las calles y en los campos; pero también con más cultura política y
con menos superstición y miedo. //// Escrito: 14 de diciembre del 2012.
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