“Sí allá en Chile tienen su
famosa “marcha de los pingüinos”, aquí en Perú y concretamente en Cajamarca,
tenemos la “marcha de los felipillos”. Pero, mientras la “marcha de los
pingüinos” es de jóvenes chilenos indignados y de impacto nacional, en contra
de la privatización educativa y del modelo neoliberal; en Perú la “marcha de
los felipillos”, es todo lo contrario, es una marcha de sirvientes de
transnacionales, tal como durante la conquista española y la Colonia hubieron
indígenas y caciques que traicionaron a los propios peruanos, al ponerse
al lado del pastor de chanchos,
Francisco Pizarro. Sin duda la historia parece repetirse”. A.Z. Lingán.
Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Un ligero balance de la marcha de los trabajadores y
de los empresarios sirvientes de Yanacocha, muy bien catalogada como la “marcha
de los felipìllos”, sugiere realizar las siguientes conclusiones:
Probablemente la trasnacional no haya quedado
satisfecha con la marcha del día 16 de julio, lo cual obviamente merecerá una
seria llamada de atención al Colectivo Cajamarca y al resto de sus felipillos,
responsables visibles de la organización de dicha marcha. A mi modesto entender
las razones serían las siguientes:
En primer lugar, no cabe ninguna duda que la
publicitada marcha tuvo menor cantidad de participantes (estimado en dos o un
máximo de tres mil) que aquella otra marcha
anterior, mas conocida como la marcha de las “dos piletas”, cuya cantidad se
estimó, en ese entonces, en 8,000 personas). Ciertamente, la plaza de armas
estuvo casi llena, pero siendo honestos y objetivos gran parte de ella fue
cubierta, por un lado por “curiosos”, es decir, por personas que piensan que
son “neutrales” y que dicen, no estar ni con los “anticonga” ni con los “pro
conga”. Son aquellos que no son ni “chana” ni “juana” o “ni chicha ni limonada”;
y, también, por aquellos que creen que al mismo tiempo se puede estar bien con
dios y con el diablo; mientras que por otro lado, un amplio espacio, ubicado
frente al atrio de la iglesia San Francisco, fue cubierta por los luchadores
sociales, por la población consciente e inteligente que no está dispuesta a
cambiar sus fuentes de agua ni por un plato de comida o por dos o tres meses de
trabajo mal pagado. Hay que, agregar también, que la plaza de armas casi se
llena con la gran cantidad de policías, cuya cantidad se estima entre 200 y
300, quienes armados hasta los dientes cuidaron más a los que protestaron
contra el saqueo y la depredación, que a los que “ruegan” porque la minería
termine con dicha depredación y dicho saqueo. Desde esta perspectiva, se puede
afirmar que los “más convencidos” de que el genocidio contra la naturaleza continúe
a cambio de trabajo, fueron ubicados muy cerca del estrado y de las oficinas de
telefónica.
En segundo lugar, queda claro que, cuando se impone la
amenaza, la coerción y la manipulación, los resultados no van a ser los
esperados, sino otros. Digo esto porque, la maza que logró traer la mina a su
marcha, fue una maza sin entusiasmo, sin ganas de corear sus slogans y sin
ganas para aplaudir. Lo cual es una señal que la amenaza, la imposición y el
chantaje ya no le está saliendo bien a la transnacional, aunque exista miles o
millones de por medio. Lo único que resaltaba y hacía eco en toda la plaza de
armas era la voz del animador, gracias al millonario equipo utilizado. Esto
explica el porqué la minera acostumbra a contratar buenos equipos y montarse
buenos estrados, porque es consciente de que la gente que trae no grita ni
muestra entusiasmo y ante esa situación lo único que resalta e impresiona son
los buenos equipos, el estrados y la voz del animador. En realidad más
entusiasmo y más convicción se observó en el otro frente, especialmente en las
mujeres, quienes con coraje y convencimiento corearon cientos de veces el
histórico “Conga no Va”, slogan que tal vez haya quedado impregnado en los
cerebros de algunos policías que amenazantes como siempre, estuvieron acordonando a los manifestantes.
En tercer lugar, En aras de la confusión y la
distorsión de los hechos, los organizadores han cuidado de no aparecer o no dar
la cara, presentándose en el estrado como oradores, tal como la población
preveía. Preveía que iban a dar la cara, por ejemplo, Jorge Vergara, Lucho Guerrero, Emilio Horna, Rosa Gálvez,
Manuel Becerra o tal vez Absalón Vásquez, entre otros más o menos conocidos
empresarios, tal como muchos de estos nombrados si lo hicieron en la marcha de
las dos piletas. Esta vez utilizaron a otros felipillos, unos reverendos
desconocidos, tanto del campo como de la ciudad, quienes al parecer manejaron
un solo libreto, porque todos se dedicaron a decir que “quieren trabajo”, que
“no quieren corrupción”, que “sin las inversiones privadas, Cajamarca no
hubiera desarrollado”, etc., etc. Aunque también apareció un empresario, ex
teniente alcalde durante el mandato de Marco La Torre, quien se dedicó a rendir
loas y alabanzas a la inversión privada y a la paz. Claro, muchos de los que
salieron a darle la mano a la minera, posiblemente son integrantes de muchas
“empresas de servicios generales”, que están esperando turno para que la
transnacional le de trabajo; o algunos dirigentes y pobladores que han recibido
alguna oveja, chancho o gallina, días antes de la “gran marcha”.
No hay que pasar por alto, el hecho que tanto oradores
y el moderador coreaban incansablemente algunas frases parecidas: “alto a la
corrupción”, “el miedo se acabó”, “viva la dignidad, “nuestra marcha no es
política”. Sólo faltó que corearan “Conga no Va” y la confusión era total.
Habían momentos en qué muchos se preguntaban sí en realidad estábamos ante una
manifestación de empresarios o una manifestación de los ambientalistas. Pero,
claro, es aquí donde se evidencia la clara intención de confundir a la
población; pero al mismo tiempo atraerlo a su favor. Por lo tanto, tales
frases, salida de la boca de quienes durante 20 años se dedicaron a corromper
conciencias, a sembrar miedo, a través de la amenaza y coerción y a meter a los
políticos a sus bolsillos, son sólo el sebo rancio para atraer a los ingenuos y
confundir más a dicha población. La
pregunta es ¿Les dará resultados la estratagema de mimetizarse verbalmente, es
decir el uso de un lenguaje semejante al utilizado por el pueblo durante sus
marchas y manifestaciones? Yo creo que no. Los políticos de derecha y los que
explotan a los pobres también suelen utilizar en sus discursos un lenguaje muy
parecido; pero el pueblo del siglo XXI ya no es aquel de los años 50, hoy está
mucho más despierto. Además, creo que ya a la trasnacional se le está agotando
todas sus estratagemas y todas le están dando pésimos resultados. ¿Qué
estrategia utilizarán las próximas marchas? Sólo el devenir de la lucha directa
del pueblo y de la historia lo dirá.
Finalmente, todo indica que los 200,000 soles
otorgados por los varones de Yanacocha a los felipillos organizadores de la
marcha no les dieron buenos resultados, puesto que habría sido otorgado con la
condición de que, según el Felipillo mayor Jorge Vergara, entre otros, reúnan a
por lo menos 40,000 personas y, en realidad, sólo logaron reunir
aproximadamente 2000. Esto significa que la transnacional debe estar solicitando
a sus felipillos urgente rendición de cuentas. ¡Creo que rodaran las cabezas de
algunos operadores! Es más, de esas 2000 personas asistentes a la marcha, los
campesinos, a quienes acostumbran darles propinas y comida para que asistan a
sus movilizaciones, en el mejor de los casos habrían alcanzado un total de 200.
A sus trabajadores no creo que le hayan dado ninguna propina de esos 200,000,
ellos salen obligados, a cambio de no perder el puesto de trabajo. En fin, como
dicen los paisanos cajachos, la verdad tarda pero llega, algún día se sabrá.
Escrito: 16 de julio del 2013
1 comentario:
newmont dice: viva los felipillos peruanos jajajjaa
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