martes, junio 17, 2014

“AQUÍ HACE FALTA UN LIDER”

“Toda idea, cualquiera que ésta sea, surge en la mente de un individuo, a partir de su práctica cotidiana. No es posible que idéntica idea surja en la mente de un grupo de individuos, más aún de manera simultánea”.  En esto consiste la diversidad de pensamientos. A.Z. Lingán.

Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

“Aquí hace falta un líder” es una frase muy pronunciada por los sectores populares, desde hace mucho tiempo; y, cada día, es pronunciada con más insistencia y con mayor fuerza y de manera generalizada, sobre todo, cuando se siente que nadie toma la iniciativa para resolver los graves problemas socioeconómicos y políticos, por los cuales atraviesa nuestro país. Aunque tampoco se espera un mesías o un salvador, pero sí se aboga por un verdadero líder en el cual los sectores marginados y oprimidos, tengan la confianza necesaria, para juntos construir una sociedad más justa y humana. Atendiendo a esta inquietud es que decido escribir estas cortas líneas, para juntos reflexionar sobre el importante tema del liderazgo.
    
En el contexto actual, particularmente en las organizaciones sociales, instituciones públicas y privadas y en el ámbito académico, es muy común utilizar la palabra LIDER. Sin embargo es necesario explicar, desde nuestra perspectiva, lo que en realidad significa este término:

¿Líder es aquel que comanda, dirige o representa? NO. El que comanda se llama comandante; el que dirige, dirigente y el que representa se llama representante. Esto para no confundir términos, ya que hay una fuerte tendencia a llamar líder a un dirigente, autoridad o a cualquier personaje que ejerza un cargo público o privado. 

En inglés, el término líder se pronuncia LEADER que a su vez deriva del verbo to lead que significa GUIAR. Por otro lado, los ideólogos de la globalización y de la competencia económica sostienen que la palabra líder se origina en la palabra LID que significa lío, competencia, desafío, reto, lucha, enfrentamiento. Entonces desde esta perspectiva todos los seres humanos somos líderes potenciales y nos declaramos la guerra de la competencia mutuamente. Así por ejemplo, sostienen que desde que un niño va a la escuela o un joven va al colegio o a un centro educativo superior se está planteando retos, desafíos, metas, compite con sus compañeros por obtener las más altas calificaciones. Una persona cualquiera se está planteando retos, desafíos todos los días, sólo un alcohólico, un drogadicto o un vago ha perdido su potencial de líder.

Desde esta perspectiva, nuestro país está lleno de líderes “potenciales”, además hay universidades, academias, empresas, institutos, etc. que “forman” líderes. Es más, muchas de estas instituciones declaran ser líderes ante la sociedad, es decir, son “líderes en formar líderes”.

Lo que acabamos de describir responde a una reducción conceptual del término al campo exclusivamente técnico y económico, por no decir técnico y empresarial, lo cual no está mal. Pero, desde nuestro humilde punto de vista, los problemas del país no sólo son técnicos ni económicos, también son sociales y políticos. Peor aún, los problemas críticos que actualmente atraviesa nuestro país, derivan del aspecto político, o mejor dicho del sistema político vigente, obedecen a voluntades políticas. Entonces, desde esta perspectiva, sí que es difícil encontrar un líder o peor aún formar líderes.      

Un líder social o político es aquel que ve la realidad a nivel micro y macro, aquel que problematiza y plantea alternativas de solución a ese mismo nivel. Por ejemplo un líder sociopolítico fue Espartaco, Jesús, Gandhi, Martín Luther King, que pese a que utilizaron el método religioso-espiritual, sobre todo los tres últimos, lideraron luchas sociales con el propósito de liberar a millones de personas de la esclavitud y del colonialismo; y, por ello, su pensamiento quedó registrado en la historia para que sirva de ejemplo a la humanidad. Otros líderes, con similar objetivo, a los anteriores fueron Marx, Lenin, el Che,  Mariátegui, Haya de la torre y, no son pocos, los que sostienen que Fidel Castro es un Líder vigente en América Latina, junto con el desaparecido Hugo Chávez; personajes que con su pensamiento y acción buscaron la justicia social para las grandes masas populares de los pueblos y, del mismo modo que los anteriores, su pensamiento sirve de inspiración a muchos intelectuales, sindicatos, partidos políticos y masa trabajadora en general, para aspirar a una sociedad más justa.

Un líder sociopolítico tiene características personales que precisamente marcan la diferencia con las del líder técnico- económico o empresarial:

ü  Tiene enorme capacidad para conocer y comprender objetivamente la realidad social, más aún su propia realidad o su entorno.
 ü  Tiene sensibilidad social, asume los problemas, intereses y necesidades de los demás como si fueran los suyos.
  ü  Se solidariza y sobrepone los intereses sociales sobre su propio interés.
 ü  El verdadero líder y el dirigente no genera más seguidores, sino más líderes y más dirigentes.  
  ü  Sabe escuchar a los demás, no impone sus criterios sino que los expone y los sugiere.  
  ü  Es democrático, no discrimina, por ningún motivo, pero sabe distinguir bien entre un rico y un pobre entre un marginado y un privilegiado.
  ü  Es buscador de la justicia social, el bienestar y la dignidad humana
  ü  El líder es humilde, honesto y sincero, no es una persona adicta a lujos ni ha riquezas. 
  ü  Es un guía, un orientador, no un caudillo, protector, ni jefe. Por todo ello y otras buenas razones más el líder sociopolítico atrae, no repele. Las multitudes, las masas lo siguen por voluntad y porque saben que inspira confianza.
 Vemos, pues, que el líder sociopolítico tiene cualidades personales que los demás no tenemos y por ello, en estos últimos tiempos es difícil su presencia real. Pero como la naturaleza es tan sabia no perdamos las esperanzas de que algún día exista un líder que saque a este país de la grave crisis en que se encuentra. No obstante, el reto, sobre todo, para la juventud, debe empezar ahora: practicando la solidaridad y la democracia; comprendiendo los problemas de la realidad social, siendo sensible ante ellos y buscando la justicia social, desterrando esa frase matadora “a mí me han mandado a estudiar y no a hacer política”, etc. puede que estemos frente a un líder sociopolítico. Recordemos que el temple de un líder surge del fragor de la lucha de masas y no de las universidades, ni academias, menos de los closets o de los buffets, ni de los locales partidarios. En este sentido y parafraseando al gurú del liderazgo empresarial, Peter Druker, diremos: “el líder no nace, se hace”           

No olvidar que una cosa es ser líder técnico-económico (líder empresarial) y otra el líder sociopolítico. El primero puede destacar en fabricar y vender calzado, televisores, computadoras, celulares, etc. y es formado en las más grandes academias, institutos y universidades modernas, en cambio el segundo es formado en la universidad de la vida, es producto de su contexto histórico y de la estructura social. Ahí tenemos a Espartaco y a Jesús, que no soportaron una estructura social esclavista y altamente discriminatoria y por ello buscaron la liberación de sus respectivos pueblos, en sus respectivos contextos;  o a Marx que tampoco pudo soportar una acumulación desenfrenada de riqueza a costa de la explotación del hombre por el hombre, por ello desenmarañó el funcionamiento del capital para, sobre esta base, construir su teoría sobre la construcción de una sociedad más justa y más humana.  

¿Qué los motivó a estos personajes para que hagan historia de esta manera? ¿Fueron sus intereses particulares?, ¿Su afán de hacerse ricos y famosos?, ¿Su espíritu de dominio sobre los demás? NO. Sencillamente los motivó una palabra clave que muchas veces se enuncia pero no se practica: Su SENSIBILIDAD SOCIAL, la misma que hoy en día se ha perdido casi en el 99 % de los seres humanos, Hoy se rinde culto al individualismo y al consumismo, desde diversos medios, incluso desde los educativos, olvidándonos quizá que el Hombre es un ser social y político por naturaleza, que cambia y transforma la sociedad, valga la redundancia en sociedad, jamás lo hace sólo o individualmente.

Mayo 11, del 2014



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